martes, 6 de diciembre de 2016

CÓMO SALIR DEL ATOLLADERO

Marta de la Vega

Para no convertir en derrota las victorias cívicas de una población masivamente movilizada en protesta por el rumbo que el gobierno ha impuesto al país, lo decisivo no es que el alcalde del municipio Libertador sea cínico y mienta, al achacar a la oposición democrática a este régimen, que ya lleva 17 años de sistemática destrucción de las instituciones y de la propiedad privada, la culpa del desastre económico al cual nos han conducido las pésimas políticas del difunto y del actual mandatario nacional. Ni tampoco que Rodríguez y sus secuaces inventen un supuesto saboteo económico y un boicot que solo empresarios suicidas podrían querer.
Lo crucial es que los representantes de los partidos de la MUD que en la mesa de diálogo iniciada el 30 de octubre pasado hablan por la mayoría que adversa el proyecto chavista, lo acepten y repitan como cierta tal infame acusación, en lugar de rechazarla y no hacer el juego al gobierno.
Peor, ha sido un grave error, reconocido por algunos dirigentes de las fuerzas democráticas, que el lenguaje usado para anunciar los acuerdos del 12 de noviembre de 2016 impuso la versión oficial acerca de la crisis y la omisión perversa de no reconocer a presos políticos y pretender justificar las detenciones arbitrarias de quienes han enfrentado el régimen, presos por disentir, en razón de sus presuntas actividades como conspiradores contra el orden establecido.
También es lamentable que los dirigentes políticos de la MUD callen ante el supuesto incumplimiento que Rodríguez imputa a la coalición opositora, porque las partes acordaron trabajar en conjunto en los casos económicos y sociales, “para combatir el boicot, sabotaje o agresión a la economía venezolana” y la MUD “no cumplió, a pesar de que era el primer punto”.
El gobierno ha pretendido convertirnos a todos los que rechazamos este proyecto farsante y macabro en destructores del aparato productivo, en instigadores de los controles imperativos sobre las actividades económicas. Sabemos que la ceguera ideológica de un estalinismo tropicalizado basado en el centralismo estatal, la represión brutal y el acoso a los empresarios que no se pliegan a los dictados del poder mafioso de una camarilla militar civil que desgobierna el país, ha generado alcabalas, fiscalizaciones discrecionales, distorsiones, desbordada corrupción y el desmantelamiento de las industrias, así como la dependencia y sumisión impuestas desde el Estado a los ciudadanos de todos los sectores para subsistir.
Peor: se han ahondado el inmediatismo, el cortoplacismo; se ha buscado desde el poder dominante afincar la opinión generalizada de la ausencia de visión de gran aliento para pensar el país deseable y la creencia de una falta de proyecto nacional como alternativa de poder, con el riesgo seguro de abismo si cambiara el actual gobierno. Falso. Existen valiosos y factibles planes para gobernar, reconstruir las instituciones y conducir al país por un camino de confianza, esperanza y progreso.
La MUD, además de incorporar y escuchar activamente a gremios y diversos sectores de la sociedad civil, debe explicitar y difundir dichos planes de gobierno y soluciones ya pensadas y articuladas por grupos calificados de profesionales que en las diversas áreas de la economía, la sociedad, la cultura, la ética pública y la política han formulado en aportes factibles y realizables para salir del atolladero.
Muchos sostuvimos, ante suspensión del RR, recoger de todos modos firmas en los días pautados, lo que habría sido un éxito rotundo atizado por la frustración ante la ingobernabilidad actual que destruye toda convivencia estable. Varios partidos se sumaron a la idea. Las maquinarias estaban listas al igual que el voluntariado ciudadano. La MUD perdió esta oportunidad.
Lo decisivo ya es exigir respeto a AN, lista de presos políticos por liberar para solucionar el atolladero en el que se halla Venezuela y salida electoral para recuperar la democracia.

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