jueves, 19 de septiembre de 2019

TODOS LOS TABLEROS
BERNARD HORANDE
El reciente “acuerdo” firmado entre la narcotiranía venezolana y un grupete de engendros político-partidistas de dudoso proceder, da para hacer unos comentarios sobre las últimas actuaciones de la oposición venezolana.
Lo primero es que este episodio no representa sino el corolario de una equivocada estrategia política seguida por quienes dominan la Asamblea Nacional. El G4.
Esa “estrategia” decidida fue la de jugar “en todos los tableros”. Qué bonito suena eso de “todos los tableros”, ¿no? Es amplio, atractivo, inclusivo, democrático.
Hasta romántico resulta. Uno se imagina conquistando a una dama, jugando “en todos los tableros” por ella. O esas simultáneas de ajedrez donde un genio logra vencer en “todos los tableros” a sus oponentes.
Además, tiene la gran ventaja de complacer todas las peticiones. Cuando no se logra un consenso o acordar un camino conjunto, lo mejor es irse por la opción de “todos los tableros”.
No hay quien no pueda sentirse representado. No importa lo que Usted piense, saldrá premiado. lgual para quien tenga un pensamiento diametralmente opuesto. Todos felices.
El problema es que “todos los tableros” no es una estrategia. Es en el mejor de los casos una sumatoria de estrategias. Probablemente muy distintas entre sí. Un mezclote. Y lo más grave: seguramente unas se van a anular con otras. Por ser opuestas.
Recordando a aquel militar prusiano llamado Carl von Clausewitz, el concepto de estrategia surge como una respuesta a la realidad ineludible de recursos limitados.
Ninguna organización política, económica, social o de cualquier tipo, tiene recursos ilimitados. Por lo tanto, el diseño y escogencia de una estrategia correcta nos ayudará a concentrar los recursos limitados en ciertas acciones determinadas que nos permitirán lograr ventajas competitivas sostenibles.
Es decir, si juego en “todos los tableros”, me diluyo. Me anulo. No soy eficiente. Envío mensajes contradictorios. No me muestro coherente.
Cuando adopto una (¡una!) estrategia, me concentro. Me enfoco. Utilizo al máximo mis fortalezas.
Quienes han llevado esta política de “todos los tableros” durante estos meses parece que no se percataron de ello. No es casualidad que nuestro Presidente Encargado Juan Guaidó, quien en el mes de Enero de este año subió como la espuma en popularidad, confianza y apoyo, venga cayendo en los meses sucesivos progresiva, sostenida y sobre todo, lamentablemente.
Si algo tienen nuestros adversarios que siguen en el poder en Venezuela, es que son coherentes. Perversamente coherentes, sí. Son persistentes. Cruelmente persistentes. Envían mensajes claros. Sencillos. Tienen una política. Tienen una estrategia.
No andan jugando en “todos los tableros”. Juegan en uno solo. Y juegan duro. Aprietan hasta no poder, hasta ahorcar…. y luego, tácticamente, sueltan un poco.
Mientras tanto, de este lado andamos confundidos en no se sabe cuál estrategia.
Escríbalo: ese acuerdo de malandros firmado en la Casa Amarilla con bombos y platillos, se inscribe dentro de una estrategia.
Nos toca aprender un poco de ellos.

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