Partidos de oposición en Venezuela temen prohibición a participar en elecciones
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La oposición venezolana teme que una serie de medidas impulsadas por el Gobierno terminen por excluirla de las próximas elecciones, allanando el camino para que el partido socialista se mantenga en el poder a pesar del descontento popular.
La corte suprema, que no ha fallado contra el Gobierno en años, ordenó a los partidos opositores una “renovación” con requisitos tan estrictos que sus principales líderes los calificaron como “imposibles” de cumplir.
Miembros del oficialismo se han burlado de las quejas y dicen que los candidatos opositores podrían competir bajo la coalición de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), que ha sido eximida de recabar firmas para reinscribirse, incluso si los principales partidos opositores no cumplen con las exigencias.
Pero el gobernante Partido Socialista (PSUV) también busca ilegalizar a la MUD con una denuncia por fraude electoral que reposa en el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ). Los críticos del Gobierno aseguran que, con estas maniobras, el oficialismo busca celebrar, sin adversarios, unas elecciones de gobernadores la segunda mitad del año y las presidenciales del 2018.
Para ellos, la estrategia es similar a la del presidente nicaragüense, Daniel Ortega, quien logró la victoria electoral por tercera vez consecutiva en noviembre, luego de que un fallo de la corte desahuciara al líder del principal partido de oposición.
“Régimen prepara elecciones a la nicaragüense sin partidos opositores y falsos candidatos opositores escogidos por el Gobierno”, dijo el diputado y ex presidente del parlamento, Henry Ramos, sugiriendo que el gobierno buscaría postular candidatos aliados que aparentan ser de oposición.
El Consejo Nacional Electoral (CNE) ha ordenado a los partidos a recoger unas 600.000 firmas en un sólo fin de semana específico entre 360 lugares autorizados; una logística, aseguran, imposible.
“No tiene partido”
Luis Rondón, el único disidente de los cinco rectores del CNE, describió el proceso como un impedimento para que los partidos de oposición permanezcan vigentes.
El CNE no respondió a las solicitudes de comentarios.
La victoria de la oposición en las parlamentarias del 2015, cuando le arrebató al “chavismo” la mayoría en la Asamblea Nacional tras más de una década, demostró que tiene un amplio apoyo entre los venezolanos cansados de hacer colas para comprar alimentos y medicinas escasos.
Los oficialistas han hecho poco para disipar los temores de que están tratando de prohibir unas elecciones sin oposición.
Tras denuncias de que las elecciones de gobernadores estaban siendo demoradas adrede, el segundo al mando del PSUV, Diosdado Cabello, advirtió a la oposición que no podría participar en ninguna elección hasta que cumpla con la orden de “renovarse”.
“¿A quién le convendría hacer elecciones mañana?”, preguntó Cabello semanas atrás en su programa televisivo. “Si quieren hacemos elecciones mañana y ustedes no participan porque no tienen partido”.
Incluso sin inhabilitar a los partidos, el Gobierno ya ha bloqueado -o busca hacerlo- a figuras clave de la oposición.
El popular líder opositor Leopoldo López permanece detenido desde el 2014 y Henrique Capriles, dos veces candidato presidencial, ha denunciado que la justicia busca sacarlo del juego político por supuestas irregularidades en el manejo de fondos públicos.
El analista político Luis Vicente León, abiertamente crítico del Gobierno, dijo que los continuos retrasos en la elección de gobernadores -que debieron celebrarse a fines del año pasado- indican de que el PSUV podría hacer lo mismo con otros comicios.
“Al final de cuentas, una vez que buscas mecanismos a través de los cuales evitas, retrasas, impides, bloqueas una elección, ¿por qué no vas a ir bloqueando las demás?, se preguntó en una reciente entrevista radial. “No están en jaque estas elecciones. Están en jaque todas las elecciones”. Reuters
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