Maduro, es un trapecista que lleva años caminando sobre un hilo arriba del vacío y sin malla. El problema no es si se va a caer, es cuándo. Tampoco es si va a sobrevivir, sino qué va a quedar después de él. Las veces que Venezuela ha encontrado una fórmula viable para reemplazarlo, siempre, como el Dios Zeus, terminamos comiendo nuestros propios hijos. Así ha sido con todos, Carlos Andrés, Caldera, Henrique Salas, Manuel Rosales, María Corina, Capriles, Leopoldo López y ahora es Guaidó, agregando a Henry Ramos, Julio Borges, Andrés Velásquez, los Guanipa y sigue la cuenta; todos destruidos por la sociedad que los creó.
El tema hoy es el venezolano, usted, yo y todos. Venezuela hoy es la única nación del hemisferio sin un plan de vacunación. En Cuba se han vacunado, con su vacuna, 440.000 personas, en Venezuela con el doble de la población y una vacuna regalada, se han vacunado solo 200.000. No hablemos del combustible y la ausencia de transporte. Hay hambre y la cosecha se pierde en el campo porque no hay gasolina para moverla, en el país que llegó a ser el segundo productor de petróleo del hemisferio y que tiene las mayores reservas de petróleo del mundo. Y donde el precio del petróleo no importa.
Volvamos al inicio: ¿Se acabó esto?
Sí.
¿Qué viene? Perdón, acá, desde 1992, tratamos de hacer periodismo, no somos leedores de barajas y mucho menos hacemos de pitonisas.
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