miércoles, 7 de diciembre de 2016

Con el diálogo congelado, Maduro tira manotazos económicos

El chavismo detuvo a ejecutivos y forzó rebajas de precios de ropa



CARACAS.- La revolución bolivariana cumplió ayer su mayoría de edad, 18 años desde la victoria electoral que le dio el poder a Hugo Chávez , con achaques de anciano, en su peor momento y con la incertidumbre económica de la gente tras las convulsiones de los últimos días.
El país esperaba con escasa fe nuevos anuncios económicos del presidente Nicolás Maduro y temía la ruptura definitiva del diálogo entre gobierno y oposición tras la embestida del chavismo contra el Vaticano. Ayer los representantes de la oposición se reunieron con monseñor Claudio María Celli, enviado del Vaticano, y confirmaron que no se sentarán a la mesa. El gobierno de Maduro prosiguió en tanto su huida hacia adelante con una contraofensiva que ya se cobró sus primeras víctimas: los seis directivos del Consorcio Credicard, responsables del cobro a las tarjetas de crédito y de débito.
Los seis fueron detenidos y exhibidos en la televisión oficialista como delincuentes, mientras la policía les tomaba los datos. La falta de papel moneda ante la escalada de los precios provocó el pasado viernes el colapso de los pagos y de las operaciones digitales de los bancos. El gobierno eligió de inmediato a los culpables del "ataque cibernético contra el sistema bancario nacional", que sería parte de la "guerra económica" contra la revolución. Expertos y economistas niegan absolutamente esta versión. El colapso se venía anunciando desde hacía semanas, ante la desesperante falta de efectivo en las calles y el racionamiento aplicado desde los bancos, que sólo pagan 10.000 bolívares (poco más de dos dólares en el mercado paralelo), incluso 5000, por cajero o en las ventanillas de las sucursales.
A ello hay que unir que por culpa de la falta de inversión Venezuela tiene "la Internet más lenta del mundo y la banda ancha más lenta de América latina", según el diputado opositor José Guerra.
Se trata de un nuevo golpe de Estado, según el presidente, que contrasta con el ambiente festivo que reina estos días en el Palacio de Miraflores. Llevados por la música de carnaval y por unas bailarinas, Maduro y el primer ministro de Trinidad y Tobago se sumaron anteayer a un "trencito" humano para escándalo de medio país.
A la misma hora y a pocos metros del palacio presidencial, el gobierno profundizaba la fiscalización de comercios de ropa en el centro de Caracas. El superintendente de los precios justos recorría los locales ordenando, manu militari, la rebaja de un 30% en los precios y el apresamiento de encargados o dueños.
"Obligar a comerciantes a bajar precios sin importar los costos de reposición los llevará a la quiebra", advirtió Henkel García, director de Econométrica. Venezuela sufre una inflación galopante, la mayor del mundo, con el aumento de los precios en torno al 700% este año, según el FMI.
Las constantes subidas en la cotización del dólar blue, que ayer marcó 4242 bolívares por billete verde cuando hace un mes no superaba los 2000, también presiona al mercado venezolano, sediento de bolívares y de dólares.
Después de varios meses de reclamos, el gobierno anunció la creación de billetes de 500, 1000, 2000, 5000, 10.000 y 20.000 bolívares y su salida al mercado. El mayor actualmente es de 100. El Banco Central también emitirá monedas de 10, 50 y 100.

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