CARLOS CANACHE MATA
El pasado 29 de
enero la ilegítima Asamblea Nacional Constituyente (ANC) aprobó una nueva
reforma de la Ley Orgánica de la Fuerza Armada Nacional (Lofan) que denominó “Ley
Constitucional de la FANB”, en la que se prevé la incorporación de la Milicia como
otro componente (sería el quinto) de la
Fuerza Armada Nacional (FAN).
El más elemental análisis de esa reforma
determina que la misma es aberrante e inaceptable.
En primer lugar,
el artículo 328 de la Constitución Nacional enumera en forma taxativa, no en
forma enunciativa, que “la Fuerza Armada Nacional está integrada por el
Ejército, la Armada, la Aviación y la Guardia Nacional”. Habría que modificar
la Constitución mediante una enmienda o una reforma (previstas en los Capítulos
I y II de su Título IX) para variar esa integración. No fue eso lo que se hizo.
El constitucionalista Juan Carlos Apitz ya lo señaló certeramente: “La consituyente fue
creada para el gobierno justificar cualquier arbitrariedad. Y esto se cumple
con esta nueva ley de la FAN que no puede llamarse constitucional porque,
jurídicamente, todas las leyes deben ajustarse a los principios y valores de la
Carta Magna”.
En segundo lugar,
esa incorporación de la Milicia a la FAN ya fue rechazada por el pueblo en el
referendo que se realizó el 2 de diciembre de 2007 sobre el proyecto de reforma
constitucional propuesto por el entonces presidente teniente coronel Hugo
Chávez Frías.
En tercer lugar, el
artículo 1° de la nueva ley en que se contempla la malhadada incorporación
miliciana se declara a la Fuerza Armada Nacional como “bolivariana,
antiimperialista y antioligárquica”, lo que modifica la denominación que se le
da en el texto constitucional, sin que éste haya sido enmendado o reformado.
Añádase la impertinencia de esa caracterización de la institución armada.
En cuarto lugar,
la actual Asamblea Nacional Constituyente se convocó sin cumplir con los
requisitos establecidos en los artículos 347 y 348 de la Constitución, además
de su elección ostensiblemente fraudulenta y con la sola participación del
oficialismo y sus acólitos y sin la participación de los partidos de de la oposición democrática. Sus decisiones, por tanto, carecen de validez
jurídica.
Hay que hacer también algunas
consideraciones políticas y de otra naturaleza sobre la pretendida inclusión de la Milicia en la
Fuerza Armada Nacional.
Es evidente que la
dictadura imperante en Venezuela desconfía de la lealtad de la FAN, y, por tal
razón, tiene interés en crear un ejército paralelo en el que no haya
incertidumbre sobre su incondicional apoyo. Es un secreto a voces que cunde el
descontento en el seno de la FAN. No sólo porque se le ha puesto al margen de
su rol constitucional, sino también por la asignación de funciones y tareas que
no le competen y por la corrupción que campea abiertamente en los altos mandos.
No es por azar que la ONG Justicia Venezolana recién informó que hay 217
oficiales detenidos en cárceles militares y en los cuerpos de seguridad del
Estado.
En la Academia
Militar, durante un acto dedicado a la Milicia, Nicolás Maduro, según los
medios digitales del pasado 8 de enero, informó “que el chavismo ya unió a sus
filas a 3.778.334 milicianos, con la meta de alcanzar los 4 millones antes de
abril”. Aún cuando la cifra sea un bulo que rebasa la capacidad logística de la
FAN, de todos modos, como señala el diputado Luis Barragán, se está “lesionando
severamente a la institución castrense con las milicias como un componente
especial que afectará su estructura, organización y financiamiento dándole otra
perspectiva al monopolio lícito de la fuerza en un Estado definitivamente
desnaturalizado y confundido con el partido que lo controla, desfigurándolo”.
Un general activo
declaró en días pasados, bajo anonimato, a una periodista de un conocido medio
digital, sobre la inconveniencia de que
la Milicia pase a formar parte de la FAN, ya
“que para la selección de quienes conforman dicho cuerpo armado no
existen controles de ninguna índole…por lo cual ese inflado y amorfo ilegal
cuerpo especial llamado Milicia, se encuentra minado, infiltrado por células
guerrilleras, por elementos mercenarios, por doble cedulados colombo
venezolanos, por terroristas cubanos, sirios, iraníes y de cualquier país a
quienes les hayan dado ciudadanía venezolana de forma ilegal”. Sería un injerto
cancerígeno.
A la luz o a las sombras de lo
escrito líneas arriba, ¿qué va a pasar con esta unión morganática de la FAN y la
Milicia?
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