sábado, 8 de mayo de 2021

CNE, la transparencia como prioridad


Griselda Reyes


TalCual


El nuevo Consejo Nacional Electoral (CNE) designado el pasado martes por la Asamblea Nacional es un gran primer paso para la reinstitucionalización del voto en nuestro país; pero no es todo. Esta renovación debe venir acompañada, obligatoriamente, del rescate de garantías y observación internacional transparente.

Sin temor a ser señalados de vendidos o colaboracionistas, nos atrevemos a reconocer que se trata del Poder Electoral más «potable» para todos los sectores políticos que adversamos a la administración de Nicolás Maduro. Sin embargo, las nuevas autoridades deben darnos señas claras de que no nos equivocamos con la primera impresión.

La transparencia electoral debe caracterizar la gestión de esta directiva que cuenta entre sus filas con gente comprometida con la democracia.

Destacamos el rol asumido, sin tanta alharaca, por la sociedad civil y la Academia, al postular sus candidatos al CNE, dejando de lado el mantra de que la Asamblea Nacional es ilegítima y por tanto no cuenta con el reconocimiento internacional.

Con este tipo de regímenes, sabemos, no podemos jugarnos el todo o nada, porque quien detenta los medios de comunicación, los recursos económicos y el poder de las armas, es quien efectivamente viene ejerciendo el poder desde hace más de dos décadas.

Tenemos un escenario complejo por delante. Apelamos a la buena voluntad y experticia de los rectores. Pero también demandamos que, de todos los sectores políticos que adversamos a Nicolás Maduro, se designen los mejores negociadores para comenzar a trabajar sobre las garantías electorales, mientras como sociedad nos organizamos para movilizarnos en torno a este proceso.

El CNE tiene cientos de tareas por empezar y miles de errores por subsanar, entre ellos regularizar la situación de los partidos políticos tramitados en la gestión anterior; devolver las organizaciones con fines políticos usurpadas el año pasado; depurar el Registro Electoral; sancionar el ventajismo oficial y aceptar la observación internacional independiente.

Para que los ciudadanos decidan ejercer su derecho en los venideros comicios y los previstos por la Constitución para los próximos años, es necesario que desde el CNE se blinden los procesos comiciales y se transmita confianza. Esto pasa por evitar los excesos rojos a los que se ha malacostumbrado el oficialismo. 

De ser así, se nos plantea una oportunidad de oro para que algunos actores políticos abandonen atajos y todos nos centremos en la única vía que ha dado frutos en el pasado: la electoral, para así frenar las arbitrariedades del desgobierno que ha ocupado Miraflores los últimos 22 años.

No es cliché repetir que no tenemos balas ni cañones y que no contamos con invasiones extranjeras. Nuestra única arma como demócratas es el voto. Hoy los demócratas estamos obligados a ser contralores del trabajo del ente comicial para concretar las exigencias necesarias a fin de avanzar en el largo camino de elecciones libres que lleve a recuperar la democracia.

Esperamos tener resultados palpables en el corto plazo para comenzar a rescatar el poder electoral con el ciudadano como protagonista principal. 

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