viernes, 16 de abril de 2021

 Un carnet de la patria para acceder a la vacuna en Venezuela


EL MUNDO


VENEZUELA es un clamor ante el uso político que la revolución ha otorgado a las vacunas contra el covid. "Vamos a hacer presión, se nos está muriendo el país", subrayó Ana Rosario Contreras, presidenta del Colegio de Enfermeras de Caracas, quien ha convocado para mañana una protesta para exigir vacunas, un reproche nacional que crece por todo el país.

Venezuela sufre en estos días la oleada más virulenta del covid transcurridos 13 meses. El país lo vive con temor, pese a que el gobierno oculta las cifras reales, según han denunciado organizaciones y expertos.

El chavismo ha aprovechado la pandemia para estrechar su control sobre la sociedad, incluida una vacunación que no existe como tal. El penúltimo capítulo lo viven las personas mayores, a quienes se está inoculando la primera dosis de las vacunas rusas y chinas a través del carnet de la patria, la principal herramienta de control gubernamental, con tecnología china.

"No se puede condicionar que recibamos la vacuna a estar inscrito en este sistema, es discriminatoria", secundó Emilio Lozada, presidente de la Federación de Jubilados y Pensionados. "Sería como vacunar solamente a los fanáticos del Caracas (equipo capitalino de béisbol)", redundó el infectólogo Julio Castro, quien participa en la mesa técnica sobre la pandemia con el Ministerio de Salud, la oposición y organizaciones civiles.

El chavismo usa el carnet de la patria para el reparto de los bonos de dinero que otorga el gobierno, para la distribución de comida barata, incluso para la venta de gasolina a cambio de lealtad política. Cuando llegan las elecciones, el gobierno instala "puntos rojos" junto a los colegios electorales para que los venezolanos que tienen el carnet de la patria confirmen que han votado.

La tarjeta de fidelidad es un "mecanismo de control electoral. Mucha gente lo sabe y no quiere ser parte de él", desveló Rafael Uzcátegui, coordinador de Provea, ong de derechos humanos.

La Academia Nacional de Medicina también se ha unido al reclamo por la vacunación, cuyo proceso está sumido entre tinieblas revolucionarias. Ni siquiera se conoce cuántos miembros del personal sanitario han recibido la primera dosis, más allá de que Maduro ordenase que sus diputados, alcaldes, gobernadores y dirigentes principales fueran inmunizados.

"Venceremos a los dos virus: la pandemia y la dictadura", agregó Juan Guaidó, presidente encargado, quien apoya la protesta "como señal de tu exigencia por la vida y por la salud" y que además ha llamado a escribir en los tapaboca el lema "Vacuna ya".

En los últimos días, el gobierno de Maduro ha asegurado que ya ha pagado el 50% del anticipo requerido por el mecanismo COVAX, que está patrocinado por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Según el anuncio del jefe bolivariano, esta iniciativa serviría para suministrar más de 11 millones de dosis, con las que pretende inmunizar al 20% de la población.

Todos los anuncios previos realizados por el propio Maduro se han incumplido hasta ahora. El chavismo se negó a aceptar un acuerdo parecido, alcanzado con el Parlamento democrático, con la excusa de que se trataba de vacunas de AstraZeneca.

"Basta de querer bloquear una vacuna u otra, que entre la que sea accesible y esté verificada científicamente, punto. Aquí nadie está casado con una vacuna específica", exhortó Guaidó

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