SI HAY UN AUTOELEGIDO, AUTOPROCLAMADO
Y AUTOJURAMENTADO, ÉSE ES MADURO
EMILIO NOUEL V.
El enfoque que algunos medios y agencias importantes del mundo han tenido sobre lo
ocurrido en Venezuela con la asunción de Juan Guaidó como Encargado de la Presidencia
de la República de Venezuela de conformidad con nuestro ordenamiento
constitucional, vale la pena comentarlo por lo desacertado e insistente.
Se ha reiterado en aquellos de que se ha tratado de una ´autoproclamación´
o ´autojuramentación´, o en el mejor de los casos, de que estaríamos ante una
situación de ´doble legalidad´ en nuestro país.
No estamos seguros si tal enfoque equivocado se hace ex
profeso, respondiendo a intereses políticos/ideológicos, o si más bien es producto de la ignorancia de
las circunstancias que envuelven el caso y de nuestras leyes o de la ligereza
de ciertos profesionales de la prensa, pero lo cierto es que con ello se
desorienta a la opinión pública nacional e internacional, afectando
negativamente un acto político, sin duda, legítimo, incuestionable.
No. No estamos ante un acto espurio, que no tenga fundamento político
y jurídico.
De más está ya decir que al no haber un presidente elegido
según nuestro orden legal, porque la supuesta elección del 20 de Mayo de 2018
no fue tal, se ha configurado una situación de vacío al frente de la
Presidencia de la República, razón por la cual corresponde al parlamento,
órgano legítimo de la representación popular, asumir la conducción del
ejecutivo mientras no tengan lugar nuevas elecciones.
Y Guaidó, como cabeza de esa instancia democrática, tomó la responsabilidad con la aprobación de
ese cuerpo representativo de la nación.
Por tanto, no se puede hablar como ligera o intencionadamente
lo han hecho periodistas del mundo, de una autodesignación o de una doble
legalidad.
En contraste, quien sí se ha autoelegido y autoproclamado
presidente es Nicolás Maduro. Su “elección” fue una farsa electoral que no solo
los venezolanos conocemos sino que la mayoría de las democracias del planeta
están conscientes de ello, por lo que no reconocen al gobierno chavista
usurpador.
Ir a juramentarse ante el Tribunal Supremo también fue una bufonada
sin sustento constitucional.
Mal se puede hablar entonces de una ´doble legalidad´, porque
una sola, la que aún se mantiene en vigor, indica que hoy Maduro ha tomado ilegítimamente
el poder sentado en las bayonetas oxidadas de una oligarquía militar que ha
pisoteado sus principios y las leyes de la República.
Y la legalidad vigente de nuestro país avala el curso que ha
seguido la Asamblea Nacional y su Presidente.
Harían bien los medios y agencias de noticias del mundo en
informarse adecuadamente sobre las circunstancias reales que rodean la toma de
posesión del Encargado de la Presidencia de Venezuela, Juan Guaidó. De esa
manera cumplirían mejor con su importante labor de informar verazmente al
público que los lee, ve y oye.
EMILIO NOUEL V.
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