viernes, 3 de junio de 2011

¿"Triangulación" o "diferenciación"?

Ricardo Sucre

Las sanciones del gobierno de los EUA a PDVSA, ponen de relieve un tema en el que vengo pensando desde la campaña de 2010 ¿Cuál es la manera más eficaz, desde el punto de vista de una campaña política, para ganarle al gobierno, la "triangulación" o la "diferenciación"?
La primera opción es impulsada por algunos encuestadores, consultores, politólogos, y se basa en la tesis del asesor político norteamericano Dick Morris.
La "triangulación" sugiere hacer propias las ideas del oponente político, y colocarlas más allá de los extremos -por encima o entre ellos- para romper con la "polarización".
Como indicadores de éxito, se señala a Bill Clinton, Tony Blair, o a Obama, quien se definió como un "demócrata de nuevo cuño".
Se argumenta que esta es la estrategia eficaz para el caso venezolano, ya que dada la "popularidad" de Chávez y su "conexión emocional" con "las masas", es mejor argumentar con ideas del gobierno, pero en otro plano. Siguiendo la lógica de la "triangulación", no serían misiones, por ejemplo, sino "Nuevas misiones", para sumar a los "chavistas descontentos" y "ni-nis", cansados de la "polarización".
Lo fundamental en la "triangulación", a mi modo de ver, es cómo se comunica ¿Cómo se empaca el mensaje?
Por "diferenciación" entiendo no apropiarse de contenidos del oponente, sino elaborar contenidos propios, que puedan ser contrastados por la persona en sus méritos, con una identidad propia, que no estén arriba o en el medio, sino que sean propios.
Lo fundamental en la "diferenciación" es el contenido ¿Qué se dice?
Esta introducción, porque debo confesar que no me agrada la reacción del país que no se identifica con el gobierno ante las sanciones de los EUA a PDVSA por comerciar con Irán.
El punto no es decir que "defendemos a PDVSA", lo que es correcto sino ¿Cómo se defiende, con cuáles argumentos frente a un gobierno autoritario, que no busca "diálogos" ni "consensos", sino legitimar una dominación, y emplea el nacionalismo, al pobreza, la culpa para lograrlo?
Casi todas las reacciones -por no decir todas- buscaron "triangular" el intento "nacionalista" de la dictadura, pero al precio de no diferenciarse para nada. Desde un remitido publicado el día jueves 26-5-11 por la Cámara Petrolera de Venezuela en El Nacional, gremio que tiene el perfecto derecho para expresar sus puntos de vista y defender sus intereses como gremio, sólo que me pareció que pudo haber colocado alguna exigencia al gobierno en cuanto a que muestre al país la naturaleza de los convenios con Irán. Es decir, diferenciarse en algo. Tal vez no sea la naturaleza del gremio pero ¿Se publicó un remitido similar cuando el gobierno expropió las empresas vinculadas al petróleo en la COL (Zulia)?
Igual la Mancheta de El Nacional del día 26-5-11 en la que más o menos dice -hago memoria- "Los venezolanos rechazan las sanciones a PDVSA". Mi Mancheta hubiera sido, "La sociedad resteada con la soberanía de Venezuela, pero rechaza a quienes dirigen a PDVSA".
Se entiende que ahora el clima de “objetividad” lleva a hablar de la “tolerancia” pero ¿No será una suerte de “tolerancia boba”, o no se estará cayendo en una especie de “República Boba” de la que habla Bolívar en el Manifiesto de Cartagena (15-12-1812), al tener que alinearse a las ideas del gobierno, pero sin mostrar ideas propias?
Por cierto, en una jugada de Gaceta Oficial, Chávez sustituye a varios de los responsables del desastre de PDVSA -sólo eso, los quita, sin más nada- y coloca a Maduro y a Giordani. Rafael Ramírez dice que ahora en PDVSA hay "un trabuco". Sí, un "trabuco" luego que la gerencia permitiera que se robaran el dinero de los trabajadores de la industria petrolera, entre otros desmanes que el gobierno ha hecho y hace en PDVSA.
Mi impresión es que todo el mundo se quiso alinear al "nacionalismo", al suponer que la gente quiere eso, y que el Departamento de Estado de los EUA le "hizo un favor a Chávez", por lo que es mejor "triangular el nacionalismo" para que el señor no suba tanto en las encuestas.
