El tsunami inflacionario y el hambre vacían las escuelas en Venezuela
El Pais de Uruguay
Es una
mañana de viernes y lo único que se escucha en los pasillos y salones de
la blanca construcción con techos de chapa metálica es el ruido de las
palmas movidas por el viento.
Los
pupitres de la escuela pública "Orlando García", ubicada en la localidad
de Socopó, a unos 600 kilómetros de Caracas, están apilados en las
aulas de pisos de cemento y por las que hasta febrero circulaban 384
alumnos, de primero a sexto grado.
Casi
tres millones de niños en Venezuela de tres a 17 años asisten de forma
intermitente a clases o se ausentan del todo, según el estudio Encovi de
tres grandes universidades, debido a cortes de luz y agua, falta de
comida o de transporte en un país donde la hiperinflación pulverizó
sueldos de maestros y padres.
Sin
clases y mal alimentados, se anticipa al menos una generación futura que
podrá aportar poco a una economía que ya lleva cinco años en recesión.
"Con hambre ni se enseña ni se aprende", dijo Víctor Venegas, presidente
en Barinas de la Federación de Trabajadores de la Educación de
Venezuela. "El hambre la tiene el niño y también la tiene el docente, es
un cuadro verdaderamente patético lo que estamos viviendo".
La
suspensión de clases es un golpe a uno de los mayores legados atribuidos
al fallecido presidente Hugo Chávez, nacido en el estado Barinas —donde
se ubica Socopó—, ya que el sistema educativo fue una prioridad de su
gobierno.
El
gobernador de Barinas, Argenis Chávez, hermano del difunto presidente,
dijo el 3 de abril en una conferencia de prensa que los cierres de
Socopó y de otras regiones son "parte del plan de la oposición para
sabotear el proceso de elecciones del 20 de mayo".
En la
ciudad de Barinas, capital del estado homónimo, la crisis económica
se nota en la casa de Isabel Colina, de 43 años, quien dijo que perdió
10 kilos en los últimos meses.
Una de
sus dos hijas, Magdalena, quien tiene 14 años y asiste a un liceo
público, dijo sentirse afortunada porque "aunque sea tengo un poquito
que comer" gracias a la ayuda de su abuela, pero que otros estudiantes
no tienen la misma suerte. "Cuesta un poco estudiar así", dijo
Magdalena.
Uno de
los atractivos para que los niños fueran a clase en tiempos de crisis
eran los programas oficiales de alimentación, pero ya han sido
reducidos o no llegan a algunas escuelas, según padres y maestros, ante
los agobios financieros del gobierno.
"Desde
hace meses en la escuela donde mis niñas estudian, no dan comida",
dijo Carmen Beatriz Peñaloza, de 67 años, a cargo de cuatro nietos en
Torbes, en el estado andino de Táchira.
Una de las nietas de Peñaloza dijo que se ha desmayado por comer poco. "Estábamos cantando el himno (nacional), y yo me sentía mareada. Ese día sólo había comido una arepa, me desmayé", recordó Juliani Cáceres, de 11 años.
"Puede que haya debilidades en la distribución (del programa de alimentación)
en algunos municipios, y siempre estamos atentos a corregirlos",
admitió el ministro de Educación Elías Jaua. Pero el programa "va a
continuar, se va a expandir".
"Camino al siglo XIX".
En el
sector público —que conforma el grueso del sistema educativo— el salario
mensual de un maestro es de unos 1,2 millones de bolívares, unos 20
dólares a la tasa oficial, pero poco más de un dólar al tipo de cambio
en el mercado paralelo.
En el
sistema privado, algunos docentes ganan unos 3,3 millones de bolívares,
indicaron profesores. Pero un kilo de café en Barinas cuesta alrededor
de un millón de bolívares.
"Con mi
último sueldo logré comprar un kilo de carne y un kilo de azúcar", dijo
Roxi Gallardo, una profesora de 35 años en la ciudad andina de San
Cristóbal que, como muchos, busca salir del país.
Según el parlamento, bajo control opositor, la inflación fue de más de 8.800% en doce meses hasta marzo.
Desde
septiembre, cuando el tsunami de la hiperinflación impactó a los
venezolanos, un 50% de los estudiantes y un 40% de los maestros en
Barinas han dejado de ir algunos días o por completo a las aulas porque
no pueden cubrir sus gastos, según el gremio docente.
"En
educación vamos en camino al siglo XIX", dijo Luis Bravo, jefe de
Memoria Educativa, una base de datos e investigación sobre el sistema
docente venezolano de la Universidad Central de Venezuela (UCV), la más
antigua del país.
A este ritmo "indudablemente que vamos a tener un pueblo de analfabetos", completó Venegas, del gremio docente.
