sábado, 11 de octubre de 2014

Malala Yousafzai: 'Esto no es el final, es sólo el principio'

EFE/DPA

La joven pakistaní Malala Yousafzai, ganadora del Premio Nobel de la Paz 2014 junto con el indio Kailash Satyarthi, declaró este viernes que el galardón "no es el fin, sino el principio" y lo dedicó a todos los niños "cuyas voces necesitan ser escuchadas". En una intervención tras salir de su colegio en Birmingham (centro de Inglaterra), Yousafzai, de 17 años, dijo sentirse "muy honrada" con el reconocimiento y de compartirlo con el activista indio Kailash Satyarthi, lo que simboliza "el amor entre la India y Pakistán".
El Nobel de la Paz 2014 premió este viernes los esfuerzos por los derechos de los niños de la adolescente paquistaní y el presidente de la Marcha Global contra el Trabajo Infantil. Malala ha agradecido a su familia por este galardón: "Gracias por no haberme cortado las alas y permitirme seguir adelante". A los 17 años Malala Yousafzai se ha convertido en un ejemplo para millones de personas, dando esperanzas no sólo a su generación.
Malala ya fue candidata al Nobel de la Paz en 2013. Entonces muchos consideraron que era demasiado joven para recibir el codiciado premio y advirtieron de que se vería sometida a una gran presión. Pero muchos otros se sintieron decepcionados cuando se fue de vacío una joven tan valiente, que ni siquiera vaciló en su lucha tras sufrir un intento de asesinato.
La vida de esta adolescente cambió por completo hace dos años, cuando llegó a un hospital de Birminghan, en Reino Unido, con graves heridas de disparo en la cabeza. "No sabía ni que se hace con una cucharilla cuando uno termina de comer un helado", recordaba la periodista londinense Christina Lamb, que la ayudó con su libro, "Yo soy Malala".
Desde entoces, activista paquistaní no sólo persigue sus objetivos con tenacidad, sino que demuestra "la integridad moral necesaria que reconoce el Premio Nobel", según la opinión de Kristian Berg Harpviken, director del Instituto de Investigación de la Paz de Oslo (Prio). Así, esta joven inteligente y segura de sí misma pasó en poco tiempo del desconocimiento a ganar el Nobel.
Según los analistas, la familia de Malala es en gran parte responsable de que la joven sea capaz de mantener los pies en la tierra, a pesar de su inmensa popularidad y una presencia casi diaria en los medios. "Todo el mundo quiere un poco de Malala", explica la periodista Lamb.
Pero a pesar de toda la atención internacional, Malala, con sus 17 años y su pañuelo en la cabeza, no es más que otra pequeña inmigrante cuando juega con sus hermanos en los parques o hace los deberes en casa.
Cuando esta mañana se anunciaron los ganadores del Nobel, la joven estaba en clase. El director la sacó del aula para comunicarle la decisión de Oslo. Después, Malala volvió a clase y se supo que no hablaría hasta que no terminase la jornada escolar. El mensaje es claro: la educación es lo más importante, también para una premio Nobel.

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