Pienso que esta opción está equivocada. Que seguir la "corriente nacionalista" de la dictadura sin diferenciarse, no va a traer los beneficios esperados, ni supondrá mayores beneficios para el país que no se identifica con el gobierno, ni tampoco será de gran cosa para el gobierno de Chávez, que espera algún aire para ver si empuja a un gobierno que va directo a la derrota en 2012.
¿Pero por qué ocurre este alineamiento con las principales ideas del gobierno de sectores que no son del gobierno?
Se asume que es por el clima de “ponderación y equilibrio” que existe en el país, impulsado por el gobierno. Como resultado, hay mensajes de sectores que no son del gobierno que lucen contradictorios o que no son eficientes en comunicar lo que se quiere comunicar.
Hay una suerte de coraza, de escudo recubierto de indiferencia, conformismo, o miedo, que hace que todos los hechos sean analizados con "objetividad y distancia". Pocos quieren hacer las preguntas incómodas por temor a "polarizar" y a alejarse la "joya de la corona electoral", de acuerdo a los encuestadores: losni-nis o los que se desprenden del chavismo pero que no se terminan de desprender. Ni siquiera noticias tan escandalosas como que en el refugio de La Carlota colocan cereales con gusanos o que entre 2009-2010 23 niños han sido asesinados por sus padres, genera algún clima de opinión o indignación. Nada, absolutamente nada. El clima de “ponderación y equilibrio” se traga todo eso. Todo es “objetividad”, y hay temor a ser “emocional”.
Es el caso curioso de un país que se desmorona, pero que se contempla con la mayor rigurosidad analítica y académica. Ahora en Venezuela, a todo el mundo le dio por ser “analista” o scholar, y pocos se atreven a hacer preguntas incómodas, seguramente temerosos de ser acusados de “polarizadores” y señalados por algún encuestador de amenazar la salida de los ni-ni de la dictadura hacia el campo de la oposición.
Nadie habla, se genera la "espiral del silencio" y el falso consenso de un país en paz, en donde hay debates, discusiones, y "proyectos de país", para esconder que se evade decir que el país está mal, porque tal vez no se pueda hacer nada porque no hay instituciones, porque no hay capacidad de movilizar, porque la sociedad está cansada, y tal vez sea mejor auto-engañarse al creer que la "ponderación y el equilibrio" despolarizan a una sociedad que tiene miedo a verse a sí misma y prefiere voltear la mirada, apostando "por si acaso", a no ser la próxima víctima del hampa o de alguna "privativa"que anuncie Luisa Ortega Díaz.
En una dictadura, el status quo es más rentable que la innovación, y "la ponderación y el equilibrio" es lo racional. Por eso en las dictaduras no pasa nada, hasta que se desmoronan -Siria, Libia, Egipto, Túnez, Yémen- en donde lo oculto, lo que se evade, sale a la esfera pública, una vez que se vence el miedo.
Indudablemente, que el miedo lo ha refinado la dictadura muy bien. En psicología social se habla de las “teorías que justifican al sistema”, y la sociedad venezolana puede ser un ejemplo actual de esos enfoques: el auto-engaño que lleva a la preservación de un status quo, porque no hay capacidad de mover, de desafiar a ese orden, y se prefiere esperar para ver si los que se "desprenden del chavismo", definitivamente se terminan de "desprender", como tienen tiempo vaticinando algunos encuestadores. Tal vez hagan falta los 27 años de Gómez con Chávez para que el pronóstico se materialice. Las dictaduras también crean una rutina destructora, pero al mismo tiempo seductora: el falso consenso de una paz que no existe.
Tal vez en la idea de “no polarizar”, los contenidos del país que no se identifica con el gobierno pierden identidad, esencia, referencia, y se mimetizan con los del gobierno, y a veces resulta difícil distinguir unos de otros. Luce que el vocabulario político de las fuerzas democráticas no renueva la política en el país, sino que mantiene el status quo.
Habría que evaluar que es más eficiente hoy: "triangular" –es decir, tratar de mimetizar el discurso de Chávez, pero "en clave" de "tolerancia"- o "diferenciarse", es decir, simplemente mostrar que se es diferente, y hacer oposición, aunque eso suponga críticas, pero mostrar que sí hay alternativa al gobierno, y no una mimetización de los contenidos que se cree "gustan a la gente".
Lo que parece quedar de fondo es que la idea que el "nacionalismo" ayuda a Chávez se impuso, aunque la evidencia empírica dice lo contrario: Chávez montó un show con la ruptura de relaciones con Colombia en julio de 2010, pero eso fue rechazado en las encuestas (IVAD) y no se materializó el 26S.
