La historia reciente de Cuba es la historia de su abastecimiento de petróleo, y la podemos dividir en tres etapas. La primera llegó hasta el derrumbe de la Unión Soviética, suplidor continúo desde 1960 hasta 1980, año cuando la insostenible situación económica obligó a Rusia a suspender el subsidio económico a Cuba, el cual alcanzó a ser de 5 mil millones de dólares anuales. Desde ese 1980 hasta el 2000, Cuba vivió en continua crisis energética, con penuria de electricidad. Finalmente, la tercera etapa, con la llegada de Chávez y la firma de un Convenio Integral de Cooperación entre Cuba y Venezuela firmado en Octubre del 2000. Este convenio garantiza a Cuba petróleo y productos derivados en condiciones privilegiadas, las cuales son el verdadero soporte económico del régimen castrista y fuente de enriquecimiento personal para sus jerarcas. El convenio se inició con 53 mil barriles diarios, pero hoy Venezuela suministra unos 120 mil barriles diarios.
Este Convenio Integral de Cooperación firmado en el 2000 estableció un mecanismo de financiamiento mixto de corto y largo plazo en función de precio del petróleo, también aplicable a la entrega de productos derivados del mismo. En cuanto al suministro, un aspecto de los privilegios consiste en que, como las entregas son en puerto cubano, PDVSA paga de contado el total del flete en muchos casos a empresas cubanas o señaladas por Cuba, monto que luego pasa a ser parte del financiamiento a largo plazo. Esta deuda se paga a Venezuela con pagarés cubanos que hoy en día nada valen en el mercado.
El monto del suministro a Cuba hasta la fecha supera los 22.000 millones de dólares. Si aceptamos el valor de la cesta reportada por el Ministerio Energía y Petróleo, en el 2008 el monto fue de 3.650 millones de dólares, en 2009 bajó a 2.500 millones de dólares, para 2010 fue 3.150 millones de dólares y hoy podemos estimar por lo menos en 4.500 millones de dólares para 2011. Para el período 2008-2010 Cuba exportó en promedio 2.600 millones de dólares por año, y sus importaciones superan 4 veces a las exportaciones.
En consecuencia, no cuenta con los recursos para pagar su deuda a PDVSA. Aspecto a destacar es que el consumo de la isla es en combustible para generar electricidad, por lo tanto los productos de mayor valor que le enviamos, como gasolinas, no se consumen en el mercado interno cubano. Quiere decir que Cuba revende de contado y a precio de mercado tanto crudo como productos derivados que recibe de Venezuela a precio especialísimo y para ser pagados “algún día”. Nadie sabe si las enormes ganancias así generadas entran a las arcas del Estado cubano, a los bolsillos de los altos jerarcas del régimen, o se reparten entre el Estado cubano, esos altos jerarcas del castrismo y algunos personajes venezolanos. Nadie lo sabe, porque los gobiernos revolucionarios no tienen por qué informarle a sus gobernados lo que hacen con el dinero público.
Finalmente, se conoce que PDVSA ahora tiene un mecanismo de compensación con CUPET (empresa petrolera del Estado cubano), por el cual bienes y servicios son entregados por Cuba a diferentes entes del gobierno venezolano, operación manejada en Venezuela por la CVP. Para esas operaciones de compensación se desconoce si existe algún mecanismo de contraloría, de justificación o inclusive de aprobación de esos bienes y servicios por parte de quienes los reciben, con el detalle de que incluyen servicios internos y externos, lo cual facilita cualquier manipulación. Con este mecanismo de pago Cuba cancela la deuda por suministro de petróleo y productos derivados. Venezuela no ve un centavo. Consecuencia política de esta expoliación es que los hermanos Castro son capaces de hacer absolutamente cualquier cosa con tal de mantener a Hugo Chávez en el poder.
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