ENTREVISTA A RAMON GUILLERMO AVELEDO
"EL MERCADO NEGRO ES HIJO DEL MERCADO ROJO"
RAMON GUILERMO AVELEDO
ELVIA GÓMEZ
EL UNIVERSAL
domingo 20 de octubre de 2013
Como expresidente de la Cámara de Diputados, Ramón Guillermo Aveledo tiene claro que el papel del presidente del Parlamento es "defenderlo frente a la agresión externa", que fue lo que hizo Nicolás Maduro en la sesión especial del 8 de octubre. Por eso rechaza la sanción de silenciar durante 30 días la voz de dos diputados de la MUD.
"El discurso del señor Maduro estaba lleno de insultos y descalificaciones y a eso reaccionaron los diputados (Julio Borges y Nora Bracho). Eso no es una infracción porque era una sesión especial y no se puede faltar a las reglas del debate cuando no había debate".
-¿Cómo valora la situación de la Asamblea Nacional?
-Lo que el Gobierno piensa del Parlamento es distinto a lo que dice la Constitución. Para el Gobierno la AN es un instrumento para aprobar lo que ellos quieran, no es para debatir. Creen que debe ser como la Asamblea Nacional Popular en Cuba o como era el Soviet Supremo en la URSS. A eso agrégale el talante arbitrario del presidente Diosdado Cabello. Él ha actuado atribuyéndose derechos que no tiene y que no existen, como el de negarle la palabra a los diputados. Él debe garantizar el derecho de palabra a los diputados, quienes, según la Constitución, no son responsables por sus votos ni opiniones. Según el Reglamento él debe garantizarles la integridad física y él propicia la violencia.
-¿Qué pasa con el derecho del elector al que le silencian a su representante?
-El Gobierno no comprende que el país no es de un solo color y los diputados que están allí hablan por nosotros. Los diputados son responsables de lo que dicen sólo ante sus electores, así lo dice la Constitución en su artículo 199. Somos los electores los que en el último caso los juzgamos. Cabello hizo aquella cosa absurda, a la que no tenía ningún derecho, de condicionar el derecho de palabra a que los diputados reconocieran a Maduro (como Presidente) y declaró que era una cosa "de reciprocidad", si no él no los reconocía a ellos. ¿Quién es él para no reconocerlos? Él no los eligió. Eso no tiene explicación, salvo la que nace de la naturaleza hegemónica del proyecto en el poder y del talante arbitrario del presidente de la Asamblea Nacional.
-También dejó fuera a la oposición de la comisión que estudiará la Ley Habilitante.
-Las comisiones deben ser en proporción a la plenaria y esta es para estudiar ese proyecto, discutir, revisar y convocar a ministros y expertos para que expliquen qué es eso, para que cuando la cámara se pronuncie sepa de qué va a hablar, pero los parlamentarios del Gobierno no saben por qué cosa están votando. Esto (proyecto) no dice nada, esto es sólo un discurso. Y una comisión sólo del Gobierno es inútil.
-¿Cómo afecta esta situación del Legislativo en la ya delicada situación del país?
-En la Facultad de Derecho a uno le enseñan la pirámide de Kelsen, que es la jerarquía del ordenamiento jurídico y que tiene a la Constitución en la parte superior. En este Gobierno la pirámide está volteada. Si Kelsen hubiera sido de este Gobierno no habría sido la pirámide sino el embudo de Kelsen, lo ancho para ellos y lo angosto para los demás. Decir asimetría es decir poco. El Gobierno se siente con todos los poderes ilimitadamente y a la sociedad le desconoce sus derechos. Esa grave anomalía es hoy el principal rasgo en el país.
-El Gobierno se radicaliza más, ¿a dónde llegará?
-El discurso de Maduro en la Asamblea fue muy pugnaz, muy intolerante, justificando la represión y las restricciones. Así es el proyecto de Ley Habilitante, un segundo capítulo del discurso. Ese proyecto dice que el Gobierno no entiende lo que está pasando y que es completamente incapaz de rectificar porque para solucionar los problemas que ha causado ofrece acentuar esas políticas. ¡Ay mi madre! A un paciente con pulmonía le aconseja que se bañe con agua fría y salga desnudo de madrugada a la calle. Esto (Habilitante) promete acentuar los controles, la arbitrariedad, y no se dan cuenta de que es el mercado restringido de divisas el que produce el mercado negro. El mercado negro es hijo del mercado rojo ¡chico!, es una mutación cromática perfectamente natural. Allí donde hay un mercado rojo, un mercado restringido de un bien escaso, termina habiendo un mercado negro. Eso pasa en los países en guerra, lo curioso es que pasa aquí cuando hemos tenido el mayor ingreso de divisas de la historia de Venezuela.
