domingo, 9 de mayo de 2010

La unidad es clave, dice el jefe del No contra Pinochet


La elección del 26 de septiembre, en Venezuela, es la más importante de 2010 en toda América Latina. Más importante que la de Brasil esta es la opinión de Genaro Arriagada Herrera (Chile, 1943), quien fue jefe de la campaña que derrotó a Pinochet en el plebiscito de 1988.


--No hago pronósticos, sigue Arriagada , pero la oposición que hoy veo es mucho mejor que la de antes. Puede tener un éxito significativo.


La clave de ese cambio es la unidad. La comunidad internacional juzga a la oposición venezolana por la unidad.


Ese es un hecho que va a tener un impacto muy grande.


La oposición unida parte de que el presidente Chávez hace un muy mal gobierno, pero es vencible. Y eso cambia totalmente la manera de hacer política y la motivación de las masas.


Egresado de Derecho de la Universidad de Chile, estudió en la Universidad de Harvard y en el Instituto Smithsoniano, en Estados Unidos. Fue ministro de Estado del presidente Eduardo Frei (1994 y 1996) y embajador de Chile en Estados Unidos (1998-99).


Como aporte voluntario, ha trabajado "con muchas oposiciones en dificultades en el mundo": con Violeta Chamorro en su confrontación con los sandinistas; con la oposición a Torrijos, quien terminó sacándolo de Panamá, y con la oposición a Milosevic.


Crisis política y económica

Al solicitarle su perspectiva de la situación de la democracia en Venezuela, dice que este asunto puede ser percibido en dos instancias: 1) democracia electoral y, consustancial a ello, 2) como un Estado de Derecho.


--Yo diría que en Venezuela lo primero es cierto... hasta ahora dice Arriagada . A pesar de las críticas, las elecciones han sido reconocidas en general como correctas.


La gran pregunta es si eso va a continuar. La respuesta la tendremos en septiembre.


Ahora, si miramos la democracia como Estado de Derecho, la situación de Venezuela es muy insatisfactoria. Hay una concentración del poder en el Ejecutivo, inaceptable bajo estándares democráticos. Hay carencia de un Poder Judicial independiente. Por un error imputable a la oposición, hay una Asamblea legislativa en manos del Gobierno. Hay ausencia de controles sobre el Ejecutivo. Hay una discrecionalidad, que no existe en ningún otro país de América Latina, salvo Cuba, para disponer del presupuesto nacional. Hay amenazas a la libertad de prensa y a los derechos políticos de los ciudadanos. "Por otra parte, Venezuela presenta un cuadro muy preocupante desde el punto de vista económico. Este gobierno ha hecho un grave daño a la economía. Algo inconcebible en un país que ha gozado de tal prosperidad petrolera.


Los factores de la grave crisis económica son 3. Hoy, Venezuela está herida por el deterioro de su industria petrolera, que ha disminuido de 3.100.000 barriles por día a una cifra que, en el mejor de los casos, es de 2.250.000.


Y si consideramos el aumento del consumo interno y el contrabando a países vecinos, el exportable es mucho menor. Reparar semejante descenso va a tomar mucho tiempo".


"En segundo lugar, durante 10 años el país no ha tenido una inversión significativa. Buena muestra de lo cual es la crisis eléctrica, que no es únicamente un asunto hidrográfico, sino también de falta de inversión. Cuando se descuida por 10 años la inversión, el mecanismo de reactivar la economía con gasto público sólo redunda en inflación. Y la tercera cosa es la destrucción de áreas clave como el aluminio, el acero, el hierro y la agroindustria. En suma, la situación económica de Venezuela en los próximos años es extraordinariamente preocupante".


Poco respeto


--Mirado desde fuera sentencia Arriagada , Chávez no goza del más mínimo respeto. Su gobierno es extremadamente impopular en todos los países de América Latina. Nadie piensa que tenga características de liderazgo intelectual ni programático. Y, sin duda, es el más ineficiente del continente. Cabalmente informado de las recientes denuncias emanadas del sector militar, Arriagada agrega que, como extranjero, se limita a hacer una formulación teórica al respecto. "Toda democracia supone un ejército profesional, no politizado, sometido al poder civil y no usado en las luchas políticas. Cuando se politiza el ejército, cuando se le intenta usar como policía, cuando en los criterios de ascenso no predomina la calidad sino el alineamiento político con el gobierno, se destruyen las fuerzas armadas. Además, cuando se crean cuerpos armados paralelos, se cuestiona el monopolio de las armas que siempre debe respetársele a los ejércitos".


Ante una pregunta sobre la supuesta intención del Gobierno venezolano de crear un parlamento comunal para desactivar una Asamblea Nacional eventualmente en manos de la oposición, Arriagada dice estar seguro de que eso es un infundio: "Porque sería el equivalente a sacar un aviso luminoso que diga: Soy dictador".

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