sábado, 4 de septiembre de 2010

La Constitución es el proyecto de país
AURELIO ARREAZA | EL UNIVERSAL
sábado 4 de septiembre de 2010

La otra noche vi en la televisión a un conocido articulista decir que la Mesa de la Unidad y los candidatos aún no han hablado de proyecto de país y que eso hace falta. Y me pregunto: ¿Un proyecto de país? Me imagino que es un plan para desarrollar el país que queremos. ¿Qué más puede ser?

Queremos un país donde haya paz. Donde se promueva la productividad ciudadana. La oportunidad para crear nuestros propios negocios y trabajo para otros con la garantía de que nuestra labor será apreciada y protegida. Solo así lograremos lo más importante: nuestras necesidades materiales y el bienestar que solo ofrece la seguridad económica y el trabajo digno. Queremos un país donde se administre bien la riqueza para poder tener las cosas básicas que queremos los seres humanos del mundo que somos todos esencialmente iguales: vivienda, trabajo, suficiente oferta de bienes de consumo, seguridad, buenos servicios, buena educación...

Para esto no hace falta complicarnos con un proyecto de país. Solo cumplir la Constitución que ya ofrece las leyes para que todos podamos lograr todo el bienestar material y espiritual posible.

La Mesa y los candidatos deben asegurarnos que harán lo necesario para que se respete la Constitución; asegurarnos que es esencial que la Constitución sea cumplida y que las leyes que promueven estabilidad y progreso sean activadas. Solo eso hará realidad el bienestar que queremos. Solicitar un proyecto de país es negativo. Es comunicar que algo hace falta, que nuestros dirigentes olvidan algo y que no son suficientemente competentes. Es ponernos a pensar en qué es lo que hace falta, confundirnos. Es desconfiar de los dirigentes que luchan por la democracia y que lo han hecho bien. Comprendamos que nuestra Constitución no sigue ideologías sino que ofrece leyes que en los países que las tienen y las cumplen han promovido bienestar y prosperidad. Leyes que demuestran que solo con verdaderas democracias se puede lograr la mayor igualdad y el mayor bienestar posible: verdadero socialismo.

Los engañados con ideologías fantasiosas -que limitan y oprimen la naturaleza humana, que promueven separación y odio y crean miseria- que observen al mundo sin prejuicios y vean que los países donde se vive mejor son aquellos cuyos dirigentes no siguen ideologías estancadas sino simplemente mantienen democracias: la forma de gobierno que evoluciona positivamente según el quehacer natural de la humanidad.

Lo primero es descentralizar política y económicamente. Esto promueve proceder cívico, forma los mejores funcionarios públicos y de inmediato motiva creatividad, trabajo y prosperidad. Descentralizar para que todo mejore y cumplir la Constitución. Nada más

No hay comentarios:

Publicar un comentario