Venezuela es el peor país de América en todos los índices
El país, con el nuevo gobierno democrático, a partir de 2013, requerirá cantidades colosales de dinero para relanzar la industria petrolera nacional, que es mucho más que la estatal Pdvsa.
El alquiler de un equipo para perforación en el mar, donde se encuentran los recursos de gas natural que se necesitan, anda entre 140.000 y 600.000 dólares diarios; un barril nuevo mejorado de la Faja del Orinoco puede costar hasta 50 dólares. Pdvsa en su Informe de Gestión Anual 2010 (Plan Estratégico, p 44) habla de inversiones entre 2011 y 2015 de 142.278 millones de dólares (MUS$), de los cuales 112.000 MUS$ serán aportados por la estatal; y esto apenas para elevar la producción a 4.150.000 barriles diarios (55% por esfuerzo propio, y el resto por las empresas mixtas, donde Pdvsa tiene que aportar 60% de las inversiones y gastos). La empresa no tiene esos montos. Los estimados no incluyen los millardos de dólares para el pago de su deuda y los arbitrajes que perderá, ni contempla el desarrollo privado de una red nacional de transporte y distribución de gas por tubería (entre 3 y 10 MUS$ por km de gasoducto) ni la petroquímica, solo para nombrar dos sectores importantes que se necesita desarrollar. Como referencia de cuánto cuestan los proyectos, puede mencionarse un complejo petroquímico en Brasil (el cual costará 8.400 MUS$ y creará 50.000 empleos) y el de Qatar, para procesar gas natural y producir gas licuado y combustibles puros (diesel, gasolina de aviación), calculado en 21.000 MUS$.
Para acometer estos proyectos, habrá que realizar un esfuerzo financiero, de tecnología y recursos humanos privados nacionales e internacionales. Para que esto ocurra el país debe inspirar confianza en los derechos de propiedad.
Harold Demsetz, en su influyente trabajo sobre la teoría de los derechos de propiedad, publicado en la revista American Economic Review, definió los derechos de propiedad como un instrumento de la sociedad que ayuda a fortalecer aquellas expectativas que razonablemente el hombre puede sostener en su trato con los demás. Estas expectativas encuentran su expresión en las leyes, las costumbres y las normas de una nación. El dueño de los derechos de propiedad tiene el consentimiento de los ciudadanos para actuar de una manera particular. Un propietario espera que la comunidad lo proteja de los que quieran interferir con él (http://www.ww.uni-magdeburg.de/bizecon/material/demsetz.1967.pdf).
Venezuela, después de 12 años de gobierno autoritario, confiscador, controlador e intimidador, tiene hoy la peor clasificación en materia de derechos de propiedad, como se lee en el acreditado informe International Property Rights Index (IPRI), edición de 2011, en el cual colaboran 68 organizaciones alrededor del mundo, incluido el Centro de Divulgación del Conocimiento Económico (Cedice), que cubren los 129 países analizados en el Informe. El IPRI se divide en tres grandes y estadísticamente estrictos subíndices: el que maneja el ambiente Legal y Político del país (LP), el que se refiere a los Derechos de Propiedad Físicos (PPR) y el que trata los Derechos de Propiedad Intelectual (IPR). A su vez, el LP incluye los índices de "independencia judicial", "respeto a la ley", "estabilidad política", y "control de la corrupción". El PPR incluye los índices relacionados con la "protección física de los derechos de propiedad", el "registro de la propiedad", y el "acceso a préstamos". Finalmente, el IPR incluye tres importantes derechos: "la protección de los derechos de propiedad intelectual", la "protección de las patentes", y la "piratería de los derechos de autor". La metodología del uso de estos 10 elementos que definen los derechos de propiedad pueden leerse enhttp://www.propertyrightsalliance.org/userfiles/file/ATR_2011%20INDEX_Web2.pdf.
En el índice conjunto (IPRI), Venezuela aparece en el último lugar, el 129; en el índice LP aparece en la casilla 128, solo por encima de Zimbabwe; en el índice PPR aparece también en el puesto 128, únicamente por encima de Libia; y en el Índice IPR se encuentra en el estante número 116. Por supuesto, es el peor país de América en todos los índices.
Si esta situación no se supera, el país no contará con los recursos financieros, la tecnología y el personal humano requeridos para el desarrollo del país, tanto de su industria petrolera como de los sectores eléctrico, minería, manufactura, bienes y servicios, y turismo.
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