martes, 16 de enero de 2018

EXTERMINIO

BERNARD HORANDE
Decía el brillante novelista alemán Goethe que "el cobarde sólo amenaza cuando está a salvo".
El desenlace que ha tenido el caso del piloto Oscar Pérez nos revela a los venezolanos hasta dónde está dispuesto a llegar este régimen dictatorial para mantenerse en el poder.
Le dice al mundo que para estos siniestros personajes que han secuestrado a Venezuela, no existen límites éticos o legales.
Que quien piense distinto o actúe diferente a como se ordena desde el poder, está condenado a priori.
Es un régimen que pretende sembrar el terror en un país geopolíticamente clave del hemisferio occidental en pleno Siglo XXI. Insólito.
A veces las formas nos distorsionan el fondo. No nos permiten ver la esencia de las cosas. Nos hacen perder las perspectivas.
Oscar Pérez tuvo sus formas. Mucha gente lo juzgó en base a ellas. Mucha gente no creyó en sus acciones. Mucha gente lo asumió como una nueva maniobra de este régimen perverso.
Es comprensible. Nos han acostumbrado a no creer en nada ni en nadie.
Pero lo que va apareciendo es que el fondo de la lucha de Oscar Pérez no difiere del de la mayoría de los que nos oponemos a que la pesadilla venezolana continúe.
La ejecución criminal, seguida en vivo, de Oscar Pérez y su grupo, constatablemente dispuestos a rendirse, nos da una idea de hasta donde está inclinado este régimen a jugar este juego.
Ya sabíamos que eran capaces de mucho. Pero lo de ahora nos habla acerca de la profunda maldad que los envuelve. Y también el profundo miedo a no “quedar a salvo”, como decía Goethe. La manifiesta cobardía.
Adicionalmente, este terrible acontecimiento nos permite aclarar lo que ya sospechábamos: que casos como los de los crímenes de Danilo Anderson, Robert Serra, Otayza y otros, tanto de su lado como del nuestro, están lejos de ser casualidades.
Que los 140 asesinados vilmente en las manifestaciones del 2017 no fueron producto solamente de simples decisiones unipersonales de quienes las cometieron, sino de una política de Estado.
Que el régimen venezolano se apoya en grupos del hampa organizada para ejecutar acciones en contra de la disidencia política.
Este caso, sumado a las graves amenazas de Maduro a obispos venezolanos por expresar pública y valientemente verdades inocultables, obliga a revisar el tablero en términos de derechos humanos.
Específicamente, sería impensable que no tuviera incidencia en la reunión de la mesa de negociación de este 18 de Enero.
En Venezuela está en marcha una política de exterminio.
Exterminio hacia quien no se arrodille ante este régimen. Exterminio de instituciones. Exterminio de empresas privadas. Exterminio por hambre. Exterminio por enfermedades. Exterminio de ideas. Exterminio de valores.
¿Tendremos el coraje de apartar el miedo y seguir adelante?

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