LA INCERTIDUMBRE CRITICA
LUIS VICENTE LEON
LUIS VICENTE LEON
EL UNIVERSAL
La semana pasada hablamos de
los supuestos que asumíamos como marco para los escenarios venezolanos.
Resumiendo diría que suponemos que la votación ocurrirá en la fecha
prevista, que no habrá cambios en las condiciones electorales, será
evento no competitivo y la oposición se mantendrá dividida alrededor de
votar o no votar.
Pero, ¿cuál es la incertidumbre crítica que define esos escenarios?
Para
algunos la incertidumbre es si la oposición puede ganar la elección
aprovechando su evidente mayoría (un dato absolutamente claro y
concreto) o si el resultado está cantado negativamente, al mezclar la
falta de condiciones electorales mínimas con la abstención natural e
inducida, principalmente proveniente de la misma oposición.
Para
otros, esa no es una incertidumbre, pues dan por descontado que el
evento electoral es una farsa imposible de ganar para cualquier opositor
y que ir a él es convalidar un proceso ilegítimo, perdiendo terrenos y
fracturando incluso el apoyo internacional que la oposición ha logrado
consolidar en los últimos meses. Es argumentario absolutamente racional.
Para este grupo, la incertidumbre real es si la consolidación del
triunfo “esperado” de Maduro desencadenará en acciones internacionales
tan profundas que sacarán al gobierno del poder y rescatarán la
democracia y los derechos, o si por el contrario el país está condenado a
una autocracia, sin tiempo definido.
Yo tengo otra lectura para
definir la incertidumbre crítica que define los escenarios. Recojamos
parte de los planteamientos de los dos grupos opositores en pugna y
metámoslos en la licuadora. Del primero tomamos que la oposición a
Maduro es una franca mayoría y que si se manifestara electoralmente
tendría una avalancha de votos difícil de ocultar. Pero agreguemos que
el segundo grupo tiene razón cuando dice que para el gobierno ese
triunfo opositor sería inaceptable y con costos infinitos, por lo que
estaría dispuesto a hacer lo que sea necesario para evitarlo, por lo que
la votación, en sí misma, no representa una incertidumbre en términos
del resultado y menos controlando el gobierno toda la institucionalidad
en ejercicio de poder, legítimo o no.
¿Esto quiere decir entonces
que no es importante el resultado numérico de la votación, ya que éste
no sería reconocido? Aunque ambos grupos tienen razones de peso, la
mayoría de los análisis que he oído y leído para apoyar una u otra
alternativa fallan en un elemento central. La votación si podría ser
relevante y definir escenarios, pero no porque pudiera ser respetada
espontáneamente, sino porque una votación masiva y mayoritaria, que sólo
puede venir de la oposición, podría ser utilizada como excusa por el
chavismo (civil y militar) que se sienta amenazado de sanciones y
aislamientos para presionar su reconocimiento. Aquí esta la real
incertidumbre. ¿Será que se produce una implosión del chavismo ante el
riesgo al cruzar la frontera hacia una autocracia aislada? ¿Será que se
produce el extraño match entre la votación de los opositores y la
defensa chavista de ese voto para salvarse y exigir el reconocimiento
del triunfo de Falcón, con quien podría plantear una negociación
política, un gobierno de transición y un sistema de protección a futuro?
¿Una lavada de cara magistral, alrededor de una votación de su
adversario tradicional, que ahora puede convenirles una vez que el
futuro pinta negro?
Esta es, para mí, la incertidumbre crítica y
como tal no sabemos si ocurrirá o no, pero los valores que puede tomar
esa variable definen las rutas que podría seguir el país y de acuerdo a
ella se construyen los diferentes escenarios, que culminaremos
desarrollando en nuestra última entrega la próxima semana.
luisvicenteleon@gmail.com
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