El riesgo de quiebra de Venezuela, Ucrania y Argentina supera el 50%
El abultado déficit público de Grecia, próximo al 13% del PIB, ha disparado el temor a que se produzca la primera bancarrota de un país perteneciente a la zona euro, con los efectos que ello tendría para la estabilidad de la moneda única.
Los problemas financieros de Dubai han extendido el miedo a la deuda soberana de numerosos países emergentes, pero también desarrollados. Pese a que los últimos mensajes oficiales procedentes de los organismos monetarios insisten en señalar que lo peor de la crisis financiera ya ha quedado atrás, el consejero delegado del Deutsche Bank, Josef Ackermann, advertía la semana pasada que la situación podría empeorar en caso de que los problemas de solvencia se trasladen a la deuda pública, en una clara referencia al caso de Grecia.
La posibilidad real de que se produzca una bancarrota en el seno de la zona euro ha disparado nuevamente todas las alarmas. Hace apenas tres semanas, el Gobierno griego reconoció que registrará un déficit público próximo al 13% del PIB en 2009, frente al 6% estimado inicialmente. Dicho anuncio obtuvo una dura reprimenda por parte de la Comisión Europea, que acusó al Ejecutivo helénico de manipular sus cuentas públicas.
Desde entonces, el riesgo de los bonos griegos ha ascendido con rapidez hasta superar la barrera de los 200 puntos básicos, según refleja el mercado de credit default swaps (CDS, una especie de seguro para cubrirse del impago de deuda pública y privada). Las agencias de calificación de riesgo ya han adoptado medidas: Fitch ha rebajado a BBB+ la calidad (rating) de la deuda soberana de Grecia. Esta medida encarecerá el coste de la financiación del Gobierno helénico.
En la actualidad, el bono griego a 10 años cotiza con un diferencial del 2% respecto al bono alemán. Es decir, el Gobierno griego tendrá que pagar 5.000 millones de euros más en intereses por su volumen de deuda total (270.000 millones) que si se tratara de Alemania.
El "problema griego" afecta al euro
Si los inversores pierden la confianza en la deuda griega, la insolvencia puede convertirse en realidad, con todo lo que ello supondría para el bloque comunitario. "El problema griego" será una "prueba de fuego para la Unión Monetaria", según un alto funcionario de Berlín, informa el diario germanoSpiegel.
Los inversores avanzan que la caída de Grecia, en caso de que se produzca, provocará un auténtico efecto dominó sobre los países de la eurozona más débiles, como es el caso de España, Italia, Portugal e Irlanda. La tensión crece en el seno de la Unión.
Por el momento, el comisario de Asuntos Económicos, Joaquín Almunia, admitió el martes que Grecia se enfrenta a "desafíos económicos y fiscales muy importantes" y se ofreció a ayudar al Gobierno de Atenas a diseñar un programa de consolidación fiscal que calme la inquietud de los mercados financieros sobre la posibilidad de que el país no pueda hacer frente a su deuda y quiebre.
"La Comisión continuará vigilando muy de cerca la situación en Grecia y está dispuesta a asistir al Gobierno griego en el diseño del programa global de reforma y consolidación", señaló el comisario de Asuntos Económicos, informa Efe.
Problemas bancarios
Además, la debilidad de la deuda pública de Grecia tiene efectos directos sobre su banca. Y es que, tras la degradación crediticia (BBB+), las entidades helénicas no podrán acudir a las ventanillas de liquidez del Banco Central Europeo (BCE) haciendo uso del aval del Estado.
De hecho, ante la imposibilidad de devaluar, una nueva pregunta ronda en la cúpula del BCE: ¿Qué pasaría si los griegos empiezan a imprimir euros por su cuenta, sin el permiso del organismo monetario central? De momento, no hay respuesta. El dilema de la UE sigue presente.
Los países con mayor riesgo de quiebra
Aparte de Grecia, existen otros países en riesgo de default. El Top ten de las posibles quiebras estatales está liderado por Venezuela, Ucrania y Argentina, según CMA, empresa especializada en información crediticia.
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