Eudys
Olivier, una ama de casa de 39 años, dijo en su casa de una humilde zona
de San Félix, en el sureño estado Bolívar, que entiende la importancia
de la educación para sus hijos, pero que se mantiene con poco más de
un millón de bolívares que gana su esposo Yirbis Mendoza trabajando en
una panadería. "Si no hay suficiente comida, prefiero dejarlos en casa",
dijo Eudys, madre de un chico de nueve años y una niña de ocho. "Quiero
que mis hijos vayan a diario a la escuela porque es su futuro, pero no
puedo mandarlos hambrientos".
La crisis en cifras
Casi
tres millones de alumnos en Venezuela de tres a 17 años asisten de forma
intermitente a clases o se ausentan del todo, según el estudio Encovi
de tres grandes universidades, debido a cortes de luz y agua, falta de
comida o de transporte.
En el
sector público —que conforma el grueso del sistema educativo venezolano—
el salario mensual de un maestro es de unos 1,2 millones de bolívares,
unos 20 dólares a la tasa oficial, pero poco más de un dólar al tipo de
cambio en el mercado paralelo.
En el
sistema privado, algunos docentes ganan unos 3,3 millones de bolívares.
Pero un kilo de café cuesta alrededor de un millón de bolívares.
Según
el Parlamento venezolano, de mayoría opositora, la inflación fue de más
de 8.800% en doce meses hasta marzo. El FMI proyecta una inflación de
más de 13.000% en 2018.
Desde
septiembre, 50% de los estudiantes y 40% de los maestros en Barinas han
dejado de ir algunos días o por completo a las aulas por falta de
recursos.
Salida de Maduro y un "Plan Marshall"
El
senador estadounidense Marco Rubio pidió ayer miércoles la salida del
poder de Nicolás Maduro en Venezuela, cuyo gobierno tildó de
"dictadura", y llamó a reconstruir el país con una iniciativa
multilateral similar al Plan Marshall.
"Si bien Estados Unidos y nuestros socios han condenado repetidamente al régimen de Maduro y exigido el fin de la crisis, ahora debemos acompañar nuestras palabras con acciones decisivas", afirmó el senador republicano por el estado de Florida en una columna en el sitio web de la CNN.
"Es el momento de que las naciones democráticas de la región trabajen juntas y apresuren la salida de Maduro del poder", agregó.
Rubio dijo que el gobierno de Venezuela es un "peligro" para sus vecinos y para la seguridad de Estados Unidos, pero no mencionó la posibilidad de una intervención militar, algo que el propio presidente estadounidense Donald Trump planteó meses atrás.
En cambio, exhortó a Estados Unidos a persuadir a otros países del continente a "aumentar la presión contra el régimen de Maduro", "a aliviar la extrema crisis humanitaria", y "a sentar las bases de iniciativas internacionales que reconstruyan una Venezuela libre y democrática pos-Maduro".
Rubio, presidente de la subcomisión de Relaciones Internacionales del Senado para el hemisferio occidental, propuso instaurar en Venezuela un equivalente del Plan Marshall, el programa con el que Estados Unidos reconstruyó Europa tras la Segunda Guerra Mundial.
"Este plan debería incluir inversión del BID, al que Estados Unidos contribuye, y de otras organizaciones económicas internacionales alineadas con nuestros intereses", dijo. AFP
"Si bien Estados Unidos y nuestros socios han condenado repetidamente al régimen de Maduro y exigido el fin de la crisis, ahora debemos acompañar nuestras palabras con acciones decisivas", afirmó el senador republicano por el estado de Florida en una columna en el sitio web de la CNN.
"Es el momento de que las naciones democráticas de la región trabajen juntas y apresuren la salida de Maduro del poder", agregó.
Rubio dijo que el gobierno de Venezuela es un "peligro" para sus vecinos y para la seguridad de Estados Unidos, pero no mencionó la posibilidad de una intervención militar, algo que el propio presidente estadounidense Donald Trump planteó meses atrás.
En cambio, exhortó a Estados Unidos a persuadir a otros países del continente a "aumentar la presión contra el régimen de Maduro", "a aliviar la extrema crisis humanitaria", y "a sentar las bases de iniciativas internacionales que reconstruyan una Venezuela libre y democrática pos-Maduro".
Rubio, presidente de la subcomisión de Relaciones Internacionales del Senado para el hemisferio occidental, propuso instaurar en Venezuela un equivalente del Plan Marshall, el programa con el que Estados Unidos reconstruyó Europa tras la Segunda Guerra Mundial.
"Este plan debería incluir inversión del BID, al que Estados Unidos contribuye, y de otras organizaciones económicas internacionales alineadas con nuestros intereses", dijo. AFP
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