UNA SEGUNDA OPORTUNIDAD
SIMON GARCIA
La descompuesta camarilla militar- civil que controla el Estado no
quiere elecciones, ni partidos, ni producción, ni atender al país que se
contrae y desfallece. Su obsesión es el poder. No lo dejarán a menos
que sientan que pescuezo no tiene retoño o que se convenzan que no
pueden ejercerlo contra el mundo.
El gobierno ha repetido en República Dominicana lo que sí sabe hacer:
ganar tiempo, pausar las presiones internacionales, inventar
provocaciones contra la MUD y desmoralizar a la oposición. Adentro
atornilla la opresión totalitaria con más hambre y toda la represión,
aun la innecesaria, como la criminal masacre de El Junquito.
Ya ni con fiadores internacionales tiene credibilidad. A la mitad de
una negociación para ir a una elección presidencial, ilegal y
unilateralmente fija una fecha, excluye la tarjeta de la MUD, cancela la
condición de partido a Voluntad Popular y abre juicio al diputado
Guanipa de Primero Justicia. Graves y vulgares provocaciones para que la
oposición no asista a Santo Domingo y para tratar de esconder la patada
que le están propinando al Presidente Medina y a los gobiernos que
participan en la negociación.
Maduro quiere que la MUD abandone su estrategia electoral, pacífica,
democrática y constitucional porque es la opuesta a la suya. Pone todo
su empeño en meter en el cerebro de los descontentos dos ideas: que la
dictadura es invencible y que no sale con votos.
Dos morteros suficientes para inducir una abstención que lo ayude a
ganar; para favorecer la división de la oposición y exasperar a los
partidarios de extremismos de fantasía. Para eludir su impacto hace
falta más astucia en quienes combaten al régimen como si fuera un poder
que respete a la Constitución y las reglas de la democracia.
El país merece otra oportunidad antes de llegar a situaciones que
añadan violencia y anarquía al record mundial de calamidades per cápita
que estamos sufriendo. Esa oportunidad es un entendimiento de largo
aliento que reunifique al país en torno a un programa inmediato de
Reconstrucción de la economía, relanzamiento de la democracia y
formación de un Gobierno de Integración Nacional con participación de
todos los sectores económicos, sociales y políticos que puedan dar un
aporte a una gobernabilidad plural. La noción de integración incluye a
Iglesias, empresarios, intelectuales, a todas las fuerzas de oposición y
personas que sostienen concepciones similares a las que proclama el
actual gobierno.
Un nuevo gobierno es posible si obtenemos algunas condiciones que
permitan el voto libre y reduzcan el ventajismo de Estado. Un consenso
invisible recorre transversalmente a toda la sociedad: Maduro el es
tapón que impide resolver las calamidades que el país sufre sin
necesidad. Maduro perdería por paliza frente a un candidato unitario que
tenga 10 medidas para abatir el hambre, la escasez, la inflación, la
recuperación de la producción, el funcionamiento de los servicios
públicos, la delincuencia o el disfrute de los espacios públicos. Hoy no
gana, incluso, una elección con sus trampas montadas.
Pero todavía hay que hacer bien el mandado.
@garciasim
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