miércoles, 12 de diciembre de 2018

UNA PROVOCACIÓN INNECESARIA

CALOS CANACHE MATA


Hace tres días, el lunes 10, aterrizó en el Aeropuerto Internacional de Maiquetía una escuadrilla de aviones de Rusia, con inclusión de dos bombarderos estratégicos Tu-160 que tienen capacidad de transportar misiles crucero con ojivas nucleares en un radio de 5.500 kilómetros, lo que evidentemente es una provocación que tiene implicaciones en el equilibrio geopolítico de la región.
   La razón de esa demostración de fuerza, fue dada explícitamente, sin eufemismos, en el momento de la bienvenida a la Fuerza Aérea Rusa, por el Ministro de Defensa Vladimir Padrino López: “Nos estamos preparando para defender a Venezuela, hasta el último palmo cuando sea necesario, eso lo vamos a hacer con nuestros amigos, que defienden las relaciones respetuosas  entre los Estados”. ¿De quién y ante quién  se va a “defender a Venezuela”?  Varios países de América Latina han manifestado que no acompañarían una acción militar contra Venezuela, y, por su parte, aún cuando Trump en 1917 no descartó la opción militar y conoce las vinculaciones con el narcotráfico y el terrorismo internacional, también sabe que una intervención militar unilateral  tendría un alto costo político porque no estamos en los años de 1980 cuando ocurrieron las invasiones de Granada y Panamá.   Una semana antes de estar en tierra venezolana los aviones rusos, Irán (otro “amigo”) anunció el envío de dos o tres destructores que utilizan tecnología para evitar ser detectados por radares, con capacidad de transportar helicópteros, lanzar torpedos y derribar aviones, en el marco de una misión “que podría durar cinco meses”, lo que, sin duda, se suma a la ya grave  provocación rusa.
   La presencia militar extranjera se produce pocos días después de que Nicolás Maduro visitara Rusia y se entrevistara con Putin, quien se enfrenta al Estados Unidos de Donald Trump. Esto ha hecho decir al presidente del Consejo Venezolano de Relaciones Exteriores, Kenneth Ramírez, que “Maduro se ha convertido en un mero peón geopolítico”, en la lucha entre Estados Unidos y Rusia por la disputa global. Ratón en medio del ruido de las altas montañas.
   Montado sobre la cresta de la provocación innecesaria, Maduro, en verdad, acuerpa los temores por las nuevas sanciones que los países democráticos de América y Europa, que desconocieron la elección presidencial del pasado 20 de mayo, están dispuestos a adoptar  a partir del 10 de enero del año que está por llegar.
  




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