miércoles, 14 de diciembre de 2016

LA OPINION DE POMPEYO MARQUEZ

                    Resultado de imagen para pompeyo marquez



A un año de la victoria del 6D 2015

A un año de la victoria del 6 de diciembre 2015 de las fuerzas del cambio, Venezuela ha entrado en un proceso de transición de una autocracia del siglo XXI a una democracia, signado por la reconquista de una institución fundamental: la Asamblea Nacional. Los grupos de Maduro y Cabello, en pugna entre sí, se niegan a reconocer esta realidad, de allí que cometan tantas torpezas, como la declaratoria de desacato por parte de la Sala Electoral de un TSJ espúreo, condición que ha quedado en evidenciada al comprobar la comisión designada por la actual Asamblea Nacional que los magistrados express en su inmensa mayoría no tienen el perfil para serlo, muchos de ellos no tienen los estudios requeridos para ese cargo, otros jamás han sido por ejemplo profesores titulares en cátedras jurídicas, y otros más no han terminado los estudios de post grado mínimos requeridos para tal envestidura.
Esa elección del 6D 2015 evidenció los deseos de cambio de la inmensa mayoría de los electores y coloca a Maduro ante la imperiosa necesidad de salir del poder, abrirle paso a la formación de un gobierno de transición y de unidad nacional.
Para ello hay que superar los obstáculos y reforzar la unidad hasta hacerla lo más extensa posible, garantizar su ampliación hacia el campo del oficialismo hasta convertirla en una unidad nacional que reconozca ese sector el cual tiene garantizado su espacio político con la mayor amplitud. Estamos pensando incluso en sectores de la fuerza armada.
A un año del 6D un hecho político de gran trascendencia lo constituye el haber conseguido que El Vaticano sirviese de mediador con este régimen que no respeta la Constitución y viola flagrantemente los Derechos Humanos, dos aspectos muy sensibles para los demócratas del mundo, para organismos como la OEA y Mercosur y para la iglesia, que se ha pronunciado al respecto varias veces a través de sus voceros de la Conferencia Episcopal. El Papa Francisco en persona se ha interesado en mediar para buscar una salida a la crisis sistémica que asfixia a los venezolanos. Nadie puede dudar de lo imparcial de esa mediación.
Para cuando se publique este comentario el 8D tendremos ya recorrido buena parte de la ruta de esa negociación, y de no cumplir el régimen con sus compromisos, nos permitirá levantarnos de la mesa airosos, pues habremos cumplido con el Papa y la comunidad internacional, y quedará aún más en evidencia el carácter dictatorial de Maduro y su conducta transgresora.

