viernes, 4 de junio de 2010

Fracasó y no hay vuelta atrás
VENECONOMIA


La más clara evidencia de que el deterioro del país está en su punto más crítico, la dio el propio presidente Hugo Chávez en la inaguantable cadena de seis horas, con la que martirizó y agredió al país este miércoles. El mandatario, se desbordó a sí mismo, se salió de la más mínima compostura y respeto a la ciudadanía que debería guardar el presidente de cualquier república, en un intento de tapar con su verbo violento la crítica realidad que vive el país.

No reparó en decir falacias, ni en declarar la "guerra económica" al sector privado y a la burguesía, menos aún en redoblar las amenazas en contra de Lorenzo Mendoza, propietario de las Empresas Polar. El líder del fracaso del país no perdona el éxito del empresario. El Presidente se olvida que ya no puede esconder su fallida gestión con cadenas ni con represión. Que tampoco puede evadir la ingente inflación, la caída de la economía, el aumento del desempleo, del hambre y la pobreza; el incremento descontrolado de la inseguridad y la corrupción. Menos puede disimular el deterioro de los servicios, la quiebra de las empresas públicas, la crisis de electricidad y del suministro de agua potable; o evitar que se conozca la crítica situación del sistema de salud pública. Ni siquiera puede hacer desaparecer las miles de toneladas de alimentos que dejaron perder sus funcionarios por desidia, incompetencia o corrupción, mientras la producción nacional está en la carraplana.

El balance negativo de su gestión se refleja en los informes de los gremios empresariales nacionales, y en los reportes de los organismos internacionales, cuyos índices vienen colocando a Venezuela desde hace más de ocho años, entre los países con peor desempeño en diversas áreas. Así como también se pone de manifiesto en los informes del BCV, PDVSA y las empresas de la CVG. Muchos de los que avalaban al "Gobierno revolucionario" de Chávez, también le dan malas puntuaciones. Uno de ellos, el exdirector del Instituto de Medicina Tropical de la UCV, Oscar Noya, quien lapidariamente afirma que los sectores populares se están cansando "de las consignas, al no lograr resolver sus problemas esenciales". E indica que "la ignorancia, sumada a la arrogancia y, en algunos casos, a resentidos sociales", han hecho "un cóctel peligroso que ha permeado a algunas instituciones del Estado", en especial las de salud. También reprueban su gestión, expertos como Héctor Silva Michelena, miembro de la Academia Nacional de Ciencias Económicas, quien declaró hace poco que la inviabilidad del proyecto socialista de Hugo Chávez se deriva de un aparato administrativo que inhibe "la competencia entre los productores"; "del control directo de las empresas por el partido"; "la radicalización de los controles" y "la falta de democracia política y libertad en todos los sentidos".

El barco hace aguas, su capitán no quiere reconocer que fueron sus decisiones las que le abrieron los boquetes que hunden a la nave. Fracasó y no hay vuelta atrás, por más que grite improperios.

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