sábado, 4 de junio de 2011

CHÁVEZ 10, MUD 1

Fausto Masó

¿Diez tarjetas pesan más que una? ¿Diez veces el rostro de Hugo Chávez en el tarjetón no representará una ventaja frente al candidato de oposición? Si se impone la tarjeta única para la oposición, el chavismo ganaría ventajas psicológicas y políticas. En su mejor época, los partidos inventaban organizaciones electorales para multiplicar la presencia de sus candidatos en el tarjetón, dar la impresión de una gran alianza. Hubiera sido fácil en esos tiempos para AD, Copei o el MAS imponer la tarjeta única para su candidato, prefirieron presentar varias tarjetas en vez de una. Con razón.

Hoy no hay grandes partidos nacionales al estilo de Acción Democrática y Copei, sino partidos con mayor presencia en ciertos estados y menor en otros; además, existen partidos estrictamente regionales, y algunos que sobreviven gracias al nombre famoso en otra época, con unos líderes que se esfuerzan por dar señales de vida. A los partidos pequeños les conviene la tarjeta única, así sobrevivirán a las elecciones, no se contarán. ¿Conviene conocer la fuerza política real de los partidos? Pues, claro que sí, lo cual no quiere decir que los partidos hoy representen a toda la sociedad. Una democracia fuerte y viable requiere de partidos reales y también de reconocer a la sociedad civil, impedir que los partidos colonicen a la sociedad.

Significativamente, Chávez quiere revivir el Polo Patriótico, donde, después de la salida del PPT el único partido aliado es el Partido Comunista; pero la idea del Polo expresa la de una alianza nacional. La diversidad de tarjetas permite al elector expresarse, aprovechar para demostrar que sigue apoyando a AD o a Primero Justicia.

Gracias a la variedad de tarjetas, Acción Democrática y Copei han demostrado su crecimiento paulatino, que todavía subsiste un sentimiento adeco; en las poblaciones más apartadas hay adecos y jóvenes que admiran el partido de Rómulo Betancourt. AD parecía desaparecida, las últimas elecciones demostraron que todavía cuenta con votos por todo el país.

Imaginemos un tarjetón con diez veces el rostro de Hugo Chávez y una vez el del candidato de oposición, sería una situación de desventaja patética.

Sin embargo, la tarjeta única gana terreno porque luce una opción sugerente, simplifica el tarjetón, crea la ilusión de unidad. No es así, la tarjeta única se perdería en el tarjetón, no representa que haya más o menos unidad.

Hugo Chávez perdió el referéndum de la reforma y las elecciones regionales cuando se olvidó del Polo Patriótico, pero el hombre rectifica y ahora quiere resucitar el Polo. En política exterior se abraza con el aliado principal de Estados Unidos en la región, Colombia, y apoya el regreso de Honduras a la OEA, lo que aplaude Washington. Contesta retóricamente a las sanciones económicas contra Pdvsa, rechaza llegar a un enfrentamiento real con Estados Unidos, no toma ninguna decisión realmente audaz como viajar a Irán o enviarle públicamente un barco cargado de gasolina. Hasta el día de hoy ha reaccionado con extrema prudencia. Reprime con mayor esfuerzo, lanza a los reservistas a ocupar estacionamientos, pero si encuentra resistencia como en el caso del restaurante La Huerta, los invasores retroceden, como si estuvieran dispuestos a llegar tan lejos como se los permita la sociedad, o la oposición.

fausto.maso@gmail.com


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