miércoles, 7 de diciembre de 2016

Ricardo Sucre: “No veo a la oposición con capacidad de generarle una crisis al Gobierno”

CARLOS CRESPO

CRÓNICA UNO

El politólogo consideró que hay un “70 % de probabilidades” de que Maduro termine su mandato, aunque acotó que este no tiene “fuerza” para eliminar las elecciones.

Caracas. Las opiniones de Ricardo Sucre Heredia suelen generar polémica. El politólogo y exintengrante de la Unidad de Análisis Político de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), durante más de cinco años, no evade los “temas tabú” de la oposición y es poco complaciente al analizar la actuación de la alianza que una vez asesoró.
Esta vez Sucre vuelve a escapar a la opinión mayoritaria y señala que el balance del aniversario del 6D no es del todo malo para la oposición. Razona que se crearon “expectativas muy altas”, que no tenía “viabilidad política” la salida del Gobierno este año y que de ello debe derivar un aprendizaje para la Unidad. “Hay que sincerarse en su dinámica interna; ¿queremos seguir unidos o no?”, cuestiona.
Sucre apunta que este año el Gobierno consiguió su objetivo fundamental y cifra en “70 %” la probabilidad de que Nicolás Maduro logre culminar su mandato, sin embargo, duda que este tenga la “fuerza” para volver a suspender unas elecciones. El también analista en temas militares considera que la MUD debe mejorar su comunicación con los uniformados si quiere lograr una transición política: “Deben decir con claridad cuál es su propuesta para la Fuerza Armada”.
¿Qué balance se puede hacer a un año del 6D?
—El año 2016 es el año de la sinceración política, donde ves tus capacidades y fortalezas y debilidades, y eso, en teoría, te permite hacer una estrategia más realista, menos centrada en las presiones de grupos de opinión. Es un balance modesto, no es una cosa que vaya a lograr entusiasmar, pero sí es un momento de sinceridad que hacía falta. Se venía de unas expectativas muy altas que no tenían asidero en la realidad y eso no le hizo bien a las fuerzas democráticas y quizás el precio sea alto, pero te coloca frente a una realidad mucho más clara y eso va a obligar a que se defina una correlación política dentro de esas fuerzas.
¿Qué aprendizaje o cambios debería hacer la MUD en su estrategia política?
—La primera vía es sincerarse en lo que es posible. Hay que hacer un ejercicio de realismo, qué tenemos, y qué no, en qué se puede avanzar y en qué no. Lo otro es quizás una cosa que es la más difícil dentro de la oposición, porque ahí tienes dos visiones de fondo: la visión del salidismo y la del no salidismo. Hay que hacer una discusión más franca, analizar las posibilidades reales, no analizar las cosas con prejuicios, que creo que es una cosa que afecta mucho la dinámica interna de la Mesa. No creo en las propuestas salidistas pero tampoco me negaría a discutirlas. ¿Cuáles son sus propuestas? ¿Qué es lo que tienen? Y sobre eso creo que el rol del secretario ejecutivo es fundamental, tratar de construir una hoja de ruta mínima, que pueda tener sus objetivos alcanzables, que los puedas medir y con esos objetivos mínimos tú puedes avanzar.
¿Se necesita algún cambio en las estructuras de la Mesa?
—Cambios de estructuras no creo. Escuché lo de la creación de un “tercer nivel” y siento que esos son espejismos, eso no es entrarle al problema de fondo que es un problema interno político, que es que ahí hay dos corrientes y hay un tema político externo que es: ¿Podemos tumbar al Gobierno sí o no? Eso me parece que es marear la cosa y burocratizar más a una instancia que de por sí es burocrática.
Los partidos, que son los accionistas de la Mesa —la secretaría solo se deriva de eso—, tienen que discutir qué clase de Mesa quieren y para eso tienen que resolver sus problemas. Nadie quiere romper la Unidad porque nadie quiere pagar el costo, es una marca que sale bien en las encuestas, pero tienes que sincerarte: rompemos o no rompemos, si no rompemos nos mantenemos unidos. ¿Tenemos capacidad de generar una crisis que obligue al Gobierno a salir? Sí creo que el rol es de la secretaria ejecutiva, no voy a descargar sobre “Chúo” Torrealba porque me parece que quieren tenerlo como chivo expiatorio y esa experiencia se vivió con [Ramón Guillermo] Aveledo…
¿Los mismos sectores que con Aveledo?
—Yo diría que sí, que los mismos sectores, la diferencia es que quizás es bueno o malo, en el caso de Aveledo hay cosas buenas y malas. No voy a descargar sobre “Chúo”, siento que su balance es mixto, también tiene cosas buenas y fallas. La diferencia es que el sector no salidista se está definiendo más. La crítica que yo le haría a él, y yo lo puedo entender, porque el parecía que iba a ser el chivo expiatorio y quiere decirle al público: ‘Esto fue lo que yo planteé y dije y no es mi culpa’ pero me parece que está siendo muy autónomo en sus declaraciones y creo que eso sí le resta fuerza a ese trabajo que tendría él de coordinar, de facilitar, promover esa discusión de esos temas. Lo coloca en una posición en la que le restas legitimidad al sector más crítico, aunque sea minoritario.
Hay gente en la Mesa que dice: ‘Bueno, son cinco gatos’. Pueden ser cinco gatos pero son actores políticos que tienes que considerar. No creo que sea cambio de estructuras. El sector salidista presionó con Aveledo, pero el sector no salidista, la camisa de fuerza de Aveledo, tampoco la quería. Hicieron un análisis estratégico erróneo que fue: Chávez va a morir y el chavismo va a desaparecer, ¿para qué necesitamos otro coordinador?
Se le quitó peso a la secretaría general.
—Se le quitó muchísimo peso y entonces ahora tienen una secretaría que, por lo que he podido recoger por compañeros con los que he hablado, no hay esa formalidad, aunque tengo entendido que “Chúo” Torrealba se ha acercado al grupo estratégico con un poco de más frecuencia, pero no es algo sistemático y es evidente que una secretaría sin más fuerza, cuando tiene partidos con metas antagónicas, el resultado es el que se tiene: cada quien anda por su lado y quizás en la cuestión electoral sí se aglutina la Mesa. Cuando eso pasa termina esa capacidad.
Foto: Crónica Uno / Miguel González

