viernes, 19 de agosto de 2011


BRASIL: CÓMO PERDER 4 MINISTROS EN 72 DÍAS

Semana

Con la renuncia del ministro de Agricultura, Wagner Rossi, el gobierno de Dilma Rousseff pierde a su cuarto ministro en 72 días. ¿Está comenzando a perder estabilidad este gobierno que algunos definen como un pantano que traga ministros?

Cuando Dilma Rousseff asumió la primera magistratura de la nación, en Brasil, en enero pasado, no pudo sino destacar el hecho de que era la primera vez que semejante cargo pasaba a manos de una mujer.

Del mismo modo, la presidenta Rousseff destacó el hecho de que nueve titulares de cartera de sus 37 ministros, eran mujeres, todo un récord para Brasil.

Tras la renuncia del titular de Agricultura, Wagner Rossi, acusado de corrupción en publicaciones de prensa, Rousseff vino quizás a agregar otro récord: es el cuarto ministro que pierde su gobierno en poco más de 70 días.

Junto a su ideario económico y político de proteger a los más vulnerables y gobernar para todos, Dilma Rousseff asumió el compromiso de sanear la esfera de gobierno de la corrupción.

¿Está siendo el gobierno brasileño víctima de sus propias promesas?

Las difíciles coaliciones

Rossi dijo que había pasado un mes combatiendo lo que describió como"falsas acusaciones" y que estaba harto.

Acusado de aceptar sobornos y viajes aéreos gratis de parte de compañías agrícolas, Rossi pertenece al PMDB, o Partido Movimiento Democrático de Brasil, el mayor aliado político de la presidenta Rousseff en el congreso.

Las relaciones entre la mandataria y el PMDB han empeorado recientemente. Incluso el líder del partido en la cámara baja, Henrique Eduardo Alves, llegó a sugerir "protestas...hasta que el congreso obtenga el respeto que queremos".

Roussef había demostrado mano dura cuando le pidió la renuncia al Ministro de Transportes Alfredo Nascimento, y destituyó a toda la cúpula del ministerio, en medio de denuncias de un presunto sobrecobro de obras y aceptación de sobornos por parte de constructoras y consultorías dentro de la cartera.

Sin embargo, en el caso de Rossi, Roussef pareció tomar distancia y aplicar un criterio más pragmático, aludiendo a la presunción de inocencia antes de que se compruebe la culpabilidad.

De hecho, la renuncia voluntaria de Rossi le quita a la mandataria un peso de encima.

Dilma Roussef, al decir de algunos analistas, por ahora, no ve comprometida su imagen de luchadora contra la corrupción al aceptar que es difícil gobernar meramente anclada en los principios morales.

Casos anteriores

Rousseff le exigió la dimisión del Ministro de Defensa, Nelson Jobim, también del PMBD, por razones de política interna y no por acusaciones de corrupción.

Esto ocurrió después de que un reportaje de la revista Piauí consignara sus críticas a la ministra jefe de la Casa Civil, Gleisi Hoffman y a la ministra de Relaciones Institucionales, Ideli Salvati.

El golpe más duro al gobierno de Rousseff se produjo en junio de este año, cuando se reveló que el ministro jefe de la Casa Civil y principal asesor político de la mandataria, Antonio Palocci, había multiplicado por veinte su patrimonio mientras ejerció su mandato como diputado federal, entre 2007 y 2010.

Muchos se preguntan cuándo vendrá la próxima renuncia y si el gobierno de Rousseff ha entrado ya en un terreno de inestabilidad que le hará difícil la gestión.

Pese a las fricciones, Michel Temer, vicepresidente del PMDB ya ha propuesto un nuevo nombre para que ocupe la cartera de Agricultura.

"Mientras la economía brasileña marche bien, la mandataria no tiene nada que temer," afirma Silvia Salek, editora de la sección brasileña de la BBC.

"Por otra parte, el gobierno de Lula era visto como más indulgente respecto a la corrupción. El hecho de que salgan casos a la luz en el gobierno de Rousseff, sólo puede beneficiar su imagen de transparencia", agrega.

Mientras, en Brasil muchos se preguntas. ¿cuál será el próximo ministro en caer?

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