sábado, 28 de agosto de 2010

Producción de la industria cae al nivel más bajo desde 2005

La radiografía del Banco Central indica que la industria privada, un sector clave para crear puestos de trabajo y diversificar las exportaciones, si bien toma aire en algunos sectores, en términos generales aún no supera la etapa recesiva. El índice que mide el volumen de la producción industrial se ubica al cierre del primer semestre en el nivel más bajo desde 2005, con un descenso de 5,5% respecto al mismo período de 2009. Al contrastar con el primer semestre de 2008, lapso en que el sector alcanza la mayor producción de los últimos seis años, el desplome es de 15%.

Al evaluar el desempeño del primer semestre de este año con el de 2009 destaca que la producción de alimentos y bebidas crece 0,98%, los productos textiles aumentan 23,28%, la elaboración de sustancias y productos químicos avanza 9,28% y productos de papel 9,95%. Sin embargo, áreas como caucho y plástico muestran una caída de 17,75%, metales comunes se reduce 43,93%, la elaboración de muebles desciende 46,58%, mientras que calzado y talabartería registra una caída de 23,84%. Una mirada al pasado reciente apunta a que entre 2004 y 2009 la industria se desenvolvió en un entorno que exacerbó la enfermedad holandesa.

Lo que ocurre en los países que padecen este desajuste es que cuando el precio de un recurso natural, en este caso el petróleo, experimenta un salto estelar, ingresa una enorme cantidad de divisas, se incrementa el valor de la moneda, las importaciones se abaratan y la industria, junto a la agricultura, avanza poco o retrocede.

A la enfermedad holandesa se han añadido inversión no adecuada para expandir la capacidad de producción, problemas para obtener divisas en Cadivi, el declive del consumo y, a partir del primer trimestre de este año, el racionamiento de energía eléctrica. El descenso de las exportaciones petroleras y el traspaso de reservas internacionales al Fonden, un fondo que cubre planes de gasto y es administrado directamente por el Ejecutivo, han mermado los dólares que el Banco Central tiene disponibles para cubrir las importaciones de maquinarias e insumos.

En el primer semestre de este año las importaciones del sector privado ascienden a 11 mil 101 millones de dólares, una magnitud que implica un descenso de 33% respecto a 2009 y el nivel más bajo desde 2006. Los productos destinados al consumo final caen 37%, la compra de insumos para producir declina 30,6% y la adquisición de maquinarias y equipos se contrae 33,7%. El sector público no ha sentido la escasez de divisas ya que el Gobierno administra los petrodólares.

Las compras del Estado en el exterior suman 6 mil 267 millones de dólares en el primer semestre de este año, una cifra que se traduce en un salto de 34,4% respecto al mismo lapso de 2009 y en la cifra más elevada desde 1997.

La sobrevaluación

Entre 2005 y enero de 2010 el gabinete económico mantuvo fijo el precio del dólar, a pesar de que el país sufrió en este lapso una inflación muy superior a la de sus socios comerciales.

La consecuencia es que la moneda se sobrevaluó enormemente, es decir, los productos importados resultaban mucho más baratos que los nacionales, una condición que tiende a frenar la expansión de la industria nacional y diversificar las exportaciones del país. Acorralado por el desequilibrio, el Gobierno devaluó la moneda el 8 de enero de este año, pero la enfermedad no cesa. El modelo de cálculo de Barclays Capital determina que el bolívar tenía en mayo de este año una sobrevaluación de 41% y el tipo de cambio oficial debería ubicarse, para alcanzar el equilibrio, en 6,1 bolívares por dólar.

Analistas no esperan en el corto plazo una nueva corrección del tipo de cambio.

VÍCTOR SALMERÓN
EL UNIVERSAL

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