martes, 27 de junio de 2017

LA PRETENDIDA ASAMBLEA NACIONAL CONSTITUYENTE

Marta de la Vega
La barbarie está agazapada detrás de esta convocatoria anticonstitucional. Ni siquiera es verdaderamente una asamblea nacional constituyente  porque el pueblo no ha sido consultado, como mandan los artículos 5 y 347 de la Carta Magna vigente. Y todas las irregularidades y vicios que contienen las bases comiciales, según el artículo 25 de la Constitución actual,  hacen nula esta falsa Constituyente a las que hicimos referencia en “Democracia versus dominación totalitaria” (Tal Cual, 13/06/2017).

Maduro alardea de que nadie le  ha criticado estas bases. Como siempre, miente con enorme desparpajo y manipula a incautos. Las críticas han sido demoledoras, clarísimas y contundentes, de juristas como Jesús María Casal o Julio César Fernández, o del alcalde de Baruta, también constitucionalista, Gerardo Blyde.

La recuperación del orden constitucional y del Estado de Derecho a fin de reinstaurar una democracia efectiva, que sea exigente y no complaciente, ni populista ni clientelar, que sea inclusiva y favorezca la equidad, que estimule la superación y el sentido del logro por el trabajo y no por un asistencialismo demagogo y castrante, pasa por impedir esta pretendida Asamblea Nacional Constituyente.
Se requiere profundizar la conciencia cívica y ética para que la población asuma sus responsabilidades, para que deje de ser pasiva y dependiente del gobierno de turno. Es preciso que haya un pacto social que nos convoque a todos para construir, cada uno desde sus posibilidades, una sociedad de convivencia civilista y civilizada, con instituciones sólidas y respeto a la ley, que garantice la justicia para asegurar la paz, con oportunidades y recursos disponibles para todo ciudadano que lo merezca por sus méritos y esfuerzo.

¿A dónde nos quiere llevar el gobierno? Evidente que quiere llevarnos a una situación anómica, sin ley, para imponer en Venezuela un régimen de sumisión totalitaria sobre el país y la sociedad. Ha convertido al adversario en enemigo que es necesario exterminar. Al descalificar al otro como terrorista o  guarimbero, no solo siembra odio sino que da licencia para matar. Con su lenguaje y acciones, el gobierno ha roto el tejido social y convierte el país en un estado de guerra de todos contra todos, como en el siglo XVII lo vio Tomás Hobbes, con sus terribles implicaciones.
¿Qué busca el régimen con esta convocatoria? Lo primero, aferrarse al poder, no importa cuán trágico y alto sea el precio que paguen. Lo segundo, mantener la impunidad y la corrupción obscena, desde la cúpula militar hasta sargentos y cabos, desde la más poderosa esfera gubernamental y económica hasta el parquero de un estacionamiento público. Lo tercero, seguir con ganancias exorbitantes no solo por el saqueo del tesoro público sino por actividades de narcotráfico y ahora extracción ilegal de recursos naturales  del arco minero, con la complicidad del alto gobierno.
Todos los ciudadanos están invitados, en esta hora crítica del país y ante la inminente amenaza de disolución de la república civil, a un foro que se realizará el 30 de junio próximo a las 9:30 a.m. en la Universidad Simón Bolívar sobre “Impacto político y ciudadano de la pretendida Asamblea Nacional Constituyente” con Marialbert Barrios, Ricardo Combellas, Julio César Fernández y Jesús María Casal como ponentes. Es necesaria la pedagogía ciudadana para visualizar las gravísimas consecuencias que implica la destrucción de la Constitución de 1999, convertida en pacto social compartido por todos en 2007, al rechazar su reforma y que quedaría eliminada de darse dicha Constituyente.

 

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