CARLOS TABLANTE
Debemos combinar calle y diálogo para lograr restablecer el Estado de Derecho y la plena vigencia de la Constitución. Con calle no nos referimos a la marcha final sobre Miraflores. La calle es mucho más que una marcha. Calle es que en cada rincón de Venezuela los venezolanos exijan el cumplimiento de sus derechos humanos, de sus derechos como ciudadanos de esta República. Calle es que cada venezolano exija el acceso a la alimentación, las medicinas y la seguridad personal. Calle es que cada venezolano exprese libremente sus ideas y opiniones y se oponga a las injusticias y a la corrupción. Calle es que madres y padres luchen por los derechos de sus hijos, de los abuelos, de sus enfermos, en sus comunidades, escuelas y hospitales y reclamen a las autoridades unidos, con dignidad y fuerza.
Con calle debemos apoyar el juicio político a Nicolás Maduro que la Asamblea Nacional retoma hoy. Tenemos que respaldar en la calle la decisión que tome el Parlamento. No es solo la decisión de los diputados, es la decisión de la mayoría de los venezolanos que están cansados, agotados, de sufrir la pésima y corrupta gestión de Maduro que ha llevado al país al borde del colapso total.
Para ello es indispensable que estemos más unidos que nunca. Quienes crean que un solo partido o un solo líder, de manera sectaria y excluyente, como una mala copia del estilo chavista desde la oposición, puede enfrentar el desastre que representa el fracaso de Nicolás Maduro, cometen un grave error.
La alternativa debe ser una fuerza de cambio unitaria y plural donde todos cabemos y todos somos necesarios para sacar al país del abismo donde se encuentra producto de la corrupción, la incompetencia y de un proyecto político absolutamente anacrónico y fracasado. Debemos fortalecer la Unidad, más allá de los partidos, con la incorporación amplia de diversos actores sociales tales como gremios, sindicatos, estudiantes, Iglesia, empresarios, entre otros.
Al revisar las propuestas de los distintos actores políticos y organizaciones sociales encontraremos que los acuerdos son mayores que las diferencias. Prueba de ello son las decenas de consultas a nivel nacional promovidas por la MUD en las que ha estado involucrado un número importante de profesionales y expertos de las más diversas disciplinas.
Por supuesto que tenemos respuesta a los difíciles problemas que hoy enfrenta Venezuela!
Entre ellas, las referidas a cómo lograr una economía productiva y solidaria que permita transformar la abundante materia prima que tenemos en productos con la marca Hecho en Venezuela y romper así con la nefasta dependencia que tenemos de la renta petrolera. En temas como seguridad, educación, salud y servicios públicos, también hay valiosas propuestas para lograr la realización de los derechos económicos, sociales, culturales y ambientales (DESCA) de todos los venezolanos.
Por todo ello, no son antagónicos y, por el contrario se combinan, el diálogo y la calle. Son necesarios para mantener la presión internacional sobre el carácter no democrático del régimen, exigir la liberación de todos los presos políticos y la apertura del canal humanitario para que lleguen alimentos y medicinas.
Para restablecer el estado de Derecho y la plena vigencia de la Constitución es fundamental realizar una consulta electoral para que sea el pueblo, con la rebelión del voto, el que decida quiénes y con cuáles propuestas deben asumir la conducción del país en este momento tan difícil que exige un gobierno de unidad nacional, de reconciliación y diálogo.
Si no somos capaces de lograr ese acuerdo nacional, pudiéramos estar en la antesala de una insurrección popular de consecuencias imprevisibles.
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