Marta de la Vega
La
barbarie está agazapada detrás de esta convocatoria anticonstitucional. Ni
siquiera es verdaderamente una asamblea nacional constituyente porque el pueblo no ha sido consultado, como
mandan los artículos 5 y 347 de la Carta Magna vigente. Y todas las
irregularidades y vicios que contienen las bases comiciales, según el artículo
25 de la Constitución actual, hacen nula
esta falsa Constituyente a las que hicimos referencia en “Democracia versus
dominación totalitaria” (Tal Cual,
13/06/2017).
Maduro
alardea de que nadie le ha criticado
estas bases. Como siempre, miente con enorme desparpajo y manipula a incautos.
Las críticas han sido demoledoras, clarísimas y contundentes, de juristas como
Jesús María Casal o Julio César Fernández, o del alcalde de Baruta, también
constitucionalista, Gerardo Blyde.
La
recuperación del orden constitucional y del Estado de Derecho a fin de
reinstaurar una democracia efectiva, que sea exigente y no complaciente, ni
populista ni clientelar, que sea inclusiva y favorezca la equidad, que estimule
la superación y el sentido del logro por el trabajo y no por un asistencialismo
demagogo y castrante, pasa por impedir esta pretendida Asamblea Nacional Constituyente.
Se
requiere profundizar la conciencia cívica y ética para que la población asuma
sus responsabilidades, para que deje de ser pasiva y dependiente del gobierno
de turno. Es preciso que haya un pacto social que nos convoque a todos para
construir, cada uno desde sus posibilidades, una sociedad de convivencia
civilista y civilizada, con instituciones sólidas y respeto a la ley, que
garantice la justicia para asegurar la paz, con oportunidades y recursos
disponibles para todo ciudadano que lo merezca por sus méritos y esfuerzo.
¿A
dónde nos quiere llevar el gobierno? Evidente que quiere llevarnos a una
situación anómica, sin ley, para imponer en Venezuela un régimen de sumisión
totalitaria sobre el país y la sociedad. Ha convertido al adversario en enemigo
que es necesario exterminar. Al descalificar al otro como terrorista o guarimbero, no solo siembra odio sino que da
licencia para matar. Con su lenguaje y acciones, el gobierno ha roto el tejido
social y convierte el país en un estado de guerra de todos contra todos, como
en el siglo XVII lo vio Tomás Hobbes, con sus terribles implicaciones.
¿Qué
busca el régimen con esta convocatoria? Lo primero, aferrarse al poder, no
importa cuán trágico y alto sea el precio que paguen. Lo segundo, mantener la
impunidad y la corrupción obscena, desde la cúpula militar hasta sargentos y
cabos, desde la más poderosa esfera gubernamental y económica hasta el parquero
de un estacionamiento público. Lo tercero, seguir con ganancias exorbitantes no
solo por el saqueo del tesoro público sino por actividades de narcotráfico y
ahora extracción ilegal de recursos naturales
del arco minero, con la complicidad del alto gobierno.
Todos
los ciudadanos están invitados, en esta hora crítica del país y ante la
inminente amenaza de disolución de la república civil, a un foro que se
realizará el 30 de junio próximo a las 9:30 a.m. en la Universidad Simón
Bolívar sobre “Impacto político y ciudadano de la pretendida Asamblea Nacional
Constituyente” con Marialbert Barrios, Ricardo Combellas, Julio César Fernández
y Jesús María Casal como ponentes. Es necesaria la pedagogía ciudadana para
visualizar las gravísimas consecuencias que implica la destrucción de la
Constitución de 1999, convertida en pacto social compartido por todos en 2007,
al rechazar su reforma y que quedaría eliminada de darse dicha Constituyente.
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