Eduardo Fernández
Toca hoy abordar el quinto y último aspecto de la pentacrisis nacional: me refiero a la crisis moral, a la corrupción.
Lo toco de último, pero estoy convencido de que es el más importante. En Venezuela estamos atravesando una profunda crisis de valores.
Lo grave es que la corrupción corrompe. La convicción generalizada de que en el alto Gobierno se tolera o, peor aún, se auspicia la corrupción, contribuye a deteriorar el clima ético en toda la sociedad.
La corrupción es un cáncer que se extiende por todo el tejido social, compromete la estabilidad de las instituciones y la paz de la república.
“En Venezuela se roba porque no hay razones para no hacerlo”. Esta es una frase atribuida a Gonzalo Barrios, un notable político del siglo pasado.
Y tenía razón. Y la sigue teniendo. En Venezuela prevalece la impunidad frente a este terrible delito. No solo no se castiga a los corruptos, sino que se les premia y gozan del mayor reconocimiento social.
¿Qué propongo?
1. Tomar conciencia de que el problema de la corrupción es un asunto que nos afecta a todos y que todos debemos unirnos para combatirlo. Es materia para incluirla en una agenda de consenso nacional.
1. Tomar conciencia de que el problema de la corrupción es un asunto que nos afecta a todos y que todos debemos unirnos para combatirlo. Es materia para incluirla en una agenda de consenso nacional.
2. Eliminar el control de cambio y el control de precios. Con eso estaríamos liquidando la fuente de la mayor y más grosera corrupción en el país.
3. Aprobar una ley de transparencia que facilite la fiscalización pública, por todos los ciudadanos, del manejo de los recursos del Estado. Hay ejemplos, en otros países, de este tipo de legislación que ayudaría a combatir la corrupción.
4. Asumir un compromiso nacional de educación en valores. Antes se llamaba educación moral y cívica. Creo que con ese mismo título, o con otro, hay que llevar adelante, con la ayuda de los medios masivos de comunicación social, un gran programa de educación moral y cívica.
5. Trabajar por la autonomía, la independencia y la eficiencia de un poder judicial que merezca la confianza de todos los ciudadanos.
6. Hacer lo necesario para que Venezuela cuente con órganos de control adecuados a todos los niveles: nacional, regional y municipal.
7. Aprobar normas que faciliten la investigación de la riqueza aparente no justificada.
Las limitaciones del espacio no me permiten agregar otras recomendaciones, pero…
Seguiremos conversando.
Eduardo Fernández
@efernandezve
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