UNA EXTRAÑA Y PERNICIOSA MELCOCHA
ANALÍTICA EDITORIAL
Los recientes acontecimientos dejan traslucir múltiples acuerdos bajo la mesa, que buscan estabilizar una situación, vendiendo la ilusión de que al hacerlo todo va a mejorar, es decir, que de ahora en adelante, en otra expresión del realismo mágico tan presente en la Venezuela de hoy, las cosas van a mejorar, los negocios florecer y los extremos se juntarán, como ocurrió en Nicaragua hace muchos años cuando se forjó un acomodo entre la versión del sandinismo de Ortega y la derecha nicaragüense.
No es la primera vez que este tipo de contubernio existe, los intereses crematísticos son poderosos y no son muy sensibles a posturas ideológicas. Prefieren por mucho adoptar un pragmatismo que preserve las estructuras de poder, que faciliten el “ normal” desenvolvimiento de las actividades económicas rentables.
Pero en lo específico nuestro, que depende en altísimo grado de la disposición favorable de la comunidad internacional de apoyarnos y ayudarnos, y en particular de lo que haga o deje de hacer los EEUU, hemos observado, el día después de que María Corina no quiso juntar esfuerzos con Guaidó, como el embajador de EEUU para Venezuela, James Story, saltó a la palestra ratificando el apoyo pleno de su gobierno a Juan Guaidó, y poco más tarde, el embajador Elliot Abrams, quien tiene a su cargo Irán y Venezuela, remató la faena, al decir que la opción militar foránea en Venezuela es un plan B, que entra en lo que él, parafraseando a García Márquez, señaló de puro realismo mágico.
Ahora está por ver cómo van a reaccionar con la presunta maniobra electorera, supuestamente promovida y auspiciada por Henrique Capriles. Creemos que la respuesta será aún más dura que la que le dieron a María Corina, y para anticiparnos a la respuesta de que somos un país soberano y hacemos las cosas a nuestra manera, sólo vale la pena recordar que este es un país literalmente quebrado y que, sea el acomodo el que sea, mientras Maduro permanezca en el poder, no habrá ningún apoyo económico, financiero o de cualquier otra naturaleza por parte de EEUU y sus aliados, y por lo tanto, si bien algunos se beneficiarán con la jugada, el resto seguirá yendo de mal en peor.
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