ABRIR PASO A LA ESPERANZA
ROMAN IBARRA
A quienes somos optimistas de manera
indeclinable, por naturaleza y convicción, no nos queda más opción que
seguir apostando por la causa de la democracia en nuestro país, y seguir
luchando para concitar la empatía de las mayorías hasta recuperar un
sistema que ofrezca igualdad de oportunidades para todos, por el bien
del país.
Es harto conocido, incluso para quienes
de buena fe apostaron por el engaño de la revolución, que ésta ha
fracasado rotundamente; no solo porque desde siempre el socialismo ha
sido una estafa en la URSS; en Alemania Oriental; China; Corea del
Norte; Cuba, y en Venezuela, sino porque los ¨revolucionarios¨ de aquí,
se dedicaron a atracar al Estado, con y sin armas, proscribiendo las
promesas de redención de los pobres de manera abusiva, y grotesca.
Hoy, los jefes de la revolución se
emborrachan y comen como grandes millonarios en los mejores restaurantes
sin haber trabajado jamás; por el contrario, todos saben que esos son
dineros mal habidos, producto de la corrupción más feroz que haya
conocido país alguno. Y mientras ellos se dan la gran vida, la gente
común espera que esos comercios saquen la basura para llevarse a la boca
las sobras, y desperdicios por los que ya han pasado roedores y toda
clase de alimañas.
Convirtieron al país en un gran
basurero, y en uno de los más pobres de la tierra. Hoy somos comparados
con naciones como Haití, Somalia, o Gambia, a pesar de que la
providencia nos dotó de grandes riquezas materiales, que estos salvajes
no han utilizado para el desarrollo y progreso de todos, sino para el
lucro vulgar y exclusivo de su grupo.
No les ha bastado con robárselo todo, y
con haber destruido a una de las industrias petroleras más connotadas en
el mundo antes de su llegada al poder como Pdvsa, sino que también han
secuestrado todas las instituciones para con ello intentar perpetuarse
en el poder.
Se han envilecido de tal manera que no
les importa violar de manera sistemática la Constitución, y las leyes de
la República, para cometer a su antojo cualquier tropelía con la
garantía absoluta de impunidad por parte de un poder judicial
completamente corrompido, y siempre presto a cohonestar cualquier
atropello a la razón.
En su abuso de poder, y en su obsesión
totalitaria son capaces de todo, incluso de la ejecución extrajudicial
de un grupo rendido, y dispuesto a negociar su entrega para evitar la
muerte, como finalmente ocurrió en el Junquito frente a los ojos del
mundo como un hecho público, y notorio comunicacional.
No obstante, y a pesar de tantas
evidencias deleznables en contra de toda la población en estos 19 años
lamentables de comunismo, hay que seguir insistiendo en la búsqueda de
mecanismos de negociación que allanen el camino para lograr condiciones
suficientes para que sea el pueblo venezolano mediante el voto libre
quien decida el destino de la nación.
Entendemos la angustia de quienes se
niegan a negociar con el gobierno, y no les faltan razones, pero
sinceramente no vemos más opciones. Pudieron hacerlo con sentido
unitario los chilenos hasta que derrotaron a Pinochet; pudieron los
Polacos encabezados por Walesa para derrotar a la feroz tiranía
comunista de Jaruzelski; pudieron los Nicaraguenses derrotar con la
señora Chamorro a los siniestros Sandinistas.
Por qué entonces no podemos los
venezolanos conquistar con el apoyo internacional las garantías de un
proceso electoral limpio, y sobre todo, presentar una candidatura
unitaria de consenso que lidere el retorno a la democracia? Es tiempo de
pensar en una Venezuela libre y de progreso!!
Román Ibarra – @romanibarra
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