martes, 6 de marzo de 2018

¡Es hora de cambiar!: Venezuela unida no se rinde

VICTOR MARQUEZ

Venezuela, cuánto dolor se acumula en el sufrimiento de tus hijos, cuánta miseria, cuánta hambre, cuánta ruina material, institucional, moral y humana va dejando a su paso el delirio fanático de imponer a tu gente —al obrero, al profesional, al técnico, al estudiante, al ama de casa, al maestro, al universitario, al industrial, al comerciante, al cuentapropista, al agricultor, al desempleado, en fin, a quienes sobrevivimos en tu suelo— un régimen político y económico abiertamente en contra de la democracia, el progreso y la libertad.
Nunca, en la última centuria de nuestra historia, habíamos padecido una catástrofe similar, ni habíamos tenido por delante la amenaza de continuar empeorando, pues quienes se enquistaron en el poder son incapaces de cambiar y pretenden perpetuarse como sea. El fraude constituyente es la máquina infernal encargada de sepultar la soberanía popular y el voto libre, pretendiendo acabar con la escasa institucionalidad democrática que queda y con la vigencia de la Constitución.
Los que hoy estamos aquí, representantes de esa Venezuela empobrecida pero honesta y valiente, hemos decidido sobreponernos a fracturas, éxodo, división, desesperanza y tristeza para convocar a la Unidad Nacional; a sumar esfuerzos para derrotar al gobierno encabezado por Nicolás Maduro y evitar la continuación de esta espantosa tragedia humana. No hay más tiempo para quienes dilapidaron la más grande fortuna que nos ha proporcionado la renta petrolera y ahora también la explotación del arco minero. No hay más tiempo para la autocracia y el hambre.
Este acto y este manifiesto son un compromiso con el futuro y con el cambio político, con la justicia, la libertad, la igualdad, la democracia y la dignidad. Desde ya comenzaremos a dar nuestra contribución para crear el ánimo, el espíritu y la fuerza que puedan hacer realidad los deseos de cambio de nuestro pueblo.
Exigimos la inmediata activación de la ayuda humanitaria en alimentos y medicinas, así como la aplicación de una política económica que acabe con la hiperinflación y la especulación destructoras del poder adquisitivo de nuestros ingresos, que favorezca el desarrollo productivo, la multiplicación del empleo decente y mejore sustancialmente los salarios reales. Una política que proporcione recursos suficientes para garantizar educación de calidad, un amplio y eficaz sistema de seguridad social y servicios de salud seguros y eficientes.
En fin, asumimos el compromiso de transformar el país de este lugar inhóspito y hostil que es hoy en un espacio para la vida, la alegría, el estudio, el trabajo enaltecedor, la convivencia y la solidaridad que pueda traer de nuevo a nuestro suelo a los millones de compatriotas que han huido de esta catástrofe, y dar la libertad plena a presos políticos, perseguidos y judicializados.
Venezuela unida no se rinde y exige que se restablezca la institucionalidad democrática, el equilibrio de poderes, la plena vigencia de la Constitución. Es la hora del cambio, la hora del protagonismo del pueblo, del ejercicio libre del derecho al voto, con un árbitro imparcial y en las condiciones y plazos previstos en la ley, que permita votar para elegir. Es la hora de impulsar y darle fuerza a formas organizativas unitarias e incluyentes cuya conformación resulte de un amplio consenso.
Desde el Aula Magna de esta casa que vence la sombra, invocamos la rebeldía y el espíritu libertario de la generación de 1928, aquella que sembró la esperanza democrática en la lucha contra la dictadura de Gómez. Hacemos nuestras las banderas de la juventud, del movimiento estudiantil, del movimiento obrero, de los partidos democráticos y de los soldados que unidos hicieron posible la derrota de la dictadura de Pérez Jiménez en 1958. La hora de los cambios contra toda imposicióndespótica y autoritaria ya está andando. Aquí nadie se rinde. Convocamos a quienes comparten estas ideas a la activación inmediata para reestablecer la plena vigencia de la Constitución y emprender la irrenunciable tarea de reconstruir el país.
Que los jóvenes y los profesionales refuercen su arraigo en nuestra maravillosa tierra y se sumen a esta noble y titánica tarea. Que las mujeres continúen en su insustituible actitud de valentía ante la injusticia y en defensa de la familia y de los valores. Que las universidades profundicen su esencia como espacio de la pluralidad de pensamiento, del saber científico y humanístico al servicio de la nación. Que los partidos políticos expongan sus mejores análisis y propongan nuevas iniciativas para luchar juntos. Que los ciudadanos nos organicemos más y mejor para plasmar en la realidad el protagonismo social y la autonomía popular. Que los sindicatos, colegios profesionales y gremios multipliquen sus iniciativas en defensa de sus afiliados y de los trabajadores en general. Que los industriales, agricultores y comerciantes afiancen su determinación de continuar elevando las capacidades productivas en el marco del rescate de nuestra soberanía económica y de la satisfacción de los requerimientos de la población.
Saquemos las mejores fuerzas de nosotros mismos para abrir los caminos del progreso, la democracia y la libertad. Vayamos a la lucha por salir de este nefasto gobierno.
Venezuela unida NO se rinde
El cambio es por una vida digna, progreso y libertad

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