JINETERAS VENEZOLANAS
Enrique Viloria Vera
El Eterno – que no lo
fue en vida corporal y mucho menos ahora en la política -, está absolutamente
regocijado contemplando con sus ojos omnipresentes, como su utópico proyecto de
establecer la República Socialista de Cubazuela,
se ha venido consolidando en manos del piticubano Usurpador.
En efecto, los hechos
hablan más que palabras, veamos.
·
Dos comandantes indispensables a los cuales
rendirles honores y pleitesías en sus respectivos mausoleos.
·
Destrucción deliberada del
aparato productivo nacional mediante confiscaciones de rentables empresas
privadas para pasarlas a manos del Estado y quebrarlas, además de las otras
empresas pública, aunque todo se debe al supuesto bloqueo
·
Imposición de una hegemonía
mediática que implica cierre de medios de comunicación, persecución y
encarcelamiento de periodistas no afectos al régimen.
·
Instauración del insulto y la
burla como forma de denigrar de gobernantes extranjeros y dirigentes de la
oposición.
·
Exportación de la revolución a
otros países, financiando movimientos políticos y dando apoyo militar.
·
División de la sociedad entre
buenos y malos, es decir, revolucionarios y vendidos al Imperio, llamados
escuálidos, pelucones y gusanos que deben ser pulverizados.
·
Creación de centros defensores
de la revolución y de colectivos armados destinados a aniquilar cualquier acto
público de la oposición.
·
Militarización del gobierno, y
privilegios, prebendas y negociados para familiares, amigos y enchufados de la
cúpula revolucionaria.
·
Consolidación de organismos
represivos. de espionaje y seguridad nacional… y hay mucho más: torturas,
montajes e impunidad.
No se nos escapa el
surgimiento de las jineteras venezolanas, quienes emulan a sus hermanas
socialistas cubanas. Según un testimonio expresado por una jinetera: “: en La Habana existen sitios exclusivos donde los yumas
(extranjeros) saben que un chico o una chica no se va a la cama por menos de
100 cuc. En otros lugares, una jinetera cuesta 20 cuc y las 'matadoras de
jugada' de los barrios pobres habaneros hacen sexo por 5 o 6 chavitos. En la
prostitución homosexual sucede lo mismo: mangones que ni por 200 cuc se van con
un extranjero. Otros te la maman por dos fulas en la escalera de un
edificio". Es de recordar que este legalizado turismo sexual
contribuye a sostener la derruida economía castrocomunista.
Sin embargo, nuestras
jineteras van ganando, no sólo ejercen la prostitución en el país, también -
por necesidad de remitir divisas a sus familiares -, ejercen el oficio en los
países de acogida de la diáspora socialista del siglo XXI. Cuba, sin embargo,
nos gana con sus pingueros,
prostitutos varones que completan el paisaje sexual de la Isla de la Felicidad,
en espera de los yumas y sus divisas.
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