¡No al chavismo!
NELSON CHITTY LAROCHE
“Árbol que crece torcido, nunca su rama endereza”.
Urge superar este accidente, esta hecatombe, este desastre. Me
levanto hoy y recomienza el caos, no hay agua ni luz eléctrica. No hay
transporte tampoco y los muchachos no hayan cómo ir a la universidad o
al hospital a cumplir con su guardia. No hay cloro y los baños apestan
porque si no hay agua…, el detergente, además, escaso y carísimo, y
tampoco hay jabón de olor como lo llamábamos antes.
Intento por tercera vez en esta mañana, trabajar con la
computadora, pero no hay Internet. Me voy a la oficina y al llegar
respondo las llamadas con el teléfono de Cantv, porque el celular está
fallando. Le debo explicar a un cliente que para la gestión encomendada
que usualmente tomaba 4 días hábiles, ahora supone 13 o tal vez más.
Registrar una compañía lleva 3 o 4 semanas y tengo juicios que se
remontan al año 2000 y aún deambulan como ánima en pena, sin decisión, y
muchos prefieren dejar las cosas así como están, desequilibradas, en
lugar de accionar la tutela judicial por ineficiente esta última opción.
Antes de ayer pasé buena parte del día buscando un repuesto y
anteriormente el aceite para el carro, sin poder resolver a
satisfacción. Luego me introduje en la búsqueda de los medicamentos que
se me agotan y entre el estupor por los precios y la ira de no
encontrarlos, regresé a mi casa tarde, jaqueca incorporada.
Puedo continuar el larguísimo memorial de agravios, pero me
interrumpe una evocación pertinente. Viene en efecto a mi memoria una
frase de un pensador cristiano que repito así: “Solo lo cotidiano es
importante, las cosas sencillas comunes a toda la gente, las otras solo
vienen a continuación”.
No hay escenario alguno que no haya sido desfavorecido en estos
años de gobierno del chavismo y, lo que es peor, pretenden renovar y
aspiran a otro mandato. No hay espacio vital que no alcancen las
radiaciones propias de la peor gestión de gobierno que en el mundo se
adelante. Nos africanizaron en las estadísticas y no lo menciono
peyorativamente hacia los países hermanos del continente negro; me
refiero al descenso en todas las áreas relativas al índice de desarrollo
humano. En educación nos atrasamos groseramente, salud pública,
morbilidad, mortalidad, nutrición, pesos, tallas, medidas en dramático
descenso demuestran los guarismos que miden esos elementos, endemias
superadas y que han regresado en fuerza; en fin, nos hundimos en el
vacío del fracaso.
¿La economía? El cataclismo de esa estulta e irresponsable receta
por llamarla de alguna manera del socialismo del siglo XXI nos trasladó a
liderar, pero desde la cola, atrás, en el fondo, en el último lugar, la
nómina de los países con mala gerencia del mundo; en inflación hoy ya
hiperinflación, depresión, con una reducción de dos tercios del PIB en
cinco años, endeudamiento con un nivel vecino al 150% en relación con
ese enanizado PIB y no me refiero a la deuda del sector privado, en
estado de atraso mercantil frecuente.
Hambre desnuda en la calle, en la escuela, en el cuartel. Mengua
en hospitales y en la casa, desesperanza acompañan a las más variadas
injusticias, con tribunales tabulados políticamente, sesgados,
mediatizados, pervertidos.
Sin instituciones ni credibilidad en ellas, una estampida de
venezolanos se está produciendo y se han ido y se quieren ir por
millones, descerebrando al país, privándolo de sus jóvenes, alterando su
dinámica demográfica y no siempre la razón es económica. La inseguridad
escandalosa pesa bastante. Los cuerpos policiales son un actor
antisocial y delincuencia militante sin que el oficialismo haga mayor
cosa. La impunidad no solo ampara obscena al régimen dictatorial que nos
aflige y persigue criminalizando la ciudadanía, judicializando la
política, sino que está aliada con todo género de transgresores,
compartiendo el botín y con ello la desolación de familias enteras que
no se pueden explicar que el robo, el secuestro, el hurto tenga que
atenderse con militares o policías, pero no para evitarlo o castigarlo
sino para negociarlo.
No hay autoridades, hay truhanes, y en este Estado fallido,
amenazado de disolución, inerme y a la merced de depredadores de
variados géneros y especies, Maduro y por muy poco Diosdado, se postula
para reelegirse manipulándolo todo, inficionando de maniobras y vías de
hecho, trampeándolo el sistema electoral, al frente del cual unas damas
corruptas hasta los tuétanos dirigen hieráticas e inconmovibles una
especie de garito, con máquinas denunciadas y con partisanos a cargo.
No hay novedad en lo que digo, pero hay que repetirlo porque a
este ingenuo o quizá envilecido pueblo debe ratificársele a diario la
verdad, ya porque no la vea, ya porque no la asuma. Debe hacerse ese
exorcismo para que el zombi electoral que como huestes de un ejército de
orcos prepara el chavismo en sus talleres de enajenación, con su carnet
de la patria y la argolla del CLAP para naricearlos, no contribuya más a
su perdición.
Larga esta agonía de la patria, triste momento histórico en el que
el lado oscuro prevalece y la tristeza pareciera un pasaje de certeza
inevitable. Pero Dios es grande y el mal siempre fue vencido, más tarde o
más temprano.
nchittylaroche@hotmail.com
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