jueves, 22 de febrero de 2018

Frente Amplio de Acción Nacional (FAAN)

 

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            Hernán Castillo | @CastilloHernan

TALCUAL

Mientras una parte fundamental de la dirigencia opositora, de la intelectualidad, de la opinión pública y de los venezolanos pensantes preocupados, se resistan a aceptar que en Venezuela estamos frente a un Estado Forajido es poco, o nada, lo que se puede hacer para el cambio político.
La naturaleza del proceso político que Venezuela ha vivido desde el espectacular triunfo de la oposición con motivo de las elecciones parlamentarias que, contra todos los pronósticos, alcanzó dos tercios del Parlamento, han llevado al régimen a profundizar su carácter de Estado Forajido. Además, del conjunto de sanciones que, por motivos distintos a la política, la comunidad internacional le ha impuesto a algunos importantes empleados públicos, que tipifican al Estado venezolano como un Estado Forajido, hasta el punto que hace poco, la Corte Penal Internacional, en materia de delitos asociados con violaciones a los Derechos Humanos, le abrió una investigación preliminar.
Pero por la vocación pacífica y la tradición democrática del venezolano, la dirigencia nacional opositora tiende a evaluar la crisis política nacional bajo argumentos democráticos clásicos: “Que si las encuestas”, “que si el diálogo”, “las negociaciones”, “el consenso y el acuerdo”, “las elecciones”, “la tradición”, “la libertad y la democracia”, “la Constitución y las leyes”, “la división y autonomía de los poderes públicos”, “la convivencia”, entre otros principios. Cuando en realidad estamos enfrentados a una clase, élite o grupo político, que no tiene entre sus valores la Alternabilidad; y ha demostrado hasta la saturación, que solo le interesa mantener sus privilegios, perpetuarse en el poder de cualquier manera y a cualquier costo, militarizar a la sociedad y violar los Derechos Humanos.
No obstante, la comunidad internacional ya pareciera que entendió el tipo de problema que vive Venezuela y está actuando en consecuencia, solo falta la Unidad Nacional. Pero entre otras medidas para concretar la Unidad Nacional, es necesario para esta nueva etapa que se iniciará el 22 de abril, ampliar la composición de la Mesa de la Unidad Democrática MUD con nuevos integrantes distintos a los dirigentes partidistas ya que para la toma decisiones sobre las movilizaciones sociales y políticas que se avecinan es un error continuar con las tradicionales formas organizativas de dirección. Enfrentar con los instrumentos y medios políticos convencionales a un Estado Forajido es inútil.
Jamás la sociedad civil democrática por si sola podrá derrotar a un Estado Forajido como el actual Estado venezolano, se requiere la alianza con la comunidad internacional. Y una vez que se comprenda el carácter de quienes están al frente del Estado, la situación se simplifica aunque sea costosa en sacrificios humanos la implementación de las de actividades.
Una de las mejores demostraciones sobre la imposibilidad de la sociedad civil de derrotar al Estado Forajido venezolano fue el desconocimiento del triunfo opositor en el estado Bolívar, en las pasadas elecciones para escoger a los gobernadores de estado.
Las transiciones políticas, todas han sido  estudiadas y conocidas, pero no así las transiciones políticas de un Estado Forajido hacia un Estado Democrático. La situación venezolana es novedosa y exigente, por lo que el régimen en su esfuerzo por lograr el reconocimiento de la ilegal Asamblea Constituyente al servicio de Maduro lo que pretende es desnaturalizar el artículo 333 de la Constitución Nacional, que establece: “Esta Constitución no perderá su vigencia si dejare de observarse por acto de fuerza o porque fuere derogada por cualquier otro medio distinto al previsto en ella”; y efectivamente, esa es la naturaleza de la profunda crisis política que Venezuela vive en los últimos tiempos.
Sacar a Maduro del poder no depende de votar o abstenerse, igual gane o pierda las ilegales elecciones presidenciales nunca va a entregar el poder democrática y transparentemente en unas elecciones libres, equilibradas por un árbitro electoral imparcial y sin ventajismo, abuso y violencia estatal, esa es una de las características políticas, probablemente la principal característica de un Estado Forajido.
La supervivencia del régimen y la existencia de la Alternativa Democrática no dependen de los resultados de la convocatoria a unas elecciones presidenciales ilegales; la supervivencia política depende de factores mucho más complejos que el estrictamente electoral, como entre otros, la economía, la presión internacional y las movilizaciones de la Unidad Nacional. Entre este último factor es decisiva la reorganización del equipo dirigente, por lo que propongo se piense en la posibilidad de crear lo que llamo un Frente Amplio de Acción Nacional, FAAN.

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