¿No sería una tragedia para la MUD que se rompa la unidad?
—El Gobierno quisiera que eso ocurriera, y creo que esa va a ser la estrategia, más que ilegalizar la Mesa, los partidos o suspender elecciones. La estrategia es mostrar esas contradicciones al público y decir: ‘Miren esa gente no tiene capacidad’ y que sea la propia Mesa la que se cocine. Concederle eso al Gobierno sería un premio político grande, pero está un problema de fondo, porque en cierto modo ya se lo estás concediendo con las diferencias que ya se ven de facto. A lo mejor no hay una ruptura formal, pero sientes que se ha normalizado, que hay dos grupos, que se llevan pero hay diferencias.
¿Hasta qué punto puedes soportar eso cuando te resta eficacia política? Así no puede actuar, se vio en el diálogo. La carta que mandó [Carlos] Ocariz [a los facilitadores], pero no firman los cinco integrantes, entonces pierdes eficacia. Desde ese punto de vista si la Unidad no puede caminar junto con esas dos tendencias ,yo consideraría seriamente una ruptura ordenada, que sería eso: o aceptamos tendencias o nos dividimos por un tiempo, tú por tu camino yo por el mío. Cuando venga el campo electoral haremos la maqueta juntos, pero de resto tendremos vías distintas, tendremos un centro de coordinación, eliminamos la secretaría, haremos algo rotatorio, pero yo sí consideraría ya unas opciones que te permitan tener eficacia política.
Habla de sincerar las posibilidades de la Mesa. ¿Cuáles son las posibilidades?
—Las posibilidades es el tema polémico para la Mesa y el mundo opositor. Sus posibilidades son el calendario electoral, no veo a la oposición con la capacidad de generarle una crisis al Gobierno. ¿Qué perspectivas tienen? ¿Vas a repetir el guion de 2016? Ahora va ser con lo del dólar, que ahora sí la gente va a salir y a bajar de los cerros. Va a llegar marzo y eso no se va a cumplir, entonces vas a hacer magia y vas a repetir el mismo guión. Tus posibilidades son dentro del marco constitucional, las regionales, las presidenciales. Pudiste llevar mejor el tema del revocatorio. La falla no es el revocatorio, porque ese es un derecho, pero sí la estrategia que tuviste para promover esa iniciativa, tus posibilidades en términos políticos y electorales son el calendario electoral y tus posibilidades políticas son a partir de tu presencia en la Asamblea Nacional (AN).
Tener una inserción más orgánica en el tejido social venezolano, que no son tus activistas, que asisten a tus marchas, sino que realmente la gente te perciba como interesada en los problemas. Eso era lo que yo veía con la AN, que fuera una verdadera casa del pueblo, que la gente sienta que puede encontrar no una solución material, porque no es una instancia ejecutiva, pero un reconocimiento de los problemas. A pesar de todo, la AN sale bien evaluada en las encuestas, pero la gente también ve que no tiene eficacia política. Esa es la tarea que hay que hacer para poder avanzar. Si no dependemos de un acto externo, de que Donald Trump diga ‘Maduro, tú serás el próximo’. Cosas que no dependen de ti. Esa posibilidad de una crisis no ha ocurrido y más bien siento que la MUD perdió algunas cosas. Siento que su política se alejó de la Fuerza Armada. Ha sido francamente negativa.

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