martes, 4 de abril de 2017

NO SÉ, NADIE ME DIJO NADA
 
EL NACIONAL EDITORIAL
 
Si el señor Maduro fuera un hombre de mundo quizás hubiera entendido que desde la Sala Constitucional le habían metido un paquete chileno sus propios compañeros civiles y militares, el grupito que maneja las cuestiones importantes de la nación. De lo que se trataba era uniformar la acción del gobierno en función de un modelo militar dictatorial pero con un helado de fresa encima, para disimular el trago amargo.
Desde luego que el señor Maduro no esperaba un dulce envenenado de sus propios compañeros, de manera que probó el manjar que le habían preparado nada menos que tres palomitas de la paz, que alzaban vuelo buscando la caída del zamuro mayor. En realidad todas estas maniobras venían siendo organizadas desde hace tiempo atrás limitando los poderes al señor Maduro.
En comandita los civiles y militares dueños del poder y del botín se sentían poderosos y protegidos mientras existían organismos internacionales capaces de tenderles la mano en cuestiones de petróleo y otros minerales estratégicos, además de apoyarlos si les era conveniente, pero también en cuanto a campañas y apoyos internacionales capaces de proveerles de chaquetas antibalas de la ONU y de otras instituciones. Ya eso no existe, la red de apoyo está fracturada y nadie es capaz de acercarse a Venezuela para ayudarla.
La estrategia diseñada por la descerebrada canciller, especialista en insultos, llega a su fin, su estilo es rechazado hasta por los cubanos que en este momento, prácticamente, ven un entendimiento entre Estados Unidos y Rusia como el mar de la felicidad. Cero Venezuela, las colas por gasolina colapsan la isla cubana. ¿Qué queda entonces? La capitulación, la entrega a cuotas de los bandidos que ya no tienen otra salida y eso resquebraja la unidad del poder.
La cercanía de un juicio internacional, la caída de régimen no es lo importante, lo que realmente importa es el destino de cada uno de estos jefes que sirvieron de cadenas de enlace para el establecimiento del terrorismo, suficientemente soportado con pruebas policiales en Francia, España, Holanda, Inglaterra y otros países que están trabajando en dossier de alcance inestimable.
En cuanto al tráfico de drogas, los agentes y agregados militares de esos países saben y se reúnen en Venezuela para intercambiar informaciones sobre el control del mar Caribe. Se equivocan quienes creen que la DEA maneja esa operación. Gracias a Dios, a la conjunción de esos países Venezuela puede salvarse como narco estado, hasta ahora pero no por mucho tiempo.
El señor Maduro ha cometido el error de reunir en su entorno a quienes lo van a llevar a ser un reo internacional. Está a tiempo de apartarse de quienes lo llevarán a la tumba. Usted no es militar, usted no debe caer en el juego de quienes como militares dominan los cielos y convierten al sur de Venezuela en un portaviones desde el cual despega la droga hacia Centroamérica.
Quítese esa gente de su lado, regrese al pensamiento inicial de Hugo Chávez, que no era narco ni le gustaba que sus oficiales se metieran en un negocio que hunde en el pantano a Venezuela. Sea varón.      

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