Oscar Hernandez Bernalette
De repente aparecieron los corruptos del gobierno. Resulta que son solo de la Pdvsa rojita. Algunos se lo creen.
¿Cuánta corrupción recorre esta maltratada patria? Toda la que se
pueda imaginar. Si bien es cierto que nuestra región está llena de
corrupción, corruptos y corruptelas, lo que ha pasado en Venezuela en
los últimos años ganó todas las opciones inimaginables. Lo de Pdvsa es
solo una pincelada. Todos los entes del gobierno han sido sometidos a la
avaricia de los corruptos. Nombre un ente público y allí desangraron
también parte de nación. No hay adquisición pública que no esté viciada.
No hay jefe de compras que no haya hecho lo suyo, y no excluimos
empresarios sin valores éticos que hicieron también su agosto.
Son muchos los involucrados en estos últimos casi 20 años.
Testaferros, todos los que nos imaginemos. Por cierto, muchos se estarán
escondiendo. Otros tantos hacedores de dinero fácil vivirán tranquilos
en el mundo. Muchos, incluso, serán grandes detractores del chavismo. De
los militares, ni con el pétalo de una rosa.
Esto ha sucedido como consecuencia de desmontar el aparato
institucional del Estado; por designar funcionarios sin escrúpulos ni
valores republicanos, por la viveza criolla y por permitir que los
principios de honestidad que se trataron de construir en las Fuerzas
Armadas fueran desmantelados por la avaricia de mantenerse en el poder.
Al final hay que recordar que no hay manera de que un servidor público
honesto pueda vivir como lo hace la mayoría de esta gente.
Son demasiado evidentes. Las arcas de los bancos a lo largo y
ancho del planeta, los testaferros y los registros públicos conocen la
verdadera historia.
Al final, solo se harán visibles algunos nombres, pero el goteo no
se detendrá. Con el tiempo, los hijos y nietos de los corruptos se
enterarán de que su amable manera de vivir se originó en las estafas
prolongadas que tanto les quitaron a muchos venezolanos sumergidos en la
miseria.
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