jueves, 4 de febrero de 2016

Elías Pino Iturrieta: El 4F se produjo la ruptura de la convivencia democrática
 
Foto cortesía: El Nacional
 
Por Pacífico Sánchez
 
El 4 de febrero de 1992, en opinión del Dr. Elías Pino Iturrieta, fue la ruptura de la convivencia democrática, que se había fraguado trabajosamente de 1958. Había un entendimiento de los negocios públicos y del bien común, que desapareció de manera abrupta hasta el punto de que se puede temer que casi se ha perdido. Esta puede ser la consecuencia, en términos generales, de esa aventura, reseñó
En términos particulares es evidente que se tiene que agregar en ese inventario el menoscabo de los partidos políticos, el secuestro de la libertad de expresión y la desaparición de un entendimiento sobre la vida pública, pero también de la vida privada, que tenía por lo menos medio siglo de establecimiento.
El 4 de febrero también trajo la resurrección del más salvaje personalismo, que parecía borrado de la historia y que pensábamos que estaba enterrado en los rincones del siglo 19. Suficiente evidencia en resumen para deplorar ese suceso y también para deplorar que no hubiese sido castigado enfáticamente por la sociedad en su momento.
La sociedad venezolana se entusiasmó por la posibilidad de una regeneración, con la alternativa de una salvación, que nos condujo al despeñadero en el cual hoy se encuentra la república.
-Pero, según Chávez, todo fue motivado para acabar con la corrupción.
-En los últimos años de la democracia representativa hay testimonios indiscutibles de corrupción. Y de cómo los partidos políticos fundamentales, AD y Copei, llegaron a convertirse en un club de contratistas, abandonando los principios y los valores de la democracia. Sobre eso no hay dudas. Y Chávez manejó ese argumento. En ese momento de golpista no le faltaba razón. Pero, era un argumento vacío, sin ningún tipo de consistencia por el hecho de que lo fue un suceso evidente se ha convertido en un suceso panorámico, a efecto de que la corrupción sea una de las características estelares de la llamada revolución bolivariana.
-Giordani denunció que los corruptos se habían apropiado de 25 mil millones de dólares, pero ahora otro ex ministro dice que fueron 300 mil millones de dólares los dilapidados. ¿Cómo es posible que no haya habido una investigación?
-Lo que ha venido pasando es algo que se relaciona con el proyecto del 4 de febrero: el secuestro de los poderes públicos. En la medida en que desaparece la independencia de los poderes, en la medida en que la Asamblea Nacional se convierte en un adorno o en apéndice del Poder Ejecutivo, en la medida en que el Poder Judicial solo obedece las órdenes de Miraflores, es evidente que no sólo campea la corrupción, sino también su compañera necesaria e ineludible que es la impunidad. En la medida en que se concentra el poder en la residencia del Poder Ejecutivo se permite cualquier tipo de latrocinio. Por esa razón, lo que fue un fenómeno importante de los últimos años de la democracia representativa se convirtió en un pesado bacalao que cargamos sobre el hombro todos los venezolanos: la ladronería bolivariana.
-¿No fue la propia presidenta del Poder Judicial quien habló de concentrar poderes?
-Ella dijo que no era aconsejable la independencia de los poderes públicos. No puede haber justicia en un estado autoritario, que niega la división de los poderes. Cuando se concentra el poder en una nomenclatura, que es lo que está pasando actualmente en Venezuela, la corrupción campea y no existe la posibilidad de ningún tipo de condena. El discurso reciente del Presidente Maduro no es más que un saludo a la bandera en medio de la crisis. No puede ocultar el hecho de que la corrupción se ha convertido en una peste nacional. Pero, en la medida en que el Poder Judicial y los órganos de la Fiscalía dependan de la voluntad del Ejecutivo, la situación no cambiará.
-¿No cree que las colas para conseguir alimentos se hayan convertido ya en una costumbre?
-Nadie se acostumbra al hambre, a la escasez a la incomodidad, ni a la arbitrariedad, ni a la mala administración. Estos son los signos que de alguna manera tendrá que buscársele solución a estos problemas gigantescos de injusticia. Asi ha pasado en los países a través de la historia. Esto debería ser un fenómeno transitorio, que pudiera desembocar en una situación de conflictividad si no se buscan solución por caminos pacíficos y constitucionales.

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