-Y en lugar de medidas racionales hablan de imponer "el amor al prójimo" por ley.
-El Gobierno nos está dando la orden de amarnos y (Jean) Cocteau decía que "no existe el amor sino las pruebas del amor" y me remito a las pruebas. Aquí (lee los literales b al h del artículo 1) hay un rosario de amenazas y más medidas de esas que han producido la situación que tenemos.
-Si todo indica que el Gobierno está leyendo mal las señales del país, ¿cree posible un estallido social?
-Hay fenómenos muy reveladores, uno es el turismo de consumo. La gente viene a Caracas a buscar cosas qué comprar, pero eso va a pasar mientras haya aquí, como antes no había apagones en Caracas y ahora sí hay. Lo que está en ciernes es una crisis económica muy profunda y el Gobierno no lo admite. Hay también una crisis social, porque es imposible que eso ocurra sin consecuencias. Y hay una crisis política porque un Gobierno que tiene en su origen una impugnación no está dando respuesta. ¿Qué podemos hacer? Ahí tenemos el 8D, elegiremos gobiernos municipales pero es una fecha para enviarle al Gobierno un mensaje contundente: "este es un mal camino y no queremos seguir". Y que no se equivoquen los poderosos, este pueblo no es perro que ladra y no muerde, es pacífico pero, ¡mosca!, su paciencia no es infinita.
-El discurso de Maduro en la AN parecía querer crear la idea de que no hay opción.
-Por supuesto, el que está montando la jaula quiere convencer al que está dentro de que no hay salida y el deber del que está dentro es buscarla. El Gobierno le baja el volumen a la elección municipal, nunca la menciona, por ahí andan una pinticas de Ernesto Villegas, que tendría que volver a nacer para ganar la Alcaldía Metropolitana. El Gobierno quiere poca comparecencia de electores en la idea de que con los movilizados por el aparato público va a ser suficiente para salir de este trance, ellos saben que si vota mucha gente van a perder en muchos lugares. El desencanto es el camino más corto para la rendición. Yo pido que canalicemos la inconformidad a la venezolana: votando. Esa es una poderosísima herramienta pacífica.
-Pero cada vez son menos los medios de comunicación para llamar a votar el 8D.
-Se agudizan las muestras de desorden y levantamiento contra las figuras de autoridad del Estado. Hoy (jueves) los contrabandistas rodean la casa del gobernador del Zulia. ¿Cómo lo ve?
-El orden es una ficción. Para que se mantenga la mayoría debe estar convencida de que el riesgo de actuar fuera del orden es mayor que actuar dentro de él. Cuando eso no es así y cuando la autoridad encargada de hacer cumplir las leyes fomenta su incumplimiento, eso no pasa sin consecuencias. Si el Gobierno juega al desorden termina atentando contra sí mismo. Yo no entiendo ese afán de hablar constantemente de golpe de Estado. ¿Será pecado original? ¿Será esa tendencia que tienen fascistas y comunistas a la victimización? Ellos constantemente invocaban: "se nos agota la paciencia".
-Como la amenaza de Maduro: ¡No se equivoquen!
-Esa les encanta, "¡no se equivoquen!", esa es una gestualidad de malandro. Si el que cree que está en el poder está diciendo constantemente que puede haber un golpe de Estado, eso no lo fortalece. Qué frase mejor tuvo el presidente de la AN para despedir a Maduro cuando se fue a China: "No se preocupe camarada, que aquí no va a haber golpe de Estado".
-¿A qué atribuye esos mensajes contraproducentes?
-Lo que pasa es que este es el Gobierno de los mismos pero no es el mismo Gobierno. Con la muerte del difunto perdió dos cosas: el cerebro y el corazón. Él (Chávez) era el centro de las decisiones del Estado y le ponía el sentimiento, la credibilidad para la parte del pueblo numerosa que estaba detrás. Ahora estarán allí los mismos, será el mismo proyecto, tendrán la misma intención, pero no es el mismo Gobierno. Eso hace al Gobierno más débil y también más peligroso. Por eso hay esa generalizada sensación de inminencia, de que aquí va a pasar algo en cualquier momento y por eso es tan necesario que el liderazgo canalice racionalmente, pacíficamente, constitucionalmente esta situación tan grave que tenemos.
@ElviaGomezR
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