miércoles, 26 de septiembre de 2012

HENRIQUE CAPRILES: PROSPERIDAD, SEGURIDAD Y PAZ




Una fuerza social y política impregnada de frescura y voluntad indoblegable se está abriendo paso hacia la nueva Venezuela que más temprano que tarde se instalará. Y no habrá poder que pueda impedirlo. Así lo vemos y sentimos  a medida que pasan los días y nos acercamos a una fecha tan decisiva como la del 7O.
A la dirigencia roja le bastó poco más de una década para su amortización, carcomida por una ideología demencial y una incompetencia congénita.  
De cara a su derrota próxima, el gobierno venezolano ha recurrido a lo peor de su repertorio de acciones y discursos. Sólo le ha ido quedando el recurso a la infamia, el miedo y los dineros del erario público que ha utilizado de la manera más descarada y repugnante.
Sin embargo, de nada le ha valido tal proceder ayuno de escrúpulos y plagado de arbitrariedades.
El candidato retador del déspota que gobierna a Venezuela, ha seguido su ascendente camino al triunfo, reuniendo en torno a él las más disímiles voluntades, congregadas en una unidad que maduró a lo largo de un proceso difícil pero fructífero; todas ellas identificadas con el rescate de la democracia, la separación y autonomía de los poderes públicos, las más amplias libertades, la descentralización político-administrativa y la apertura a las modernas corrientes económicas del mundo de hoy.
Henrique Capriles se convirtió en el líder de una fuerza social y política que durante los ignominiosos años recientes se ha negado a arrodillarse ante el autoritarismo militarista. Es el que ha logrado encarnar los ideales de democracia y libertad sembrados por años en la mente y el corazón de los venezolanos, en la actualidad pisoteados por quienes nos gobiernan.
Es la cabeza de un vasto movimiento que ha sufrido los embates de las más perniciosas políticas económicas y sociales. Capriles es hoy quien está conduciendo con tino el vasto rechazo a una ejecutoria gubernamental que ha demolido las instituciones, arruinado a empresas privadas y públicas y hundido al país en la más grande corrupción administrativa y el abandono moral.
Pero Capriles es también el candidato de los anhelos de prosperidad y bienestar de quienes han estado al margen del desarrollo. Él representa las posibilidades ciertas de acceso mayoritario a los bienes educativos, científicos y tecnológicos, requeridos, hoy más que nunca, para elevar los niveles de vida de la población, para que ésta no siga dependiendo de las limosnas de un Estado paternalista. Sus ejecutorias gubernamentales lo avalan.
La necesidad perentoria de insertarse en la globalidad con inteligencia y  preservando los intereses nacionales, tiene en el candidato de las fuerzas democráticas un sólido puntal. Con él, las inversiones internacionales contarán con la seguridad y estabilidad que requieran los negocios, de modo que el objetivo de creación de mayores empleos productivos se alcance. En atención a éste, igualmente, será estimulado el comercio de importación y exportación, en el marco amplio de la interdependencia económica que caracteriza el presente.
El país, no hay duda, ha despertado de una pesadilla que nunca debimos experimentar. Basta ver las enormes y emotivas concentraciones públicas que a lo largo y ancho del territorio nacional se han venido dando en apoyo de las propuestas programáticas del candidato de la unidad democrática.
Estamos convencidos de que de la falta de credibilidad y del desprestigio internacional de los últimos tiempos, Venezuela pasará a recobrar el alto aprecio que siempre gozó en la comunidad internacional.
Henrique Capriles ha interpretado cabalmente el sueño de progreso, bienestar material y realce moral que mueve a la mayoría nacional.
Más allá de la elección queda un camino largo y dificultoso por recorrer, sin olvidar que tenemos de inmediato las muy importantes elecciones regionales. Los estropicios del gobierno actual no son pocos. Las amenazas a las libertades y a la democracia seguirán latentes. Los esfuerzos por mantener la gobernabilidad deberán ser ingentes. Requeriremos de la cooperación y del apoyo de factores dentro y fuera del país.
Afortunadamente, contamos con una unidad de fuerzas políticas que tienen claro lo que hay que hacer. También con una sociedad que en su búsqueda de un mejor país,  no permitirá que desviemos el rumbo ya trazado.

EMILIO NOUEL V.

@ENouelV

emilio.nouel@gmail.com

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