viernes, 2 de junio de 2017

Unidad de la resistencia cívica

Simón García

 @garciasim

En la calle estalla, épico, un pueblo en rebeldía. Sorprende la persistencia del carácter masivo de las protesta, uno de los rasgos que diferencia estas jornadas respecto a las del 2014. Otro es, que dirigentes que acompañaron hace tres años a Leopoldo, como Freddy Guevara o Luis Florido, desarrollan una estrategia pacífica, democrática, constitucional y electoral que hoy une a todos los que enfrentan, en primera línea, una polarización entre Constitución y golpe, democracia o dictadura.

La confrontación ha sido dura porque un polo concentra todos los recursos de poder del Estado y los ha usado criminalmente contra manifestantes desarmados. El saldo de víctimas, casi todos menores de 25 años, ocasiona dolor y rabia. ¿Qué ocurrirá en el lado de los victimarios amparados en la inaceptable excusa de obediencia jerárquica?
No hay nada que una más que compartir el riego de morir. Junto a esa circunstancia vital se cimienta un acuerdo sólido sobre el discurso y las formas de lucha que le quitan oxígeno a un foquismo, que a veces es la única defensa posible. La unidad se ha soldado, primero entre los miembros que integran la MUD y luego de ésta con la resistencia de la sociedad a Maduro.
El liderazgo adquirió su aprendizaje creativo para mantener la ofensiva en el juego de los nueve tableros, de los que habla John Magdaleno. Hay una natural distribución de los roles y una espontánea rotación de los dirigentes. Desde afuera y en la calle, la unidad de la MUD tiene buen aspecto. Pero no basta.
¿Se está rutinizando la ruta de la protesta? ¿Es conveniente combinar las marchas con concentraciones fijas en dos o tres plazas? ¿Se puede diversificar la protesta con iniciativas para hacer desde el trabajo o la casa? Hace falta repensar cómo dificultar las acciones represivas, conquistar nuevos ámbitos para la protesta, seleccionar los puntos débiles del plan dictatorial, erosionar sus soportes y estimular los encuentros con actores situados en territorio bajo influencia roja.
La MUD debe saber que para restablecer la vigencia de la Constitución y derrotar la instauración de una dictadura hay que lograr mínimos de unidad con lo que Mires llama el chavismo constitucionalista. La promoción de la democracia participativa y protagónica, el voto universal y la defensa del pueblo como el titular de una soberanía que la Constitución consagra como intransferible, taxativamente al presidente, al 15 % de los electores o a la Asamblea Nacional son puntos de coincidencia.
Este encuentro debe vencer, en la otra acera, la inutilidad de una política equidistante de la cúpula de Maduro y de la MUD. También su actual dispersión en varios movimientos importantes.
En este lado, desconfianzas, prejuicios, rechazos en bloque y la incomprensión acerca de los pasos concretos para llegar a un gobierno de integración nacional. Un primer paso puede ser una jornada de apoyo a la lealtad con la Constitución de la Fiscal General de la república.
@garciasim

No hay comentarios:

Publicar un comentario