¿Chávez sube?
Luis Vicente León
La popularidad de Chávez es una función de variables positivas y negativas, cuyo efecto neto mueve el índice dependiendo de las más fuertes.
La megatendencia reciente ha sido negativa, una vez que dejó el nivel de los 70 puntos del 2006, para oscilar entre dos y tres decenas por debajo. Pero esa caída no ha sido lineal sino llena de subidas y bajadas, donde los picos, cada vez menos fuertes, ocurren en campaña electoral.
En febrero 2009, Chávez había llegado a su nivel más bajo desde el 2004 (42%). No obstante, logra recuperar terrenos recientemente, debido a una intensa comunicación de masas y a la construcción de chivos expiatorios, con los que intenta liberarse de su responsabilidad sobre los principales problemas del país.
APUNTA CON RIFLE. No anuncia la expropiación como concepto ideológico (que en efecto existe) sino como una solución específica al acaparamiento o a la explotación laboral de algunos actores que sataniza, con lo que intenta convertir esto en una "acción liberadora del pueblo". La radicalización no es la ruta que ha usado en campañas previas y, aunque le funcionó hasta inicios de mayo, no sabemos qué pasará después de los eventos recientes, al cruzar dos fronteras peligrosas. La primera es el pase de la revolución a un nuevo nivel de control propietario del Estado sobre los factores de producción. ¿Por qué esto es peligroso? Fácil, porque por esa vía la economía camina inexorablemente a la misma situación que la comida en los contenedores de PDVAL.
LA SEGUNDA FRONTERA es el ataque a Polar, la empresa de mayor prestigio en la historia del país, con una espectacular relación con la gente y sus trabajadores. No se puede convencer a las masas creando historias sobre "acciones especulativas" de quien ha estado positivamente por años en la casa y en la vida de esa población. No es tan simple calificar de "explotadora" a Polar, cuando sus obreros y empleados se restean masivamente y sin pestañear para defender lo que han sido años de estabilidad laboral y trato inmejorable, que convierte a esta empresa en la gran aspiración de los trabajadores de todo el país, comenzando por los públicos.
Es inadecuado decir que el ataque a Polar aumenta la popularidad del Presidente. Simplemente, el ataque ocurre cuando Chávez había crecido en campaña. La pregunta es si seguirá haciéndolo, caminando hacia ese barranco.
Hoy las fuerzas de gobierno y oposición están equilibradas en votos potenciales. Sus diferencias son en términos de la ubicación de esos apoyos. La oposición en las grandes ciudades y el Gobierno en el interior, de donde no vienen los votos pero sí más diputados. Ese sesgo hace a Chávez favorito para la AN, aunque no necesariamente en el número de votos. Si bien habrá probablemente mayoría de diputados chavistas por el sesgo de distribución, los votos medirán la fuerza real de cada bloque hacia las elecciones del 2012 y no creo que atacar al símbolo empresarial más importante del país y enfrentar a sus trabajadores y consumidores, mientras se deja dañar comida importada por el Gobierno, sea una buena idea.
Sí, hay un pico electoral favorable a Chávez y era predecible. No, no es suficiente aún para romper la megatendencia negativa a futuro y menos si decide avanzar en esa frontera minada. Sí, es posible que los chivos expiatorios le ayuden a desviar la atención. No, no es Polar un candidato a chivo por su histórica conexión con la gente y sus trabajadores. Es más bien un candidato a despertar el rechazo de los venezolanos al ataque a la empresa privada, con la que los venezolanos sienten 80% de conexión. Sí, la economía se deteriorará mucho más. No, no es posible seguir echándole la culpa a terceros, cuando es obvio quien controla el país y éste, tarde o temprano, será responsabilizado... de lo que es responsable.
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