domingo, 17 de febrero de 2013



LA FOTO HABANERA
                                                                                          
Enrique Viloria Vera

Honestamente no sé qué más quieren los escuálidos, la derecha apátrida, la burguesía nacional pues, con esa indudable fe de vida que nos envían desde el nuevo Palacio de Gobierno, sito ahora en la Habana, Cuba.  La foto enviada lo dice todo, es plural, polisémica, varia y múltiple como la personalidad del fotografiado al decir de su psiquiatra preso y de su médico en exilio.

La foto de marras es un acto de amor paternal  que expresa una buena relación con las hijas grandes, hechas y derechas (¡zape! más bien izquierdas)  – lamentamos la ausencia del revoltoso heredero y de la más pequeña que debe estar disfrutando de una banda de heavy rock como debe ser a esa edad  de los primeros contoneos  - ; es una foto todo amor; el LÍDER ha podido optar por otros afectos de su vida y haberse rodeado de Diosdado de un lado y de Maduro del otro, menos mal que no lo hizo así porque hubiese tenido que sacarse otra con Ramírez y Jaua. Cuentan los más cercanos colaboradores cubanos que existe además un daguerrotipo histórico en donde el Comandante venezolano aparece con un Castro a cada lado y que será pronta portada del Granma y del Times.

La mirada del LÍDER muestra la firme determinación de querer seguir dirigiendo el Tercer Mundo, el ALBA; MERCOSUR, la OPEP y Venezuela a ratos. Traduce también la energía que le trasmite a la ineficiente troika bolivariana para que gobiernen -   aunque sea un poquito -  y se dejen de esa viajadera inútil, de ese turismo político de mojito, congrí y lechón. ¡A trabajar sin descanso ni reposo los conmina, tal como el mismo lo hizo durante catorce largos años con sus días de frenesí y sus noches de insoportable insomnio!

El mono de aviador denota las ganas que tiene de lanzarse prontamente en paracaídas para deslizarse por el tobogán del Mausoleo del Libertador y hasta de pilotear el avión que lo traerá prontamente de regreso para juramentarse como Fidel manda. La sonrisa es de placidez y felicidad, nada forzada como argumentan algunos farsantes gobernadores de la oposición ¡Hasta puede vislumbrarse el ji ji  de repetido uso por el LÍDER para burlarse de los perversos escuálidos cada vez que pierden una elección presidencial!   

Por escrito, porque anda un poco afónico por las traqueotomías, el Comandante mandó a pedir como signo equívoco de su recuperación respiratoria un pito, el mismo que utilizó para expulsar de PDVSA a 18.000 empleados, a Sofía y a tantos otros que fueron sus amigos y cómplices, y que aún continúan presos en las muy confortables ergástulas de la Revolución Bolivariana.

¡Viva el Pito Presidencial!  ¡Estaremos atentos a su justiciero sonido para ver quien más fue reducido a polvo cósmico por voluntad del Infalible!

¡Larga vida al Corazón de la Patria!  

 ¡VENCEREMOS!    

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