viernes, 14 de agosto de 2020

Mi opinión sobre el comunicado de la CEV.

RAMÓN MUCHACHO

Amigos, por aquí hemos sido los primeros en reconocer, felicitar y agradecer las valientes y atinadas palabras a las que nos tiene acostumbrados la Conferencia Episcopal Venezolana. Pero esta vez nos toca disentir y llamar la atención sobre algunas cosas que se dicen en el comunicado.

¿Que el objetivo del comunicado era obligar a la oposición a reaccionar, corregir y/o ser más proactivos de cara al 6D porque abstenerse no basta? Maravilloso! Eso lo entiendo. Es necesario. Y ojalá se produzca esa reacción. Lo que no entiendo son algunas cosas que están escritas allí que parecen injustas en unos casos, y contradictorias en otros.

Comienza el comunicado de la CEV diciendo que el sufrido pueblo venezolano “ha sido olvidado por quienes asumieron el rol de representarlo”. ¿A quienes se refieren nuestros obispos, a nuestros diputados? ¿Se refieren a Guaidó? ¿Se refieren a los diputados y dirigentes que estamos exiliados, o refugiados en embajadas, para no estar en el Helicoide o Ramo Verde? ¿Se refiere a los que sí están en el Helicoide sufriendo vejaciones y torturas como Juan Requesens, Roberto Marrero o Renzo Prieto? ¿Se refieren a los cientos de inhabilitados que estarían en este momento representando al pueblo como legisladores, alcaldes o gobernadores? Obviamente no se refieren a Fernando Albán ni a los dirigentes que han muerto en esta lucha, pero sería bueno saber a quienes se refieren. ¿Quienes son esos malagradecidos y traidores que habrían asumido la representación del pueblo para luego olvidarlo y dedicarse a vivir tranquillos? Porque quienes secuestran el poder y se dan la buena vida son los enchufados del régimen. Más bien aquí hay que reconocer con generosidad los sacrificios de tantos luchadores.

Prosigue la CEV diciendo que descartan cualquier salida fuera de la institucionalidad constitucional (como si en Venezuela quedara algo de esa institucionalidad y nosotros la quisiéramos romper, cuando en realidad lo que queremos es restaurarla), y que para ello hay que celebrar “elecciones libres, justas e imparciales”. Pero al mismo tiempo dice que, aunque las elecciones del 6D no sean -según el propio comunicado- libres, justas e imparciales, de todas maneras hay que participar en ellas, tal como si sí lo fueran pues.

Luego dice la CEV que los líderes y partidos deben asumir la responsabilidad de buscar salidas y generar propuestas, pero pierde la CEV una maravillosa oportunidad para sugerir, recomendar, esbozar, o siquiera asomar alguna posible ruta o salida -realista y posible- a la crisis, que sea pacífica, democrática, constitucional, electoral y bonita. Esperan que Guaidó y la oposición resuelvan esto y liberen a los venezolanos de Maduro y su mafia criminal, pero, además, ajustados a los altos preceptos antes mencionados. En pocas palabras, le piden a la oposición un milagro.

Queridos obispos, si ustedes quieren un milagro, no se lo pidan a quienes no tienen el poder de concederlo. Mejor unámonos todos en oración y pidámoslo con fe al Señor. Bueno, ustedes saben más de esto que nosotros. Guíennos y los seguimos. Yo me anoto y apoyo en lo que pueda.

Dice el comunicado que “A pesar de las irregularidades, la participación masiva del pueblo es necesaria y podrá vencer los intentos totalitarios y el ventajismo de parte del gobierno”. ¿Es así? Creo que es mejor invitar a la gente a votar, por cualquier razón o motivo -que los hay-, pero sin generar esta expectativa que al final multiplicará la frustración.

Siento en el comunicado una especie de neutralidad de parte de la CEV, como una equidistancia entre el régimen y la oposición, como si todos fuéramos culpables por igual. Pero no es así. Los principales responsables del desastre están plenamente identificados. Es como cuando alguien muere a manos de un malandro que lo fue a atracar y decimos “es que reaccionó mal y por eso lo mataron”. La oposición se puede haber equivocado muchas veces, puede haber “reaccionado mal”, pero eso no cambia los roles de víctima y victimario, ni nos pone a la par del régimen.

Lo dejo hasta aquí porque esto está muy largo. Espero que la CEV matice algunas de las cosas que quedaron escritas. Y, sobretodo, espero que el comunicado sirva para que toda la oposición unida reaccione de cara al 6D. Eso haría que, a pesar de lo anterior, valga la pena el comunicado.

Por cierto, es de esperarse que Maduro invite al Vaticano como observador electoral, para poner a prueba la consistencia y unidad de criterio de la Iglesia. Mal podría la Iglesia negarse a participar como veedor en un proceso al cual invita a los venezolanos a votar.

Me despido reiterando mi respeto y consideración a nuestros obispos, y a toda la Iglesia Católica venezolana, de la cual formo parte.

Ramón Muchacho.

laceiba@ramonmuchacho.org.

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