Para mayo de 2010, el estudio del IVAD con fecha de campo 7 al 16 de mayo de 2010, revelaba que el 69,3% rechazaba la ruptura de las relaciones con Colombia. El 80,3% rechazaba la ruptura de forma definitiva.
En noviembre de 2009, el IVAD reportó que sólo el 30,1% apoyaba la posición de gobierno de criticar el convenio militar Colombia-EUA, mejor conocido como "las bases militares", y hay que ver la inversión en propaganda y actos de calle que hizo el gobierno para tratar de estimular el "nacionalismo" no sólo doméstico, sino externo. Hay más. El 61,1% se opuso a la manera en que Chávez solía expresarse de Uribe y de Obama ¿Si no funcionó en ese entonces, cuáles razones habría para que funcionara hoy? Sólo el "mito" que "Chávez revierte todo".
Ahora son los “gringos” ¿Pero funcionará? Es decir, también persiste la idea que a Chávez todo lo favorece, que el señor es capaz de revertir los hechos en su beneficio, junto al chantaje nacionalista que hace que pese más la solidaridad con PDVSA, y se olviden las preguntas incómodas que hay que hacer en este momento, a pesar del chantaje ¿Cómo es que PDVSA fue sancionada? ¿Cómo es que la industria está en ese estado? ¿Cómo es que quienes hablan de soberanía entregan la Faja a los socios de la dictadura? ¿Cómo es que no se aprobó un acuerdo de rechazo a las declaraciones de Luisa Estela Morales, quien dijo que Cuba es la referencia de justicia para Venezuela, si se habla de soberanía? ¿Cómo es que se habla de soberanía, y corruptos de la dictadura esquilmaron a los trabajadores de la industria? Y tantas preguntas que hay que hacer en torno a PDVSA. De nuevo, pesó más el clima de “ponderación y equilibrio” que hacer oposición, o aprovechar para presionar a la dictadura.
Se olvida que Bolívar buscó la ayuda de Inglaterra en la lucha contra España o, en tiempos recientes, Mandela describe en su auto-biografía cómo, ya en los años finales del Apartheid, la dictadura de Suráfrica permitió que fuera a los EUA.
En el Congreso norteamericano, Mandela pidió a ese país que mantuviera las sanciones contra el gobierno del Apartheid, y luego hizo la misma solicitud a Bush, Sr. cuando se entrevistó con él. A Mandela no le importó que le dijeran "lacayo" o "la popularidad", porque su razonamiento fue que con esas sanciones, la dictadura del Apartheid se vería obligada a negociar, como efectivamente hizo.
Los casos son diferentes y Venezuela no es Suráfrica, lo que se quiere significar es que lo coyuntural pesa más que lo estratégico, pero son dos ejemplos importantes, que van en contravía a las ideas convencionales que se manejan en el país acerca de este tema. Que no haya capacidad o liderazgos para cosas así, es otro asunto, pero el fondo se mantiene ¿Hay que jugar a las reglas del gobierno o definir unas reglas propias?
Lo paradójico, es que ahora se pide mucho algo que llaman "proyecto de país", pero cuando hay la oportunidad para mostrar ese "proyecto de país" -que no es un "libro" o una "receta"- lo que ocurre es que hay que "triangular" al gobierno, porque Chávez "puede revertir y subir". Al final, uno se pregunta otra cosa que me asalta desde 2008 ¿Realmente queremos salir de este gobierno, o buscamos coexistir con la dictadura, que no sea tan asfixiante?
Apoyo la soberanía de Venezuela, de mi país, pero no voy a apoyar a PDVSA, aunque suene "políticamente incorrecto". No voy a apoyar a una gerencia mediocre y corrupta que busca ahora vestirse de "Patria", para ver si el país olvida la tremenda responsabilidad que Chávez y Rafael Ramírez tienen en lo que es PDVSA hoy. Ya 2002 y 2003 está lejos. El "sabotaje petrolero" tuvo efectos, sí, pero la dirección la asumió el gobierno, y han pasado 7 años ¿Cuál es el balance ahora, no sólo cuantitativo sino cualitativo?
Me luce que los diputados de la Unidad deben solicitar la interpelación del "trabuco" de la dictadura que hay en PDVSA para que respondan estas preguntas, y el país pueda ver la diferencia entre una PDVSA en manos de una camarilla y la PDVSA que el país quiere, profesional, que produzca, y que eso que produzca no se pierda en la corrupción y en la incompetencia, como ocurre hoy.
En fin ¿"Triangulamos" o "diferenciamos"? ¿Qué opina Usted, señor lector?

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