Apagones:
desinformación, ineptitud y desidia
TRINO MARQUEZ
La
crisis eléctrica muestra de nuevo algunos de los rasgos más persistentes del
madurismo: la forma descarada como adultera los hechos, su incapacidad para resolver
los problemas que causa y la desidia general con la que actúa frente a
cualquier dificultad, especialmente si esta es grave.
El madurismo jamás informa acerca de lo
que ocurre. No proporciona datos que les sirvan a los ciudadanos –ni a los
gobernadores y alcaldes- para entender la dimensión y características de los
obstáculos que surgen en la vida del país. Lo primero a lo que apela es a la
búsqueda de un culpable. Por supuesto que nunca son ellos, a pesar de haber gobernado
durante veinte años sin contrapesos institucionales y con las alforjas llenas
de petrodólares. Luego de acusar a la oposición, inventan historias
rocambolescas. No describen los hechos con cifras confiables, sino que apelan a
una larga ristra de adjetivos estereotipados. La responsable de los entuertos
siempre es la derecha terrorista y apátrida.
En el caso de la electricidad, este
patrón de comportamiento se repite hasta el hastío. Los expertos más connotados
del país en esa área venían denunciando desde hace años la posibilidad de la
explosión del Sistema Eléctrico Nacional (SEN). La Escuela de Ingeniería Eléctrica
de la UCV elaboró un informe detallado y convincente de los hechos ocurridos el
7 de marzo, cuando se produjo el primer mega apagón. Pero, el régimen insiste
en adulterar la realidad. Torcerla con el vano propósito de librarse de la
responsabilidad.
El régimen no admite que en 2011 creó
el Comando General Eléctrico, pomposo nombre que se le dio a la comisión
presidida por Jesse Chacón, conformada por militares y civiles, responsable de
anticiparse al actual descalabro. Su labor consistía en contemplar desde los
recursos financieros necesarios, hasta la búsqueda del personal profesional
capaz de mantener en óptimas condiciones la operatividad del SEN. Nada de esto
ocurrió. El dinero se evaporó en la espesa nube de la corrupción.
La falsificación de los hechos con leyendas
absurdas como la del ataque electromagnético, las iguanas gigantescas y otras
majaderías parecidas, van acompañadas de una ineptitud que, a pesar de tratarse
de los maduristas, desconcierta. El diagnóstico de las fallas del SEN es
ampliamente conocido incluso por los mismos técnicos del régimen. En los tres
planes de la Nación formulados desde 2001, el mantenimiento y renovación del SEN
aparecen subrayados. Venezuela se convertiría en las primeras dos décadas del
siglo XXI, en una potencia energética mundial gracias al uso intensivo del
petróleo, el gas y las fuentes hídricas. ¿Qué ocurrió en realidad? Que el
régimen destruyó Pdvsa, la explotación de gas se pasmó y la generación de
energía hidroeléctrica fue aniquilada, al punto que en las últimas semanas
hemos vivido el peor descalabro eléctrico en la historia venezolana. Todo
sucedió porque fue expulsado el capital humano de las empresas responsables de
cada una de esas áreas, no se invirtió en el mantenimiento y renovación de
los equipos y al frente de la conducción
de esas áreas se colocaron unos ignorantes cuya lealtad ha sido con el gobierno
y el Psuv, no con la nación. La incapacidad para gerenciar industrias
complejas, que requieren un uso intensivo de capital y tecnologías de punta,
terminó por descalabrar un sector esencial para el desarrollo del país.
En medio de la catástrofe provocada por
los apagones recurrentes, aparece la desidia de los rojos con efectos aún más
letales que los acostumbrados. El círculo, más que vicioso, es infernal. Como
el régimen invierte toda su energía en negar su fracaso y da piruetas de saltimbanqui tratando
de incriminar a la oposición en delitos
ficticios, descuida lo más importante: atender las penurias de la gente. No
aplica planes de contingencia para atender las fallas eléctricas en los
hospitales. No se ocupa de los efectos que los trastornos provocan en el
transporte público. No habilita programas especiales para cubrir las
deficiencias del Metro de Caracas y de los sistemas de transporte en la
provincia. No habilita soluciones rápidas para satisfacer la demanda de
gasolina. No da ninguna respuesta a los enfermos que padecen enfermedades
terminales. No apoya a los trabajadores para que puedan desplazarse a los
lugares donde laboran.
La incompetencia alcanza niveles
demenciales en los medios de comunicación públicos. En VVT, canal de ‘todos los
venezolanos’, el caos que acompaña a los cortes intempestivos de electricidad,
no existe. No figura ni como noticia digna de reportar. Los periodistas de Últimas
Noticias, diario convertido en pasquín del régimen, viven en Nardia. La extensa
red de medios comunicacionales, que debería colocarse al servicio de la
orientación clara y oportuna del ciudadano, para que sepa cómo actuar ante la adversidad,
se dedica a atacar a la oposición. Maduro suponen que la gente se interesa más
por los supuestos culpables, que por los efectos devastadores que los apagones
provocan.
El madurismo, además de inepto, trata
con desprecio insolente a la gente.
@trinomarquezc
No hay comentarios:
Publicar un comentario