Ninguna lucha se pierde
En 1949 escribo un ensayo sobre la rebelión de José Leonardo Chirinos en la Sierra de Falcón y escribí entonces en mayo de mismo año, en el Centro de Estudios Históricos Francisco de Miranda que yo presidía lo siguiente: “Ninguna lucha se pierde, deja sus huellas y proyecciones, en especial cuando sus banderas son justas, como es el caso de la lucha por la libertad, la independencia y la justicia social” palabras que repito en forma desarrollada en 1995 en el acto de colocación de una placa en el Panteón Nacional con motivo de cumplirse el bicentenario de esa expresión de rebeldía de los negros en la provincia de Coro.
En 1797 se fragua en La Guaira el movimiento pre independentista conocido como “La Conspiración de Manuel Gual y José María España” que fue develado por los españoles. Gual huye a Trinidad y España fue ejecutado el 8 de mayo de 1799 en la Plaza Mayor de Caracas y antes de subir al patíbulo expresó: ¡En este mismo lugar serán honradas mis cenizas.” Efectivamente, en 1810, al declararse la independencia y en ocasión de izar la bandera que ideó Miranda en esa misma plaza, le correspondió ese honor al hijo de José María España.
Tales menciones la hicimos también cuando en 1952, a dos años del asesinato de Carlos Delgado Chalbaud. Según versiones que circularon la intención inicial del secuestro no fue asesinarlo sino obligarlo a que renunciara a la presidencia de la Junta de Gobierno que derrocó en 1948 al ilustre escritor venezolano Don Rómulo Gallegos para que asumiera Marcos Pérez Jiménez. La junta que ofreció llamar a elecciones pero a propósito del magnicidio traen al que fuera embajador en Perú, Germán Suarez Flamerich para que la presida y URD y Copei aceptan participar en esos comicios, y el Partido Comunista, del cual yo era su secretario general en la clandestinidad, también respalda la idea de aprovechar la coyuntura para tomar la calle y darle un giro a la política con la elección de la constituyente de 1952. Las movilizaciones son verdaderamente gigantescas, donde Jóvito Villalba, Rafael Caldera, Ignacio Luis Arcaya, Mario Briceño Irragory, entre otros, desempeñan un papel de liderazgo y llaman a votar contra la dictadura. Se obtiene el 30 de noviembre de 1952 una clamorosa victoria, pero Betancourt había llamado a la abstención, con lo cual estaba en desacuerdo Leonardo Ruiz Pineda, secretario general de AD en la clandestinidad. Se sucede el asesinato de Ruiz Pineda y eso cambia por completo el panorama político y en el mitin de clausura de aquella épica campaña del año 52 en el Nuevo Circo de Caracas donde hablaban donde Villalba, Arcaya y Briceño Irragory, cuando mencionan a Ruiz Pineda todo el público asistente ondea pañuelos blancos… un indicio de victoria.
El dictador se ve acorralado y desconoce los resultados electorales y da el golpe del 2 de diciembre de 1952 que viene acompañado de una feroz represión. La dirección política de ese momento no quiso llamar a la calle pensando que el dictador iba a respetar los resultados electorales pero no fue así. El ministro del Interior Laureano Vallenilla, invita a toda la dirección de URD y asisten todos, menos Dominguez Chacín, a su despacho creyendo que se formalizaría la transición de gobierno pero en cambio detuvieron a los presentes y fueron expulsados ese mismo día, con tan solo lo que tenía puesto, a Panamá. No se pudo cobrar el triunfo porque no hubo unidad entre los partidos, la unidad la había forjado el pueblo votando en forma abrumadora contra la dictadura.
En estas condiciones, las persecuciones, las torturas y los crímenes y la cantidad de venezolanos en el exilio se viven unos años cuando no se movía ni una hoja contra la dictadura. El Partido Comunista con Tribuna Popular que dirigíamos el equipo al frente del Partido esos años de la dictadura Eloy Torres, Guillermo García Ponce, Alonso Ojeda Olaechea, Pedro Ortega Díaz, y al final de 1956 con la presencia de Héctor Rodríguez Bauza quien en ese momento era el secretario general de la Juventud Comunista. El movimiento estudiantil pasó a ocupar un lugar de primera línea y se constituye entonces en 1956 la Junta Patriótica. Debo decirlo ahora, sin jactancia de ninguna naturaleza  que fue el Buró Político del Partido Comunista el elaboró la línea de Unidad Nacional que participó en la constitución de la Junta Patriótica con la presencia de Fabricio Ojeda por URD, el representante de Copei y Guillermo García Ponce por el PCV. El movimiento estudiantil se rebela en un primer momento en el liceo Fermín Toro en 1956 y el 21 de noviembre de 1957 estalla la huelga universitaria, fecha declarada Día del Estudiante precisamente en homenaje a ese gesto heroico del estudiantado esa época. Ya consolidada la unidad los años 195-57, cuando se cumplía el periodo de 5 años que se inicio el año 1952 y había que elegir un nuevo presidente, la dictadura y el dictador, temeroso de la derrota que iban a sufrir cambian las elecciones por un plebiscito en el que cometen un fraude para tratar de perpetuarse en el poder. Sin embargo el primero de enero de 1958 se sublevan Martín Parada de la Aviación y Hugo Trejo de los Motoblindados y a partir de ese momento se desata un movimiento de repudio a la dictadura.
Si a mí me hubieran preguntado en diciembre de 1956 que Pérez Jiménez iba a huir con una maleta llena de dólares en un avión que se llamó la “Vaca Sagrada” hubiera dicho que eso no era posible. Desde finales de 1956 nosotros teníamos algunos contactos con sectores militares. Se reunía un comité cívico-militar donde estaba el Dr. Centeno quien escribió el libro “Cómo derrocar a una dictadura” y Héctor Rodríguez Bauza, secretario general de la JC. Este movimiento obligan al cambio de gabinete el 10 de enero y sale el ministro del Interior Vallenilla y sacan a Pedro Estrada de la Seguridad Nacional.
Se inicia un enfrentamiento contra la policía y el ejército en los barrios de Caracas resuelve convocar a una Huelga General en la zona metropolitana y esa huelga tiene éxito.

No hay comentarios:

Publicar un comentario