ÁNIMO HAY PARA SALIR DE
NUESTRA CALAMITOSA SITUACIÓN
EMILIO NOUEL V.
El ánimo del país de cara al futuro inmediato es un dato
relevante que todo actor político, económico u observador de la realidad debe
manejar.
Los ciudadanos, las empresas y los gobernantes hacemos planes
de acuerdo con ese ánimo que podemos percibir. Por ejemplo, invertir o no nuestros
ahorros en alguna actividad se vuelve un dilema importante. Emigrar o quedarse en
el país, para muchos venezolanos hoy, es una decisión también crucial.
Obviamente, en nuestro caso particular, la dimensión política
cobra mayor significación, toda vez que la solución de la ya larga crisis que padecemos,
pasa, fundamentalmente, por caminos que se definan en ese ámbito, de por sí,
muy complicado.
Uno de los instrumentos técnicos que nos permite hacernos una
idea de cómo el ánimo de la población marcha, más allá de lo que por la experiencia
directa se pueda advertir en nuestra vida cotidiana, es la encuesta.
Las hay serias, bien realizadas, pero hay también las piratas
o sesgadas.
En cualquier caso, es una herramienta que dibuja un momento que
vive una sociedad, sin que eso signifique su infalibilidad. Sirve como soporte
pero no necesariamente como una verdad absoluta y precisa. En estos asuntos, siempre
recuerdo lo que decía Churchill sobre las estadísticas: “Statistics are like a drunk with a
lampost: used more for support than illumination” (“Las estadísticas son como
un borracho con un farol: se usan más para apoyo que para la iluminación”).
Volviendo la cara hacia nuestro atribulado país, que en los
días que corren muestra su peor rostro en los horrores que registran los
organismos internacionales que velan por los derechos humanos, hemos visto
algunos sondeos que nos reconfortan y nos hacen ser más optimistas.
Vemos en los resultados correspondientes al mes de Mayo de la
empresa Delphos, cómo los “esperanzados”
y “molestos” con la situación que se vive en nuestro país,
desde finales del pasado año a esta parte, han aumentado de manera importante, aunque
los desilusionados se mantienen. Un 34% dice tener esperanzas, cuando a finales
del año pasado era 25%. Los “tristes” bajan de 12% a 7% en ese mismo lapso, aunque
los “desilusionados” y “deprimidos” se mantienen casi en el
mismo nivel, bajando un poco.
La encuestadora señala que alrededor del 55% se mantiene como
un contingente de “activadores”.
El apoyo a la oposición se mantiene en un 42% y el chavismo
solo tendría un apoyo duro a Maduro de 14%. Un 32% no se identifica con una
opción política.
El 59% piensa que el culpable de los problemas el país es el
gobierno usurpador.
El 50% piensa en que se producirá un cambio en el país este
año. Y el 65% dice que votaría en unas elecciones. El 70% de los que se dicen
contrarios al régimen iría a votar.
El 55% piensa que el conflicto entre Guaidó y Maduro lo
ganará el primero.
Esos son algunos resultados que nos reporta la encuestadora
de marras.
Como ciudadano de a pie observador que es uno, esos datos nos
dan ciertas razones para el optimismo y la esperanza.
Sabemos que es difícil hablar de éstos últimos en tiempos de
incertidumbre, desasosiego extremo y penuria. Lo que aún tenemos por delante
como sociedad, es una tarea compleja llena de obstáculos, dificultades,
marchas, contramarchas y desencuentros.
Las encuestas, sin embargo, afirman que hay ánimo para superar
la crisis. Reservas morales y ganas de reconstruir el país hay. No todo se ha
perdido.
Nuestro mayor deseo es que la salida de la calamidad que nos
agobia sea pacífica y consensuada. Cualquier vía cruenta debemos evitarla en lo
posible.
Buenas noticias hemos recibido en los últimos días y grandes
expectativas tenemos que apuntan al inicio de una transición política en pocos meses. Por el bien de
todos, ojalá aquellas se cumplan.
No hay comentarios:
Publicar un comentario