EL CARÁCTER RELIGIOSO DEL 19 DE ABRIL
Enrique Viloria Vera
Imbuida de religiosidad en sus antecedentes y ejecutorias estuvo
En efecto, se señala que junto a los postulados de
“La palabra regalismo, significa en
la historia de
María Eugenia Talavera, por su parte, sustenta lo siguiente:
“Es de tomar en cuenta que, la
religión y la defensa de la patria estuvieron unidas en el proceso de
levantamiento contra el imperio español. En el conflicto bélico
Así, como si la religión católica hubiese ejercido una influencia
más allá de las ideas: sobre el tiempo, el Jueves Santo de 1810 tiene lugar
“Una inspiración sacude a Roscio, quien manda a buscar al Canónigo
José Cortez de Madariaga con el Padre José Félix Blanco. O quizás fue éste el
de la idea. No falta quien afirme que fue obra de la casualidad al encontrarse
Blanco con el Canónigo, y a las preguntas de éste, le dio la información. Sin
embargo, Dios debía tener su mano metida allí, inspirando a los hombres. Una
versión indica que el Padre Blanco, corriendo apresurado con la sotana al
hombro, se dirigió calle arriba a
A las deliberaciones del Cabildo caraqueño son llamados a
participar los pronuncios de los tres principales conventos de hombres
establecidos en Caracas: agustinos, franciscanos y mercedarios, al igual que el
Padre Juan Antonio Rodríguez Queipo, Rector del Seminario Arquidiocesano. Sin
embargo, la invitación no se hizo extensiva a los representantes del Cabildo
Eclesiástico y del Arzobispado.
Por otra parte, es de subrayar que la jerarquía eclesiástica que
regía el Arzobispado – en condición de sede vacante desde la muerte del
arzobispo Francisco de Ibarra - no estuvo nunca comprometida con la gesta de
abril. A su arribo al país, el 31 de julio de 1810, el nuevo Arzobispo
designado, Narciso Coll y Prat, antes de subir a Caracas, fue obligado a
prestar juramento ante el comandante de la plaza de
“… no reconocer otra soberanía que
la del expresado Señor Fernando VII, representada en la suprema junta erigida
en la capital de esta provincia con el título de conservadora de los derechos de
S.M. mientras dure el cautiverio de su real persona, ó por el voto espontáneo y
libre de sus dominios se establezca otra forma de gobierno capaz de ejercer la
soberanía en todas ellas…”.
Este reconocimiento de la soberanía de
La influencia de la religión sobre la concepción de la nueva República no se hace esperar, son variadas las posiciones que se esgrimen con el fin de conciliar la fe con la ideología. Uno de los más conspicuos revolucionarios de abril, Juan Germán Roscio, católico confeso y liberal a toda prueba, sustenta la posibilidad de establecer un “Republicanismo Cristiano”. Sobre esta alianza entre la religión y la política, María Eugenia Talavera señala:
“Según Roscio es posible conjugar
el ser cristiano en una sociedad defensora de las libertades individuales, para
ello es necesario enlazar la razón y la fe para consumar el matrimonio entre el
cristianismo y el liberalismo. Para fundamentar esta idea se apoyó en el
Antiguo Testamento para tratar de demostrar que no existía ninguna
contradicción entre ser católico y tener una postura política liberal.
Considera que es necesario depurar la religión, liberarla de la política para
demostrar que es posible hacer una lectura republicana del catolicismo,
basándose en el principio necesario para “desmonarquizar” las nuevas
sociedades”.
Así
lo reconoce también, más contemporáneamente,
“Tanto el 19 de abril como el 5 de julio fueron
dos acontecimientos en los que brilló la civilidad. La autoridad de la
inteligencia, el diálogo, la firmeza y el coraje no tuvieron que recurrir al
poder de las armas o a la fuerza y a la violencia. La sensatez en el
intercambio de ideas y propuestas respetó a los disidentes y propició el anhelo
común de libertad, igualdad y fraternidad. Los padres fundadores de la patria,
herederos de una tradición cristiana que ya contaba tres siglos en este suelo,
reafirmaron esa fe con pública proclamación; deseaban que
Esta influencia de
Por su parte, la primera Constitución venezolana de 1811
declaraba:
“La religión católica, Apostólica,
Romana, es también la del estado, y la única, y exclusiva de los habitantes de
Venezuela. Su protección, conservación, pureza e inviolabilidad será uno de los
primeros deberes de
Todo ello pues dentro del espíritu expresado en 1810 cuando en su
Alocución a los habitantes de Venezuela,
“Que la religión santa que
hemos heredado de nuestros padres sea siempre para nosotros y para nuestros
descendientes el primer objeto de nuestro aprecio y el lazo que más eficazmente
pueda acercar a nuestras voluntades”.
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