Alexis Ortiz
Como hombre de origen mexicano, el embajador debe conocer la frase del genial Cantinflas: no me defienda compadre
Los venezolanos apreciamos el interés de todos los que, como el diplomático norteamericano Roger Noriega, se preocupan por el rescate de nuestra Democracia atropellada por el comunismo Castro-chavista.
Pero el embajador Noriega, como hombre de origen mexicano, debe conocer la célebre frase del genial Cantinflas: no me defienda compadre.
Es que en sus artículos el embajador hace afirmaciones que sudan paternalismo y prepotencia: “Mientras tanto, la inepta oposición democrática venezolana no cuenta con una estrategia para defender sus intereses…Sorprendentemente, la propia oposición democrática de Venezuela es prácticamente invisible en este momento…”.
Aunque yo no pretendo hablar en nombre de la oposición democrática, porque soy apenas un ciudadano común exiliado venezolano por el chavismo, me atrevo a hacerle algunas precisiones al distinguido embajador:
La oposición unida ha demostrado no ser inepta, tiene unaestrategia clara de lucha legal, pacífica, paciente y de unidad de los venezolanos, y si alguien no la entiende es muy fácil enterarse leyendo los documentos y declaraciones de la MUD, o escuchando las intervenciones de nuestros parlamentarios.
La oposición democrática hace un esfuerzo supremo por hacer visibles sus posiciones y políticas, pero tiene que lidiar con las desventajas del abuso de poder, la catarata de recursos y el latifundio mediático que en Venezuela perpetra el Castro-chavismo.
En este momento por ejemplo, la oposición unida está en una ardua campaña para denunciar ante los venezolanos, y ante el mundo, la maniobra del comunismo cubano, ejecutada por sus obedientes parlamentarios y magistrados chavistas, para convertir la sucesión presidencial en un golpe de estado contra la Constitución Nacional.
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