LA CEV: ¿CON DIOS Y CON EL DIABLO?
EMILIO NOUEL V.
“Si eres neutral en situaciones de injusticia,
has escogido el lado del opresor”
Desmond Tutu
“El régimen quiere votaciones para reforzar y
perpetuar su poder dictatorial,
Luis Ugalde sj
Estas líneas no serán complacientes ni políticamente
correctas. Tampoco pretenderán sacarle las castañas del fuego a una instancia
religiosa que tiene obvias influencias en nuestra población, pero que tiene la
obligación de ser clara en sus mensajes hacia sus feligreses, que son mayoría
en nuestro país.
No se espere entonces una opinión hipócrita o de
conveniencia.
La declaración política de la Conferencia Episcopal (CEV) de
esta semana ha generado muchos comentarios a través de los medios y redes
sociales como para no referirse a ella.
Con ella cada sector político ha llevado agua para su molino
particular, extrayendo las frases del texto que más le acomodan a su estrategia
y propósitos; y algunos han tratado de sacar las patas del barro a la CEV, o
bien de manera calculada y otros atendiendo al dicho aquel sobre el que le pega
a su familia ya se sabe lo que supuestamente le pasaría.
Los de la mesita alacrana, sus plumas oficiales en twitter y
demás acólitos, por ejemplo, saltaron inmediatamente alborozados para decir que
el “poder espiritual” apuntalaba su
posición de ir a elecciones fraudulentas convocadas por los tiranos. “Vieron,
los curas nos dan la razón”, dijeron en clave olorosa a chantaje religioso.
Otros interpretaron que era un llamado de atención, una
crítica, a la oposición democrática por no haber ofrecido una alternativa al simple
rechazo de ir a votar (“Esto no basta.
Deben asumir la responsabilidad de buscar
salidas y generar propuestas"). Para éstos, era una suerte de merecido
regaño, sin olvidar los que se sintieron reforzados en su permanente y a veces
irracional cuestionamiento a la dirigencia política democrática.
Legión son los que quedamos en babia, confundidos,
preguntándonos ¿cómo es eso de que después de decir que las elecciones programadas
son ilegales (“somos conscientes de la irregularidades que se han cometido, desde la designación del CNE, la
confiscación de algunos partidos, inhabilitación de candidatos, amenazas,
persecuciones y encarcelamientos, el cambio de número de diputados y de
circunscripciones electorales”) y que “resulta inmoral cualquier maniobra
que obstaculice la solución política y social a los verdaderos problemas
presentes”, igual se debe ir al matadero electoral (“A
pesar de las irregularidades, la participación masiva del pueblo es necesaria y
podrá vencer los intentos totalitarios y el ventajismo por parte del gobierno”)?
¿No habría en esa contradicción, precisamente, una
incongruencia, incluso moral?
¿Qué se pretende con un comunicado tan sibilino como el de
marras?
¿Es atribuible el texto a un descuido de mala redacción,
independientemente de las intenciones subyacentes?
¿Se pretendió estar con Dios y el diablo al mismo tiempo?
¿Cabe barruntar presiones externas a la CEV e incluso
foráneas?
Ciertamente, una propuesta que se oponga a ir como corderitos
al matadero electoral, en un proceso en el que no se elegirá libremente sino
los candidatos y los partidos que permite la tiranía, apoyado por ciertos
grupos minoritarios y abiertamente colaboracionistas, debe estar acompañada de
opciones alternativas que no conduzcan a la pasividad, al inmovilismo. No
tenemos duda al respecto, y esta crítica y otras adicionales son válidas y
pertinentes.
Pero decir eso y a renglón seguido expresar de manera ambigua,
que a pesar de las “irregularidades”, debe participarse masivamente en las
elecciones, es una frase incoherente, confusa e incomprensible, si nos atenemos
a otras partes del mismo texto y a anteriores pronunciamientos del mismo ente.
No deja uno de conjeturar también cosas oscuras en todo este
lamentable asunto, que quedarán por ahora ocultas.
A mi juicio, fue una declaración
torpe, más allá de elementos indiscutibles, que se ha prestado, no se puede
negar, a interpretaciones variadas, pero que ha venido a contribuir a la
confusión, a la desesperanza, por más que se quiera ahora edulcorarla, haciendo
control de daños.
Resulta curioso que se emita el mismo día en que otra
declaración muy precisa e inteligible de la Unión Europea vaya en sentido
contrario, no dando lugar a interpretaciones diversas respecto de un proceso
electoral espurio.
Por lo demás, esperamos que la dirigencia democrática
continúe haciendo las consultas en curso en relación con la ruta a seguir, la
estrategia y las iniciativas concretas, a los fines de presentarla a la brevedad
ante el país. Habrá que acelerar el paso en tal sentido y lograr que se dé una
amplia participación, incluyendo a la CEV.
Por otro lado, que este impasse infeliz sirva
para hacer las reflexiones que correspondan y aclarar las posiciones de
ciertos actores políticos, en una situación a todas luces difícil e incierta.
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